martes, 20 de octubre de 2015

La leyenda del Pozo Amargo

Yo, que el romanticismo me puede, sufro mucho cuando me encuentro con estas leyendas de Judíos y Cristianos. Claro está que ya pasaron aquellos tiempos en que se enamoraban unos de las otras o viceversa. El caso es que casi siempre terminaban mal por causa de los padres de ambos. ¿Qué dirían ahora aquellos, viendo el desmadre de nuestros jóvenes? en fin, vayamos con nuestra historia aunque suframos un poco.
    
       Es una de las numerosas leyendas que relatan los amores imposibles entre mujeres hermosas judías y caballeros cristianos, amores que parecían irremisiblemente abocados a un final trágico.
    
       Don Fernando, caballero principal de la ciudad de Toledo, y Raquel, la bella y única hija de un opulento hebreo, cuyo palacio se encontraba situado en la calle que, más tarde, tomaría el nombre de la leyenda. "El pozo Amargo".
    
      Los amores de don Fernando y Raquel, encontraron, desde un principio, la más rotunda oposición por parte de ambas familias. De nada servían los ruegos y amenazas, pues los enamorados prosiguieron con sus furtivos encuentros, aprovechando la oscuridad de la noche, y las discretas frondas que ofrecía el jardín del judío.
    
       Una noche, don Fernando no acudió a la cita, y Raquel le aguardó en vano, sentada junto al brocal de pozo que se abría en el rincón más apartado y escondido de su jardín, y que solía ser lugar elegido para sus apasionados encuentros. El alba la sorprendió en su prolongada e inútil vela y Raquel regresó a sus aposentos con una tristeza, superada tan solo por el temor de que algo terrible le hubiera sucedido a su amante.
    
       La noche siguiente se repetiría la misma escena, y la bella israelita lloró desconsoladamente junto al Pozo cuyas aguas, testigos de tantos momentos de felicidad, recibieron aquellas amargas lágrimas como testimonio de dolor. Así, noche tras noche, Raquel derramaría sus lágrimas sobre las aguas del pozo, que, incomprensiblemente, se tomaron tan amargas como la hiel.
    
       Un día supo que una daga había segado la vida de don Fernando, cuando este, como todas las noches, se disponía a saltar las tapias del jardín. Las fuerzas la abandonaron, y bajó por última vea al jardín, se asomó al brocal del pozo, y contempló su imagen reflejada en las aguas. Allí permaneció, como hipnotizada, hasta que sintió la llamada de aquellas aguas, que habían sido sus confidentes en tantas noches de amor, y se hundió en ellas para siempre.

       Desapareció el pozo cuyas aguas, por efecto del dolor de una mujer, se tomaron amargas, pero no así la trágica leyenda que, desafiando el paso del tiempo, llega hasta nosotros como un canto de amor desesperado.

      Esto ocurrió hace mucho tiempo, pero no hay que ir muy lejos para saber que aún hoy hay padres que no "entran" por el aro sobre las relaciones de sus hijos.
      Según me contaba mi madre, mi abuela, o sea, su madre y su padre, se veían por las gateras. Claro que poco podían hacer mis futuros abuelitos...¡¡¡Pero el amor triunfó!!! Tuvieron 10 hijos. Uno de ellos mi madre....

10 comentarios:

  1. Tienes una gracia especial. Se veían por las gateras !!!
    Me ha encantado todo, la leyenda y la historia.- Besicos.

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    1. Gracias trimbolera. Es verdad, creo que los pobres de mis abuelos lo más que podían hacer era darse la manita. ¡Claro que cuando se casaron...!
      Un besito

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  2. Menos mal que has acabado con una historia con final feliz porque la del caballero cruistiano con Raquel es muy trágica y a mí me gustan los finales felices. Besicos

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    1. Prometo que la próxima será de tu gusto, aunque me tenga que leer la Wipedia entera.
      Un besito Charo

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  3. Hola Mª Angeles, como buena leyenda tiene el final que tiene aunque nos guste que terminen de manera mas feliz, y tienes razón en lo que dices, aun hoy en día muchos padres se meten en las relaciones de los hijos, una cosa es que aconsejen, pero otra es la de entrometerse y hacer la vida imposible como los hay que lo hacen, pero bueno la leyenda esta muy bien:)

    Besos.

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    1. ¿Verdad qué si? ¿Verdad que aunque hayan pasado miles de años seguimos siendo iguales?
      No tenemos que censurar a aquellos que nos precedieron, nosotros seguimos siendo poco más y menos iguales.
      Yo estoy preparada para cuando mi hijo me presente a una novia. Como no sea de mis gusto...jajaja.
      Un besito Piruja

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  4. Nunca entendí tamaño egoísmo ni costumbres tan arcaicas para unir naciones en épocas de reyes y reinas, hoy en día tienen también maneras de buscar las cinco patas al gato, y no dejar que cada hijo busque su propia felicidad aunque se equivoque, un abrazo Ma de los Angeles!

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    1. Los padres siempre son egoístas para sus hijos. Antes de casarme, yo tenía dos pretendientes, Uno no tendía ni un duro, pero eso si, era guapísimo y 1.80 de estatura. El otro era rico, medía metro y medio, cuando se sentaba no le llegaban los pies al suelo....Mi madre no hacía más que meterme por los ojos al rico Rafael. ¿ a quien crees que elegí? ...Por supuesto al guapo y
      pobre que era rico en amor hacia mi.
      Un abrazo María Cristina

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  5. Me encantan tus leyendas, cómo las cuentas, y lo mejor de todo Mª Angeles, la moraleja. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala

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    1. Ya se está acabando el fin de semana pero te deseo que la próxima sea muy buena para ti.
      Gracias por todo Pepe
      Un abrazo

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