Josefina Castellví, nació en Barcelona el 1 de julio de 1935, es una oceanógrafa, bióloga y escritora española. Detrás del diminutivo por el que la llaman, Pepita, se esconde una gran mujer, una gran científica que descubrió su pasión por el mar cuando sólo era una niña y veraneaba en la localidad barcelonesa de Castelldefels.
Mirar el mar y recorrer la playa en busca de tesoros, como conchas, despertó en ella una gran curiosidad por lo que ocurría a cientos de metros de profundidad. Por eso, cuando le llegó el momento, eligió la carrera de Biología, que acabó en 1957, para luego, en Francia, completar su formación cursando Oceanografía.
LE DIJERON QUE LA ANTÁRTIDA NO ERA PARA MUJERES
Josefina comenzó a investigar la flora bacteriana a bordo de barcos científicos en una época en la que los estudios marinos eran cosa de hombres, y no le hacían mucho caso.
>>Hijita, se equivoca usted, ¡esto no es para mujeres!<<, le dijo en tono paternalista el responsable del instituto de Investigaciones Pesqueras cuando ella solicitó trabajar en la base de la Antártida.
Pero Josefina perseveró.
En 1984, realizó su primera expedición al continente helado, y cuatro años más tarde, el 8 de enero, inauguró, junto con sus compañeros, la Base Antártica Española Juan Carlos I en la isla Livingston, que supuso una gran hito para la ciencia y que posicionó la investigación española en el panorama internacional.
Pepita, que estuvo al frente de este proyecto hasta 1997, fue la primera MUJER directora de una base científica en el continente helado.
Gracias a las investigaciones de su equipo, hoy tenemos muy claro que la Antártida es como un libro de la historia y la evolución de nuestro planeta.
Castellví ha desarrollado numerosos trabajos sobre la capa de Ozono, el sistema inmunológico de los pingüinos -unos animales que le fascinan porque forman una sociedad igualitaria- ante ciertos patógenos que pueden servir para elaborar futuras vacunas, y tambien ha descubierto más de 100 especies de líquenes.
Y es que, como solía responder, cuando le decían que una mujer no estaba preparada para soportar el clima antártico, los lugares no son para hombres o mujeres, sino para seres humanos que consiguen adaptarse. Y ella se adaptó.
Yo creo que hemos oído muchas veces aquello de que...esto no es para mujeres.
Menos mal que ya de aquellos hombres, quedan pocos.
Los de ahora si saben lo que valen las mujeres...algunos... Otros las matan...