lunes, 20 de enero de 2020

Un duro al mes...

                                         Billete de cinco pesetas, o de Duro.



      Siempre le cambiamos el nombre a las cosas, en este caso, un duro, le llamábamos a las cinco pesetas de curso legal. (Que por cierto, me ve mi hijo escribiendo y dice que el no ha conocido ese billete).
    Este billete de cinco pesetas es el que yo mas he conocido, claro que yo soy muy mayor, pero vayamos a lo nuestro.
    Hace muchos años, la gente compraba muchas cosas pagando cinco pesetas al mes, o sea, un duro.
Recuerdo perfectamente, que en los años de mi niñez los señores llevaban, la mayoría, unos relojes de bolsillo que además le daban cuerda todos los días si no, se paraban y tenían que ponerlo otra vez en marcha.
    Uno de ellos era mi padre. Tenía un precioso reloj en el que todos mirábamos la hora. Lo tenía en un clavo puesto en la pared y solo lo cogía cuando se marchaba. Entonces, se lo metía en el bolsillo de turno y nos quedamos sin saber la hora hasta que volvía del trabajo, así día tras día.
    Cuando empezaron a asomar los relojes de pulsera, el que más y el que menos quería uno y, si tenía la suerte de poder comprarlo, no os podéis hacer una idea lo tontito que se ponía enseñando dicho reloj a diestro y siniestro.
    Como es natural, mi padre, todavía un hombre joven, tenía más ganas de un reloj de pulsera que un hambriento un trozo de pan.
    Como la que llevaba los pantalones era mi señora madre, el pobre ni tenía reloj de pulsera, ni dinero para comprarlo.
    Una noche cuando llegó del servicio, venía muy sonriente y contento. A nadie, mejor dicho a nosotros los niños, no nos pasó desapercibido que a papá le pasaba algo, pues estaba muy alegre. Empezamos a cenar y él seguía sonriente, más bien contentisimo.
    No dijo nada pero hacía muchos aspavientos con su brazo izquierdo (ahora que lo pienso, lo que quería era enseñarnos tal "joya").
    De repente unos de mis hermanos que lo descubrió dijo:
-Papá tiene un reloj en el brazo.
    ¡¡Dios mío, la que se armó!!
    Los niños, todos, queríamos ver ese artilugio que llevaba papá en el brazo y decía la hora que era. Pero cuando lo descubrió mamá, todo se desmoronó:
    -Que si muchas ganas tenías tú de un reloj de pulsera.
    -Te habrá costado una fortuna.
Que si fue que si vino, el caso es que la fiesta terminó. Nos mandaron a todos a la cama y el pobre de mi padre no hacía más que disculparse diciendo que lo iba a pagar a un compañero que los vendía...a un duro al mes.
    Mi madre no daba su brazo a torcer y no paraba de decir que íbamos a comer todo el mes RELOJ.
Pasados unos días, mi padre se fue a hacer unos ejercicios espirituales pagados por el Ayuntamiento de Madrid a Pozuelo de Alarcón.
    Creo que duraban 7 días y los hacían por turnos voluntarios todos los funcionarios que querían. Yo creo que mi padre fue por no oír a mi madre darle la murga con lo del reloj.
    Yo era muy pequeña, creo que tenía 10 años y no se que pasaría  a la vuelta de mi padre de dichos ejercicios espirituales. Lo que si se, es que, pasados 9 meses nació otro de mis hermanitos, ya eramos 5. Mi madre, ilusa ella, quería que naciera rubio, pues no le haría más ilusión que tener un hijo rubio.
¡¡¡Pero si mi padre era un morenazo, ella también, aunque más clara y nosotros todos mas bien morenetes!!!
    En fin, el niño era precioso, pero puedo asegurar que fue el más moreno de todos. Tal es así, que le llamábamos..."El negrito" .
   Pasado el tiempo, mi madre le regaló un día de su cumpleaños un magnifico reloj, mejor que el que se compró pagando cinco pesetas al mes.
    ¡¡Claro, que, los tiempos cambian!!




16 comentarios:

  1. Que bonita anécdota de tu infancia a mi padre le regaló mi madre un reloj de pulsera en la pedida de novia (algo que ya ha pasado a la historia) y mi padre le regaló a mi madre una pulsera.Claro que yo lo sé porque me lo contaron ya que todavía quedaban varios años para que yo naciera.Después de unos cuantos años la pulsera se la perdió mi hermana mayor una vez que se la cogió sin permiso para salir en una carroza en las fiestas de los estudiantes ya que era dama de honor de la reina y volvió sin ella pero no recuerdo si hubo o no bronca.Con los años estando trabajando mi hermana cómo médico en Toledo le compró a mi madre una pulsera en compensación.Sin querer te he contado una anécdota de mi familia.Besicos

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    1. Yo no se lo que se intercambiaron mis padres el día de su pedida, pues no estaba allí.
      Bromas aparte, lo que si es seguro es que nuestros padres estaban felices.
      Un besito Charo.

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  2. Gracias por recordarnos el pasado. Un beso

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  3. Esto de los relojes me mueve a hablar de mi amiga Irene. Su hermano era fanático de los relojes, hace pocos años falleció y ella empezó a repartirlos a todos sus conocidos, a mi me dio MEDIA DOCENA! que distribuí entre la familia, uno más hermoso que otro, yo misma uso uno que es A CUERDA!!! Ma de los Angeles! Así que revivo los años juveniles a menudo, dándole cuerda cada vez que lo uso. En aquellas épocas eran todas máquinas muy buenas, ahora hay descartables!!! jajaja. Tu mami sí que tenía carácter, pero un alma buena, al fin y al cabo le regaló ella misma uno, un abrazote!

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    1. En épocas pasadas a todos nos gustaban los relojes. sería porque no teníamos.
      Hoy nuestros hijos y nietos tienen mucho más que nosotros.
      Un fuerte abrazo María Cristina.

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  4. Claro que los tiempos han cambiado, también recuerdo mi primer reloj, lo miraba cien veces al día. Nos hacían ilusión muchas cosas, como obtener el carnet de conducir, lo mismo que la compra del primer utilitario de segunda mano.
    Hoy la mayoría tenemos casi de todo y no le damos mayor importancia.
    Abrazo.

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    1. Lo mismo hacía yo que me lo regalo mi madre cuando cumplí 18 añitos.
      Un abrazo Matías.

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  5. La ilusión que hacía poseer un reloj y aún más enseñarlo ;)
    Abrazos.

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    1. Cierto Alfred. Ahora nuestros descendientes no saben valorar lo mucho que les sobra.
      Un fuerte abrazo

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  6. Que bonito y entrañable, María, es todo lo que cuentas. Eran situaciones normales en casa de familias humilde, como era la mía, y te podía comentar algún caso parecido en cuanto a la escasez de presupuesto, pero no me quiero extender; ahora bien, siempre, la familia unida y felices.
    Gracias, por tu buen hacer y por los bonitos recuerdos que me has traído.
    UN fuerte abrazo.

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  7. Es cierto Manuel. Donde eramos mucha familia no se podían tener muchas cosas, solo lo imprescindible.
    Tus estudios a través de los pueblos del Sur son siempre magníficos.
    Gracias a ti he aprendido muchas cosas que no sabía.
    Un fuerte abrazo.

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  8. No se nada de lo que escribiste Me has alimentado la mente Me gusta tu estilo de escritos llega profundamente
    abrazo

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    1. Gracias RECOMENZAR.
      seguimos en madrid con mucho frío, seguro que tu estás mas calentita. Claro que ya llegará el verano aquí.
      Un fuerte abrazo para todo Miami.

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    2. jajajaj No te atrevista para hablar del topico
      No hay hombre querida en mi blog
      solo brazaletes
      y letras de mis nuevos textos
      te abrazo y tev aprecio

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  9. Hi Selina



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