Hace unos días estaban poniendo en tv. la película Raíces profundas, estoy segura que casi todos los que leáis esto (suponiendo que lo lea alguien), la habéis visto.
Yo la vi por primera vez, halla por los años 50. que fue cuando se estreno. Desde entonces, siempre que la ponen, la veo por los recuerdos que me trae. No, no penséis que fui al cine con un apuesto joven ha hacer manitas, no...fui con uno de mis hermanos.
En aquella época, tanto mis hermanos como yo, eramos estudiantes. Yo era la mayor de siete.
También en aquella época no se estilaba (por lo menos en mi casa), como digo no se estilaba que te dieran "la paga", por lo tanto, no teníamos ni un duro (cinco pesetas entonces).
El tercero de mis hermanos, en el escalafón de hermanos, me dijo un día:
-¿Como haríamos para ir al cine?
Decidimos engañar a mamá. La pobre era muy lista...pero aveces también se le podía engañar. Nos pusimos manos a la obra.
Dinero no nos daba, entre otras cosas porque no le sobraba, pero si nos hacía falta algo para la escuela, jamás lo negaba, si no tenía lo buscaba pero jamás nos dijo, no, si era cosa del colegio.
Nosotros, picarones, ideamos la manera de ir al cine:
Le dijimos que necesitábamos seis pesetas cada uno que teníamos que ir al Museo de Ciencias con el colegio, no pensó ni por un momento, que cada uno de nosotros íbamos a escuela diferente, tal era su responsabilidad para que estudiásemos.
Nos dio un duro a cada uno, una peseta a cada uno, para el metro y además un bocadillo de membrillo a cada uno.
No corríamos, volábamos¡¡¡ Tomamos el metro hasta cuatro caminos (vivíamos en Tatúan), al cine Espronceda, vimos la película, primero el Nodo, nos comimos el bocadillo de membrillo...Que bien lo pasamos¡¡¡
Esto fue un jueves y al día siguiente me dice mi madre:
-Niña, el domingo vamos al cine Espronceda que me han dicho que hay una película de Alan Ladd. Es que a mi madre le gustaba mucho este actor, yo creo que era su amor platónico.
Pues bien, el domingo siguiente...fui otra vez a ver Raíces Profundas, desde entonces no dejo de verla siempre que la ponen. ¿Recuerdos? ¿Nostalgia? Quizá de todo un poco.
Mamá no se enteró nunca de este pequeño engaño, quizá ahora que tanto mi madre como mi hermano están los dos en el Cielo...quizá se haya enterado. Seguro que mi hermano está preparando el terreno para que cuando yo llegue no nos de con la zapatilla...suponiendo que en el Cielo haya zapatillas...
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