Algunas veces cuando comes algo de temporada te vienen a la vez recuerdos. Hoy mientras me comía unas castañas que previamente había asado en el microhondas, me han venido a mi mente muchos recuerdos, recuerdos que si bien son bonitos también son tristes.
Veía a mi madre rodeada de seis niños alrededor de un brasero, tenía en su regazo un cazo de castañas cocidas, nos las estaba repartiendo a la hora de la merienda.¡Que ricas estaban! Entonces no había bollería industrial, ni yogures y las"chuches" se componían de pipas y caramelos. Además de las castañas, recuerdo que había una cesta de mandarinas, de aquellas que tenían muchos pipos, que algunas veces casi nos ahogábamos con ellos. Ahora hasta eso ha cambiado ya no hay nada dentro de los gajos.
Mientras yo estaba en estos pensamientos ha sonado el teléfono, era una prima hermana y las dos hemos empezado a recordar.
¿Te acuerdas prima...?
Así hemos recordado cuando siendo ella muy niña vino a pasar las Navidades del 52 con nosotros. Ella vivía en Campo de Criptana, la trajo mi madre en una visita que hizo a su hermana, la niña venia más contenta que unas castañuelas. Mi madre ha sido siempre muy detallista y siempre celebrábamos la Navidad y Reyes con mucha ilusión aunque fuesen humildes.
Los domingos por la tarde nos compraban unas riquísimas milhojas de hojaldre y merengue, más de una vez mientras las comíamos, uno empujaba la mano del otro al ponerse el pastel en la boca y le estampaba el milhojas por toda la cara. Con esta broma todos nos reíamos mucho al ver nuestro hermano con la cara blanca, pero no contábamos que la chiquilla no sabía de nuestras diabluras. Un día mientras estaba distraida uno de mis hermanos le dio un manotazo y ¡Zas!
La que se armó. La niña gritando asustada que parecía que la estaban matando, mi padre que aparece y al ver a la nena tan asustada se empleó con nosotros...claro que como la puerta estaba más cerca de nosotros, salimos en estampida, el pasillo se nos quedó estrecho y en menos de cinco minutos estábamos todos en la calle después de haber bajado cinco pisos.Cuando comprendimos que había pasado la "tormenta" subimos a casa. Ya estaba todo en calma.
Hemos estado un buen rato "colgadas" del teléfono recordando y al final...hemos llorado.
Los recuerdos no dejan así algunas veces, con alguna que otra lagrima.
ResponderEliminarQue ricas las milhojas en aquellos años que no se podían comprar mucho.
Besos Maria Angeles.
Mi querida Rafaela, veo que tu también te acuerdas de las milhojas, era nuestra diversión de casi todos los domingos. ¡¡¡Que tiempos!!!!
EliminarUn beso
Ma.de los Angeles, yo recuerdo con nostalgia cuando mi mamá volvía de su trabajo con merengues con crema o dulce de leche, eran enormes, no podíamos comerlos de una vez, esas cosas son la sal de la vida, un abrazo!
ResponderEliminarSon cosas que no se olvidan nunca ¿Verdad Mª Cristina?
EliminarLo bueno es que los dulces aún siguen estando.
Un beso
Lieben Gruß und fröhlichen Tag
ResponderEliminarCL
Feliz fin de semana para tí también, gracias por visitarme.
EliminarUn beso, Nublado
A mi me pasa lo mismo María de Los Ángeles, que los sabores me traen recuerdos, y algunos especialmente como el de las castañas. Al lado de mi casa, hay una señora que las vende asadas en un puestecito, y cada vez que paso me vienen a la mente esos recuerdos. me ha gustado mucho tu entrada y me siento identificado con ella. Gracias. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Pepe, aquí en Madrid también hay puestos de castañas asadas, antiguamente había más pero todavía quedan algunos, también asan boniatos y americanizandonos un poco...tienen mazorcas de maíz.
Eliminar¡Ay, si nuestros antepasados levantaran la cabeza!
Un fuerte abrazo para la tertulia
Recordar es volver avivir, volver a sentir, volver asoñar con aquellos tiempos que no han de volver.
ResponderEliminarOlores, sabores, sonidos,voces, perfumes, etc. Son los que acompañan nuestro presente, con la dulce nostalgia del ayer; ese ayer que todos quicieramos tener.
Un beso gata y un abrazo a la distancia, pero con mucho afecto.
Gracias plumma...Es hermoso recordar, aunque a veces sintamos mucha nostalgia.
EliminarCon personas como tu, la lejanía se hace corta.
Un beso