Erase una vez un perrito que paseaba por las calles de un pueblo y siempre se paraba curioso ante una casa abandonada.
Un día, decidió investigar, entró dentro y recorrió la enorme mansión de punta a punta. Cuando llegó a la buhardilla, empujó la puerta semiabierta y vio que había 1000 peritos observándolo tan fijamente como él a ellos.
El perrito comenzó a mover la cola y todos los canes hicieron lo mismo; ladró alegremente y cada uno de esos animales le devolvió el simpático saludo.
Cuando abandonó la casa, pensó: ¡ Que lugar tan agradable, vendré más a visitarlo !.
Días después, otro perro callejero entró en la misma casa, pero a diferencia del anterior, se sintió amenazado cuando los 1000 perritos le lanzaron una mirada de desafío. Cuando él les gruñó, los otros le devolvieron el mismo gesto.
Mientras salía a la calle, pensó: Que horrible lugar, jamás volveré.
Encima de la puerta de entrada a la vieja mansión había un letrero que decía:
" La casa de los 1000 espejos"
A menudo sucede que el mundo nos devuelve lo que proyectamos al exterior: si encaramos la vida con una sonrisa, los demás nos devolverán esa misma sonrisa, pero si mostramos nuestra peor cara, esa es la que veremos en los demás.
Debían de tomar nota muchos de los que no están a gusto con los acontecimientos que ocurren en estos momentos en mi país.
Todos tenemos nuestras preferencias, pero no por eso tenemos que ir con la cara agria todo el día.
Estamos viendo en los periódicos y en la televisión gentes con cara de odio, mirando a ver si pueden pisar al que tienen más cerca.
Yo les diría que antes de salir de casa con la pancarta, o la bandera que no le gusta a su vecino, que se miren en un espejo, si no les gusta la cara que ven...que sonrían. Esa cara si que les gustará a ellos a su vecino o amigo.
Igual que hizo el perrito de nuestra historia.
Un cuento para aprender que si queremos sonrisas debemos de sonreir. Besicos
ResponderEliminarEfectivamente Charo, siempre tenemos que sonreír, nada de tener la cara agria.
EliminarUn besito
Muy acertado Ma de los Angeles, y te aseguro que sirve para muchos países, sonriamos al vecino aunque parezca que no nos quiere saludar, a la larga va a aflojar!
ResponderEliminarUn abrazote!
Tienes toda la razón María Cristina. Hagamos acopio de otro refrán, "Al mal tiempo buena cara".
EliminarUn fuerte abrazo
Sí señora, así se habla Mª de los Angeles, a mi tampoco me gusta que por lo que está pasando en España haya personas que vayan con la cara agria. Yo creo que hay que sonreír, que así las penas son menos penas. Y hay que mirar con buena cara a la esperanza. Me ha encantado. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
ResponderEliminarGracias Pepe. Seguro que con buena voluntad se va a solucionar todo, pronto y bien.
EliminarUn abrazo y buena semana
Como bien dice el refran "al mal tiempo buena cara"
ResponderEliminar;o)
Estos días estamos echando mano muchos refranes. Gracias por tu visita Marilyn.
EliminarUn abrazo desde España a la lejana pero siempre querida América
Me encanto tu historia.
ResponderEliminarEl perrito es uno mismo mirándose en los espejos.
Un abrazo y me alegro visitarte.
Hola Ricardo.Yo también me alegro de haberte recibido, gracias por tu visita.
EliminarUn abrazo madrileño para Miami.
Para ser buenos perritos, debemos primeramente respetarnos a nosotros mismos, para que el espejo, nos devuelva ese mismo respeto.
ResponderEliminarTu reflexión tiene unas connotaciones excelentes.
Gracias por tu visita y si me lo permites, también te sigo.
Un placer conocerte. Saludos cordiales.
Por supuesto que me encantará recibirte siempre que quieras.
EliminarUn abrazo Armando