sábado, 13 de diciembre de 2014

Regalos por Navidad

Antes de que empecéis hacer regalos por las fiestas navideñas, casi os voy hacer un ruego, no regaléis cachorros ni animales de cualquier tipo a nadie, pero menos a los niños.
Cuando un niño abre una caja donde se supone que está su regalo, se pone muy contento, pero si es un animal vivo quizá se alegre mucho más. Esto, aunque no lo creáis, dura poco. Primero y sin ellos querer, lo hacen sufrir mucho, a los pocos día ya están artos de su mascota viva, no se preocupan de que esté limpio, si ha comido, si le falta agua y no digamos cuando llegan las vacaciones de verano, en ese momento, los niños, el padre, y la madre que los pario, todos ellos, deciden que hay que deshacerse del gatito, del perrito o el conejo, que este, el pobre ha estado metido en una jaula seis meses. Es en lo único que se ponen de acuerdo, donde tirar a la mascota.

Yo tuve una gatita, (se llamaba Rufa), fijaros si la quería que le puse su nombré a mi blog. No solo yo la quería, mis hijos, mi nuera y los vecinos que la veían algunas veces en la terraza.
En los doce años que vivió con nosotros, yo particularmente, no salí de vacaciones. Al no salir yo todos los de la casa se quedaban en Madrid los doce veranos, edad que viven los gatitos, más o menos.
Cuando tenía once años ya casi los doce, le salió un cáncer de mama, La llevamos a la veterinaria y la operó, pero...a los tres meses después de la operación... murió.
Era una mañana del mes de agosto y ya casi no se tenía de pie, estaba haciendo esfuerzos para subirse a mi cama donde había un rayo de sol, (ya sabéis que los gatos son muy frioleros).
La cama estaba sin hacer pero la subí a ese rayo de sol que ella buscaba, se tumbo y me miró.
Para no echarla de la cama me puse a planchar, con el fin de dejarla tranquila. Antes le había dado una comida recetada por la veterinaria que estaba muy clarita pues ella no podía comer y nosotros se la dábamos con una jeringuilla.
Mientras yo planchaba miraba de vez en cuando y siempre que la veía me miraba con los ojitos abiertos.
Una de las veces que me asomé la vi con una postura muy rara, me acerqué, tenía los ojos como platos mirándome y la cabeza vuelta como si me siguiera con la vista, la cogí en mis brazos, me miró, hizo una cosa muy rara y mirándome fijamente murió.
Yo empecé a llorar mientras le cerraba los ojos, al oírme uno de mis hijos que estaba de vacaciones, se abrazó a mi y los dos con la gatita Rufa en brazos lloramos juntos.
Avisé a mi hijo mayor que vive fuera de Madrid con su esposa y ellos también lloraron, hoy que ya hace un tiempo que ocurrió, añoramos a Rufa, especialmente por estas fechas, pues nos hacía muchas trastadas con el Belén.
Mientras nosotros dormíamos, escarbaba en el serrín, hacía "sus cositas" y lo tapaba, Claro a la mañana siguiente no había quien entrase en el salón del mal olor. Todos los días tenía que reponer el Nacimiento. Hoy daría cualquier cosa por tener aquella "molestia" que me causaba mi linda gatita.

ENSEÑAD A LOS NIÑOS QUE AMEN A LOS ANIMALES

8 comentarios:

  1. Soy de tu misma opinión. Yo no tengo gata, pero tengo una perrita preciosa a la que quiero con toda el alma, y por experiencia sé que los niños no son buenos par hacerse responsables de un animalito, es absolutamente necesario que detrás estemos los adultos, pero tampoco se les debe privar de que crezcan junto a un animal. Hay que enseñarles que no es un juguete más, que es un ser vivo que tiene necesidades como él, físicas y de cariño. Me encantan los animales y se me parte el alama cuando veo que los maltratan. Feliz domingo. Un abrazo.

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    1. Hola Pilar. Bien sabes que algunos adultos se portan peor con los animales que lo niños.
      Me alegro que tengas una perrita tan linda, nosotros desde que murió "la gata Rufa" no hemos podido tener ningún animal, la echamos mucho de menos.
      Un abrazo

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  2. Me has hecho llorar. A continuación he ido a darle mimos a Bolo. Gracias.

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    1. Yo recordando y escribiendo este relato también he llorado.
      Un beso para ti trimbolera y un achuchón para Bolo.

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  3. Ma de los Angeles, esto que contás es muy común, lamentablemente. Pero también hay chicos que lloran cuando su perrito o gatito se pierde y andan con avisos de acá para allá para encontrarlos, o si acaso se van para siempre y lo sufren un montón. Es muy válido tu consejo, las familias tienen que tener responsabilidad si adotan un animalito, y hacerse cargo con todas sus obligaciones, las satisfacciones nos las dan ellos, como tu preciosa Rufa, un abrazo!

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    1. Hay de todo en la viña del Señor, unos buenos y otros menos buenos.
      Si es verdad que algunas veces me han preguntado si he visto el perro que me enseñaban en una fotografía. Y si, es verdad, y se le veía cara de sufrimiento.
      Un beso María Cristina

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  4. Me encantan los gatos pero me resulta imposible tener uno en casa ya que a mi marido no le gustan así que prefiero a mi marido que a lindo gatito. Besicos

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    1. Creo Charo que has hecho una buena elección...mejor un marido que un gatito, por muy majo que este sea.
      Un beso

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