No se si en otras grandes ciudades del mundo hay suburbios, aquí en nuestro querido y hermoso Madrid, si los hay, por lo menos uno, el llamado "Gallinero".
Existe desde hace 30 años una parroquia humilde en este barrio. En ella, sus tres sacerdotes trabajan con la población excluida socialmente y acogen en sus casas a ex presidiarios, drogadictos, inmigrantes o chavales de la calle. No le cierran la puerta a nadie.
Hasta ahí, sin problemas, según el arzobispado. Pero es que los curas dan la misa vestidos con ropas de calle; admiten ateos y musulmanes; y en la eucaristía, en vez de hostias, reparten rosquillas. Y por eso, por no ajustarse a las normas, el anterior arzobispo de Madrid comunicó a los tres sacerdotes que tenían que cerrar la iglesia..."Según ellos, la catequesis que damos no está homologada y la liturgia es un desastre.
Contaría mucho más de estos entrañables sacerdotes, que no quiere decir que critiquemos al anterior arzobispo, no, pues "cada maestrillo tiene su librillo" al menos eso es lo que dice el refrán.
Desde hace unos días tenemos un nuevo arzobispo, pues el anterior ya es muy mayor y esta delicado de salud. Y claro los tiempos cambian y mira por donde, don Carlos Osoro, que así se llama, decide que quiere hacer una visita "Al Gallinero", precisamente en un día que llovía una barbaridad en Madrid. Y aquí tenemos a nuestro arzobispo de Madrid, don Carlos Osoro que hace una llamada al párroco de la "destartalada" iglesia, en El Gallinero, digo destartalada porque es un humilde piso del barrio de Entrevías que también es muy humilde.
Cuando el cura, don Javier Baeza, quizá un poco nervioso, se encuentra con monseñor, le saluda como es de rigor...entonces el señor arzobispo le dice. - Dame un abrazo y llámame Carlos...
"Te conozco por la prensa", le dijo el obispo al cura. "Yo también a usted" respondió Javier. "Vamos a llamarnos de tu". Y así, junto con su secretario y dos voluntarios, se subieron en la destartalada furgoneta de Javier.
Durante dos horas y media en mitad del aguacero, "el peregrino" bajó a los infiernos de la capital.
El obispo se limpió los zapatos embarrados en un charco. Pero los recuerdos de esa tarde seguro que serán imborrables en el recién estrenado ministerio del arzobispado de Madrid.
Visito a los pobres de los más pobres y un niño le preguntó. - ¿Entonces tu eres el Papa?
Empapado hasta las orejas, con la sotana y los zapatos embarrados, Carlos Osoro no pudo menos que sonreír. " No, no lo soy, pero si quieres puedo ser tu amigo. Me llamo Carlos, ¿y tu? "
Su anfitrión, el párroco de Entrevías, Javier Baena, apenas podía creerse lo que estaba viendo.
Entró en una chabola donde le recibió una mujer que, al preguntarle cuantos dormía en las dos camas de la que disponían, la señora le contesto. - Dormimos mi marido, mi madre, mi hermana y...mis once hijos. La señora tiene 33 años.
"Es inexplicable como puede haber tanta pobreza a tan poco kilómetros del centro", suspira el arzobispo de Madrid, quien recordó sus experiencias en las favelas brasileñas o con los pobres de Valencia...
El bueno del cura de Entrevías, dijo después a los amigos.
"No quiero establecer comparaciones, pero es la primera vez que me encuentro con un obispo, que me escucha y me da su teléfono.
Contó que la última vez que estuvo con el Papa, le preguntó si ya tenía casa donde vivir. ¡Como voy a estar, al lado de como está viviendo esta gente!
El Obispo se limpió los zapatos embarrados en un charco, pero los recuerdos de aquella tarde se antojan imborrables al recién estrenado Arzobispo de Madrid....
Un gran ejemplo el del arzobispo pero es así cómo deberían hacerlo todos siguiendo el ejemplo de Jesús.Tengo recuerdos de los campamentos parroquiales ( cuando era monitora) donde el sacerdote vestido normal ( tipo campestre cómo todos) nos hacía la misa en pleno campo todos en círculo sentados en el suelo y la comunión era el pan normal que bendecía y nos daba un trozo a cada uno de los que comulgábamos, la verdad que recuerdo aquellas misas cómo extraordinarias y llenas de devoción, un día también nos visitó el Obispo de sorpresa y pasó el día con todos los acampados, nos pilló "in fraganti" sin haberle hecho una limpieza al campamento que de haberlo sabido la hubiéramos hecho.Besicos
ResponderEliminarMe parece una cosa preciosa lo que me cuentas de esos campamentos. En mis tiempos no había esa camaradería, pues yo no había estado cerca de un Obispo hasta el día de mi confirmación y después...ya no he visto a ninguno hasta hace unos años que parece que ha cambiado la cosa.
EliminarSin embargo, el que tenemos ahora en la Diócesis de Alcalá, Dos Juan Antonio Reig Pla, es un encanto y ya he estado y hablado con él en varias ocasiones, dentro y fuera de mi Parroquia.
Un beso Charo, y que todo siga como ahora, o...mejor
Qué hermosa anécdota de humildad y buenos ejemplos, Ma de los Angeles, se vienen buenos tiempos sin dudas, habrá que seguirlos, un abrazo!
ResponderEliminar¡Ojala y que así sea!
EliminarAhora los Obispos son más cercanos al pueblo y a todos nosotros nos hace mucho bien.
Nos han dicho que este año va a venir el Papa a España, ya estamos preparándonos, a ver si tengo suerte y le puedo ver.
Un abrazo María Cristina
Lo importante no es el continente si no el contenido.
ResponderEliminarEs grato leer que personas que pertenecen a la jerarquía eclesiástica bajen a la tierra y se embarren de realidad .
Besos de gofio.
Yo creo que ahora son más cercanos a nosotros, tanto los simples curas, como los Obispos.
EliminarGracias por tu visita Gloria, te mando un beso
Hola María de los Ángeles, conozco hace algunos años a Don Carlos Osoro y no me extraña nada su buen hacer. Un hombre de Dios, lejos de los pobres y de su sufrimiento, no es de Dios. Mucho va cambiando esa rígida Iglesia que tenemos, gracias al papa Francisco que es el primero en romper moldes.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Le dejo un beso de ternura.
Sor.Cecilia
Aquí también nuestro querido Obispo de Alcalá, don Juan Antonio Reig Pla, es muy cercano, o por lo menos a mi me lo parece ya que ha visitado varias veces mi Parroquia. Cierto día que estábamos en otra parroquia, al decirle yo que era de La Santa Cruz me dijo: Yo quiero mucho a la Santa Cruz..
EliminarGracias por visitarme Sor Cecilia.
Con todo respeto le envió un fuerte beso
Hola amiga, la verdad que me ha gustado tu entrada más que ninguna, yo vivo en Madrid y se de las gentes que por aquí caminan, y en nada se parecen a ese arzobispo que me deja asombrada de pensamiento, de corazón puro, y de misericordia, de buena gente como hace falta en estos tiempos.
ResponderEliminarHace falta humanizar a esta sociedad sin conciencia, estamos en momentos difíciles para todos, pero hay muchos que se aprovecha de este problema y de la sinrazón de los gobiernos que a todos nos humilla y empobrece. Encantada de leerte Mª de los Ángeles. Un abrazo.
Me alegra que te haya gustado mi entrada y mucho más que seas de Madrid.
EliminarMira, nuestro anterior arzobispo Rouco Varela, está muy delicado de salud, pero también tuve la suerte de estar ceca de el una Semana Santa, claro que estaba en la Catedral de la Almudena y yo fui allí.
De todas maneras los tiempos están cambiando y todos son más cercanos.
Gracias por tu visita y ya de paso te pido, si puedes, que me votes en los premios del 20 Minutos, periódico en el que sale mi blog, no es que vaya a ganar pues hay blog muy buenos pero, si cae algún voto...
Un beso guapa y no dejes de visitarme