Hay niños revoltosillos, traviesos y...encantadores. Pero también hay padres que son unos verdaderos sabios y saben decir muy bien las cosas. Este papá de nuestra historia creo que es un hombre sabio.
No sabemos como es su esposa. La mamá del niño.
Un día, Jorgito entró en su casa dando patadas y gritando muy molesto:
-Papa, estoy muy enfadado con mi compañero Pedrito. ¡Me ha humillado delante de mis amigos!, ¡Ojalá le pase algo malo que le impida volver al colegio!, siguió exclamando el niño.
Su padre, entonces, fue a buscar un saco de carbón que tenía en el garaje y lo sacó al jardín.
-Ven, Jorgito. ¿Ves aquella camisa de allí, en el tendedero? Imagínate qué es Pedrito y que cada trozo de carbón es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón del saco, le dijo.
El niño se lo tomó como un juego y comenzó a tirar los carbones pero, como la camisa estaba lejos, pocos acertaron en el blanco.
Cuando su padre volvió, le preguntó, que como se sentía y el pequeño respondió:
-Cansado pero alegre. Le di a la camisa con algunos trozos.
-Ahora, acompañarme, le ordenó su padre, que puso al niño delante de un espejo. Jorgito se llevó un buen susto porque todo él estaba de color negro.
-Como has visto, la camisa ha quedado un poco sucia pero nada comparable a cómo has quedado tú.
La lección, hijo mío, es que el mal que deseamos a otros nos vuelve siempre de forma multiplicada, le dijo, con la esperanza de que Jorgito se diera cuenta de que tener malos pensamientos es algo inútil, que acaba perjudicándonos.
Cuando mi amigo me terminó de contar esta historieta, yo le pregunté:
-¿Amigo mío, Qué dijo la mamá después de ver la camisa blanca blanquísima que ella puso en el tendedero?
¿No les dio al papá y al niño otro "ejemplo" con un garrote?
Me contestó:
-Contigo no hay quien pueda, tu eres de las que fastidia al mago cuando saca un conejo de la chistera y dices que lo llevaba debajo de la capa.
Los dos nos reímos un rato.
Porque yo no era la mamá de esa "ricura de niño"
¡¡¡Ejemplos a mi!!!
Poca risa le daría a la madre, pero el ejemplo está muy claro y es verdad. Besicos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo trimbolera, seguro que no le hizo ni pizca de gracia volver a lavarla.
EliminarUn besito
ja ja ja, ..."porque siempre hay que mirar el otro lado de las cosas" no? Muy buena anécdota, ese pensamiento me llevó a tener tranquilidad frente a las agresiones, todo vuelve, un abrazo Ma de los Angeles!
ResponderEliminarLo primero que hay que tener es, tranquilidad y sosiego, pero claro a veces es un poco difícil.
EliminarUn abrazo María Cristina
Un buen ejemplo el que dio el padre a su hijo aunque saliera perjudicada la que lavó la camisa........seguro que el marido la volvió a lavar :-) Besicos
ResponderEliminarLagarto, lagarto. No conozco a muchos maridos que sean tan complacientes, jajaja.
EliminarUn beso Charo
Hola Mª Angeles, si que es verdad que debemos tener cuidado en lo que le deseamos a "nuestros" enemigos, por eso se dice que no escupamos hacia arriba ya que nos pude caer encima, buen ejemplo le dio el padre al hijo, me imagino que después lavaría el la camisa, que si no la madre se lo come jeje
ResponderEliminarBesos.
Seguro que la señora, mamá y esposa, se comió a los dos, jajaja.
EliminarUn beso Piruja
Un buen ejemplo le dio el padre al hijo, también aplicable a los mayores que más de una vez nos gustaría ser nosotros los que tirásemos los carbones a la camisa… después ya sabemos el resultado. Encantada de leerte. Un beso.
ResponderEliminarGracias Lola:
EliminarA veces, no solo quisiéramos tirar carbones, sino piedras, jajaja. Por eso es mejor contar hasta diez antes de hablar o, en este caso, tirar algo contra nuestro "enemigo".
Gracias otra vez por tu visita.
Un beso
Un buen ejemplo le dio el padre al hijo, también aplicable a los mayores que más de una vez nos gustaría ser nosotros los que tirásemos los carbones a la camisa… después ya sabemos el resultado. Encantada de leerte. Un beso.
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