Último día de piscina

Todos los años "cerramos" la piscina. Digo cerramos porque siempre terminamos nuestras vacaciones en la piscina de San Fernando de Henares. Después de haber estado dos semanitas en la playa, dejamos la última para la piscina en la que lo pasamos divinamente y el sábado pasado, o sea, el último del mes de agosto, las piscinas municipales cerraron el chiringuito hasta el próximo año si Dios quiere.
 Hace años, un vecina con la que nos llevamos muy bien íbamos con los niños todos los días, no solamente llevábamos a los nuestros sino que se apuntaban todos los críos de la comunidad. Nosotras tan contentas, pero las otras mamás se quedaban en la gloria cuando nos llevábamos a sus hijos y las dejábamos libres de niños.
El sábado pasado, no solamente fuimos con nuestros hijos, fuimos además con los nietos, nueras y "nueros". Nos juntamos: seis niños y ocho adultos y...dos niños más.
Estos niños son dos hermanitos, niño de 6 años y niña de 14, Omar y Tamara. Su mamá murió cuando el nene tenía 2 años y la niña ocho, tienen un buen padre que los cuida y trabaja mucho para su bienestar.
Los Servicios Sociales les han puesto una señora que también los atiende muy bien, pero, siempre hay un pero y es que, la señora el mes de agosto está de vacaciones.
Hace unos años algunos familiares se los llevaban al pueblo, pero, como pasa siempre, según pasa el tiempo nos vamos olvidando de los que nos necesitan y por eso los niños han estado todo el mes de agosto solos. Si, ya se que la niña ya es una mujercita, pero al fin y al cabo es una niña. Todos los vecinos los queremos mucho, no solamente por su orfandad, sino porque son muy cariñosos y creo que nos quieren más que a su propia familia.
Estábamos mi vecina y yo preparando la mesa, con nuestros manteles, que parecíamos dos "domingueras", cuando apareció la parejita. Iban buscando un sitio dónde poder comerse su bocadillo.
Enseguida les dijimos que ya lo habían encontrado iban a comer con nosotros. Al poco rato apareció toda la "jauría". Mi hijo, sus amigos, los niños de sus amigos, más hijos, más nueras y...nosotras las mamás "mayores", que por algo pagamos menos en la piscina, por ser eso, "mayores".
Llevamos lo clásico que se lleva cuando va uno de campo y además mi vecina, preparó aperitivos, e incluso, "chuches".
Nuestros amiguitos con el beneplácito de todos se sentaron a la mesa y comieron como los demás y bebieron refrescos como todos los niños.
Una de las cosas que se me ocurrió hacer fue una "tortilla paisana", por aquello de que  estaría más jugosa. Los vecinitos que se habían sentado a mi lado, comieron de todo y por supuesto mi espléndida tortilla paisana.
Nos reímos mucho cuando Omar se dirigió a mí diciendo:
-Mª Ángeles, dame más de esa "torta" de colores que está muy buena...
¡¡¡Con que placer se comió Omar la "torta" de colores!!!
Es lógico que una niña de 14 años no sepa cocinar, pero mi vecina y yo le prometimos darle la receta y enseñarle para que le haga una tortilla paisana a su hermanito.
Claro que ellos se rieron de mi cuando les dije que la tortilla se llamaba paisana.
Bueno el caso es que todos sin excepción lo pasamos muy bien. Ahora vamos a esperar al próximo año si Dios quiere.
Lo dicho. ¡¡Hemos cerrado la piscina hasta el año que viene!!