martes, 19 de enero de 2016

Dalo todo por quien ames

Lo que voy a contar ocurrió hace mucho tiempo pero como ahora estoy, "de médicos" uno de ellos me lo ha recordado.
Como ya sabéis los amigos que me seguís y, aunque ya estoy mejor de esa bronquitis que pillé no se donde, pues como digo, he ido a urgencias y he ido después a mi médico de cabecera.
El día que llegué a urgencias me atendió un doctor joven y muy guapo, claro que yo no me di cuenta con mi malestar que no paraba de toser. Cuando me reconoció y me estaba haciendo las recetas, me dijo:
-Señorita Angelines, no me reconoce?
Me quedé fija mirándole y al  no tener respuesta, me dijo:
- Yo soy aquel niño que usted me tenía de la mano mientras nos hacían una transfusión a mi y a mi hermana...

Voy a empezar por el principio:
Dada la edad que tengo he hecho muchas cosas en mi vida. He sido, aprendiza de mucho y maestra de nada.
Una de las cosas que hice fue trabajar en los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Coslada como auxiliar de Geriatría y Puericultura. Empecé con niños y terminé con ancianos. Una de las veces que estaba haciendo un curso en un hospital, conocí un caso que ha permanecido en mi memoria.

Una niña estaba hospitalizada desde hacía unos meses porque sufría una extraña enfermedad. La única oportunidad de recuperar la salud era su hermanito, de 5 años, quien había podido sobrevivir a la misma enfermedad y había desarrollado anticuerpos. Con una transfusión entre hermanos, había muchas probabilidades de salvarla.
El doctor que llevaba el caso le explicó al niño lo mejor que supo cuál era la situación:
*¿Estarías dispuesto a darle tu sangre a tu hermanita? Sólo así lograremos que se cure*. Tras dedicar unos segundos a pensarlo, el pequeño dio un largo suspiro y contestó:
 *Si, lo vamos a hacer si eso es necesario para que mi hermanita viva*.
Mientras realizaban la transfusión, ambos hermanos se miraron a los ojos y el niño empezó a sonreír a medida que veía que las mejillas de su hermanita recuperaban el color. Por el contrario, su cara empalideció y una lagrima cayó por la mejilla mientras preguntaba al doctor:
-¿Cuando empezaré a morirme?

El pobre creía que tendría que darle toda su sangre y, aún así, estaba decidido a sacrificar su vida por ella.
La generosidad no tiene limites cuando amas de verdad.

Tanto al doctor como los que allí estábamos, se nos hizo un nudo en la garganta.

Aquella manita que yo había cogido, casi contra mi voluntad, pues estaba haciendo una suplencia y, además, no soy nada valiente cuando hay sangre por medio, solo estuve allí porque se trataba de un niño y necesitaba una mano, como digo, aquella manita hoy una mano grande y firme, cogió la mía y se la llevó a los labios. Le dije:
-Como verá doctor, ya no soy la señorita Angelines, soy una anciana...
-Yo tampoco soy un niño, pero la he reconocido nada más entrar en la consulta, y, recuerdo perfectamente su sonrisa.

No sigo porque todavía me salen las lágrimas. Eso si, le pregunte por su hermana, me dijo que estaba bien casada y tenía un montón de hijos. El también tiene tres y gracias a Dios, ninguno ha sacado la enfermedad que ellos tuvieron.
¡Ah, el tratamiento que me recetó, me ha ido estupendamente.

20 comentarios:

  1. Una historia muy conmovedora y es impresionante que el doctor te reconociese a pesar de haber sido un niño cuando le cogiste la mano.Me alegra que estés mejor y que la hermana del doctor se curase. Un montón de besicos y cuídate mucho............y eso de decirle al doctor que eras una anciana te pasaste, todavía te queda mucho para llegar a esa etapa.

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    1. Mi querida Charo. Eres muy amable conmigo pero soy muy mayor. Con esta familia tuvimos mucho contacto pues entre revisiones y demás, pasó tiempo. Ya sabes que en los hospitales a cualquier mujer que ven con bata blanca la llaman señorita, pero en realidad, yo ya era una más que señora, creo que ya estaba cerca de los 50, eso si, era muy maja, jajaja. Por lo tanto no es difícil reconocer a una persona mayor aunque hayan pasado 20 años.
      El próximo mes de julio cumpliré...bueno ya te lo diré en su momento, si Dios quiere.
      Gracias por tus buenos deseos hacia mi y te mando un besito bien fuerte.

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  2. Qué bonito y no te quites mérito que tenías mucho. Un beso.

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    1. No creas Susana, no soy nada valiente pero anteponía mi deber ante todo. ¿Sabes una cosa? Muchas veces la Concejala le decía a mi jefa.
      -Mándame alguien como Mª Ángeles.
      Esta le decía.
      -Es que no la hay.
      Todas mis compañeras eran maravillosas, pero con los niños y los mayores mi sensibilidad salía a flote. Aun hoy tengo contacto con "aquellos niños" hoy padres y madres de familia.
      Gracias por tus amables palabras.
      Un besito

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  3. Bueno Angeles, a mí me salen también las lágrimas con esta historia, tu vida es un ejemplo y es rica en acciones y anécdotas, por eso podés llegar con tanto cariño hasta los que te seguimos. Me alegra que te estés recuperando, un abrazo!

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    1. Mª Cristina, creo que voy a empezar a contaros más anécdotas de mi vida y vais a llorar "a moco tendido". Además, dicen los médicos que es muy bueno llorar para limpiar las pupilas, por lo tanto, prepararos, jajaja.
      Tu, como todos mis seguidores, soy maravillosos conmigo, me da una inmensa alegría recibiros y leeros, por eso a todos os doy las gracias y muy especialmente a ti, mi querida María Cristina.
      Un fuerte abrazote para una argentina de una española...ahí queda eso.

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  4. Pues me has hecho llorar chica. El mundo es tan pequeño y gira y gira tanto, que volvemos a toparnos con gente que en algún momento formaron parte de nuestra vida, aunque solo fuese fugazmente, como en este caso.
    Buena memoria la del doctor.
    Besos

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    1. Es bueno llorar de vez en cuando, siempre que no sea por algo que nos atañe a nosotros o nuestros familiares.
      Como digo anteriormente, sin quitarle mérito a la memoria del doctor, yo ya era mayor y tuvimos, mis compañeras y yo mucho contacto con esta estupenda familia, casi hasta que me jubilé.
      Como bien dices, el mundo es un pañuelo y todos estamos dentro de él.
      Muchas gracias por tu visita.
      Recibe un besito

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  5. Un nudo tengo en la garganta, Mª Angeles. Una historia preciosa. Una historia de amor que no podrás ni querrás olvidar jamás. Dice mucho de ti, amiga.
    Abrazos.
    Roser

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  6. Tu y cualquiera hubiese hecho lo mismo y más cuando estás trabajando y te mandan.
    Estuve cuatro años en Servicios Sociales y fue, además de un buen trabajo, muy enriquecedor. Ya hace mucho que me jubilé pero aún recuerdo todas las vivenciadas que tuve.
    Ya os contaré más, pues veo que, aunque os haga llorar...os gusta.
    Un beso bien fuerte Roser

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  7. Conforme leía, mis las lagrimas cegaban mis ojos.
    Que enrañable relato. El amor que recibimos en la niñez nos acompaña siempre, este y no otro fué el motivo por lo que te reconoció el doctor. Me encantó leerte.
    Un beso.

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    1. Muchas gracias Josefa.
      Y también tengo que dar gracias a Dios porque me conserva la memoria y a la vez...os hago sufrir un poquito, jajaja.
      Mi vida ha sido rica en experiencias, aunque en algunos momentos yo no lo haya sabido ver.
      Un besito

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  8. Un relato precioso;emociona ver que un niño tan pequeño tenga el valor de entregar su vida por su hermana.
    Debió ser una experiencia tan profunda, que se le ha quedado grabado en la memoria todos los detalles; uno importantísimo fue tu ayuda,tu cariño y tu sonrisa.
    Me alegra que estés mejor;cuídate.
    Recibe un fuerte abrazo

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    1. Si te digo la verdad, yo también pensé como el niño, que le iban a dejar sin sangre, no es de extrañar que el crío a pesar de ser todo un valiente, tuviese un poco de miedo. Gracias a Dios todo se desarrollo felizmente.
      Un abrazote Carmen

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  9. Qué alegría te daría recordar aquello. Los buenos gestos nunca se olvidan. Me alegro que vayas mejor. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias LOBEZNA. La verdad es que recuerdo aquello y muchas cosas más que ocurrieron en aquella etapa de mi vida, todas sentimentales pero muy enriquecedoras para ambas partes.
      También hubo cosas muy emotivas y algunas hasta graciosas.
      Un fuerte abrazo

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  10. Me he emocionado Mª Angeles, y es que Dios muchas veces pone a las personas ahí. Qué grande eres. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala

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    1. ¡Tu si que eres grande Pepe! Mejor dicho "Grandote".
      Te mando un fuerte abrazo y te deseo que tu también tengas una buena semana.

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  11. Hola Mª Angeles, me he emocionado mucho al leerte lo que nos cuentas y como ese niño echo ya un hombre supo a su manera agradecerte el que estuvieses a su lado, que bonito, hace tiempo leí un relato que me lo has recordado tu, también se trataba de una señora y un doctor, creo que era el baso de leche o de agua y era también muy parecido a lo tuyo y muy emotivo:)
    Cuídate mucho y me alegro que lo que te receto el chaval te vaya bien, yo aun voy arrastrando con el constipado.

    Besos.

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    1. El relato a que te refieres también lo conté yo hace ya tiempo. Se trataba de una señora que le ofreció un vaso de leche a un necesitado. Nunca sabemos con lo que nos vamos a encontrar, por eso, debemos ser solidarios con nuestro prójimo, tenga o no tenga.
      Ya voy mucho mejor aunque toso de vez en cuando. Hoy ya he salido a misa y toda mi parroquia me ha demostrado mucho cariño, me he sentido muy bien.
      Cuídate mucho tu también pues creo que estos catarros son muy persistentes.
      Un besito Piruja

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