Cuando sentimos algún malestar siempre creemos que ese sitio donde nos duele es el más importante del cuerpo.
Yo creo que lo más importante son los ojos, por ese motivo y después de haber pasado mi "linda" bronquitis, que me ha dejado medio "patidifusa", he aprovechado que iba a ver a mi doctora y le he pedido que me mande al oftalmólogo para que me hiciera una revisión. Ya se que no tengo nada pero cada año me hacen una revisión para prevenir el Glaucoma, enfermedad que tuvo mi madre y dicen que es hereditaria, por ese motivo, todos mis hermanos y yo, damos la "matraca" a nuestros respectivos médicos para que nos digan como vamos. (De momento, todos bien)
Estando en el Hospital del Henares y mientras esperaba mi turno, llegó un conocido del barrio, nos saludó a mi y a mi hijo que me estaba acompañando. Nos preguntamos el motivo de la visita al doctor y nos soltamos el rollo cada uno de nuestra posible dolencia.
Cuando le conté mis miedos a la enfermedad ocular, el joven, que es casi de la edad de mi hijo, me contó:
Mi madre me preguntó una vez cuando era un crío: -¿Hijo, cual crees que es la parte más importante del cuerpo?
En aquellos años, los sonidos de la naturaleza me fascinaban y, por eso, le respondí:
-Mis oídos mamá. Y ella me contestó:
-No, muchas personas son sordas y saben desenvolverse perfectamente en el día a día.
Unos años más tarde, volvió a plantearme el mismo dilema. Yo había reflexionado y creía tener la respuesta:
-Mamá, creo que la vista es lo más importante. Pero, al parecer, yo aún seguía sin resolver el enigma:
-No. Piensa en cuantos ciegos hay que, sin sus ojos, salen adelante.
A lo largo de los años, había vuelto a surgir la misma cuestión sin que, por mi parte, hubiese llegado a una conclusión acertada.
Hace unos meses, falleció mi abuelo y, aunque era muy mayor, todos lloramos, pues nos había abandonado alguien muy importante para nosotros. Ese día, mi madre me abrazó muy emocionada y me dijo:
-Hoy quiero que sepas cuál es la parte más importante del cuerpo. Es tu hombro, porque puede sostener la cabeza de un ser amado cuando llora. Sólo deseo que tengas amor y amigos y así siempre contarás con un hombro donde llorar cuando lo necesites.
Me dejó cavilando, pensando y casi totalmente fascinada. ¡¡Hay que ver que muchachos tan listos tenemos!!
En cualquier momento te echan una mano y te quitan el miedo a lo que has pensado que te pueda ocurrir. Ahora sigo pensando que este joven o su mamá, tienen toda la razón del mundo.
¡¡¡En ciertos episodios de nuestra vida!!! ¿Cuánto hemos necesitado un hombro?...Yo, más de una vez.
Hola Mª Angeles, la verdad que creo que la madre del conocido vuestro tiene mucha razón, no muchos están dispuestos a ofrecer ese hombro pero cuando lo hacen... que bien sienta al igual que un buen abrazo que nunca viene mal, me ha gustado mucho a historia:)
ResponderEliminarBesos.
Ni un abrazo, ni un buenos días, ni un simple ¡Hola! Nada de eso nos hace daño y, no sabe nadie lo bien que nos sienta en algunas ocasiones.
Eliminary, si, tienes razón, esta señora es muy sabia.
Un beso Piruja
Yo también he necesitado un hombre en diferentes ocasiones y a la vez mi hombtro tambén ha servido de apoyo en otras ocasiones. Me ha gustado tu historia. Yo también estuve en el oftalmólogo hace poco y por lo mismo que tú, gracias a Dios todo ha ido bien.Besicos
ResponderEliminarRespecto al Glaucoma, todos contentos.
EliminarSólo los que lo necesitan saben lo agradable que se llora en el hombro del amigo, vecino, familia o simplemente, algún conocido que se presta a ello en ese preciso momento.
Un beso Charo
Una bonita historia, cada uno podría pensar que es más importante para uno pero en ese momento te sirvió de consuelo la respuesta del joven.
ResponderEliminarUn abrazo feliz semana.
Si, Gladys, así ocurrió. Y es que los jóvenes de ahora saben estar en todo momento...salvo raras excepciones, claro esta.
EliminarUn abrazo
Qué buena historia Ma de los Angeles, y casualmente anoche soñé que abrazaba a mi papá que ya no está, lo importante que son los brazos, un abrazo!
ResponderEliminarSeguro María Cristina que tu papá estaba abrazándote mientras dormías. Ya sabes, como creyentes que somos, sabemos que nunca nos abandonan nuestros seres queridos, estén donde estén.
EliminarTu de momento, disfruta de ese recuerdo tan agradable en tus sueños.
Un abrazote bien fuerte.