lunes, 18 de abril de 2016

Mayores

¡¡Hay que ver como comen algunos mayores!!
Digo esto porque a mi vecino Pepe le ha dado un cólico quesero, lo de quesero es porque se ha comido él solo casi un queso manchego de un kilo.
Le han tenido que llevar al hospital y lleva allí lo menos siete horas...
Me viene a la memoria un caso que no olvidaré jamás, sobre todo cuando me siento mal del estómago o  cuando ocurre un caso como este de mi vecino.
Cuando yo era auxiliar de geriatría en el Ayuntamiento de Coslada, una de las veces cuando fuimos a recoger el cheque (entonces nos pagaban con cheques), la Concejala señalando un montón de latas enormes de grandes que  había donado la Cruz Roja, nos dijo:
-Coged las que queráis y se las dais a los más necesitados; yo solo cogí una, pues de mis servicios solo una persona estaba necesitada. ¡Menos mal! porque la dichosa lata pesaba mucho.
Cuando llegué a casa, mi hijo pequeño, entonces tendría 9 años, al ver aquella enorme lata marcada con la Cruz Roja por todas partes y tan llamativa, me preguntó de que estaba llena. Yo le conté lo que contenía, quien me la había dado y para quien era.
 Él ya conocía a María, pues yo hablaba mucho de ella en casa.
Cogió aquella enorme lata que pesaba lo menos 5 kilos y, cuando la tenía en sus manos, dijo:
-Mamá, abre la lata que esto debe de estar muy rico.
Le dije que no, pero fue tanta la tabarra que me dio que al fin le hice caso y abrí la lata. Contenía una enorme cantidad de carne de ciervo con patatas, guisantes y zanahoria.
Estábamos los dos solos y nos dispusimos a comer. Comimos sendos platos y aún sobró. Aquello parecía la multiplicación de los peces y los panes...
De momento nos supo rico, pero a media tarde mi estómago estaba que parecía que había comido piedras. Me dije: "Esto es un castigo de Dios por comernos la lata de los pobres". Claro que yo al día siguiente cuando visité a María, le compré un par de botes de albóndigas en salsa y le dije que el Ayuntamiento me las había dado para ella.
María que era la persona más tacaña que he conocido, se puso tan contenta y al cabo de unos días, me dijo:
-"Si pasas por donde hay de esos botes, trae más". Ella creía que los botes estaban en la calle para quien quisiera cogerlos...
La próximo vez que fui a por mi "paga" cogí otra de esas enormes latas. Esta vez ya no dijo el niño que la abriera, no, pues creo que él lo pasó tan mal como yo. Y no fue por un castigo divino, no, sino porque aquella comida era más pesada que una vaca en brazos.
Aquel día yo iba muy contenta con la lata, solamente pensaba en la alegría que le iba a dar a María. Efectivamente, cuando vio aquella enorme lata, no sabía como darme las gracias, yo le expliqué que me la había dado la Cruz Roja para ella.
Cuando ya me iba para mi casa vi que estaba trasteando con el abrelatas, le dije que si necesitaba ayuda y me dijo que me fuese a mi casa que ella se las apañaba bien. "Pensé, como se coma la mitad del contenido de la lata...mañana la encuentro muerta"
Cuando volví al día siguiente...¡¡Se había comido todo!! La mitad al mediodía y el resto por la noche,
su estómago ni se inmutó y ella estaba la mar de contenta.
Aunque se acabó la remesa que había llevado Cruz Roja, yo de vez en cuando compraba algún bote de albóndigas y hasta le llevé fabada, que ella no sabía ni que existía, daba gloria verla tan contenta, ella era de las que no comía por no gastar dinero.
 Se le hacía el servicio porque era la madre de un policía municipal...
Creo que muchas personas mayores comen demasiado, si no que se lo digan a mi vecina, la hija de Pepe que me está esperando para ir a visitarlo al hospital.
Le voy a llevar una caja de quesitos en porciones que son más suaves...

16 comentarios:

  1. JAJAJAJAJA hay amiga yo estaba esperando lo mal que sea había sentido María, pero parece que ella estaba acostumbrada, a comer cualquier cosa y no le paso nada por suerte, pero me quedé pensando amiga no se supone que la gente mayor como cada ves menos lo digo por mis padres mi madre cada día consume menos alimento, y bueno mi padre hay que rogarle para que coma, divertido relato,siempre me haces reir.

    Abrazos y cariños amiga que tengas una feliz semana.

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    1. Mi querida amiga, te sorprenderías si vieras comer a algunos ancianos en las excursiones o viajes del IMSERSO.
      Solo una vez he ido a un hotel en Peñiscola, donde había bufet libre, se me quitaron las ganas de volver a comer de esa manera. Se ponían unos platos llenos a rebosar y comían sin tino. No creas que sólo a la hora del almuerzo, empezaban con el desayuno y terminaban con la cena, siempre con las bandejas llenas.
      Por otra parte, los que organizan estas "fiestas" creo que los quieren "hinchar" a ver si "caen" y el estado se queda con la pensión, jajaja.
      De todas maneras siempre hay sensatos como tus padres que se cuidan.
      Un cariñoso abrazo para ti y para tus papis.

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  2. Hay quien come por aburrimiento. Un beso.

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    1. En mi comunidad hay unos vecinos que van mucho de comilonas que da el Ayuntamiento...que pagamos todos...Y se zampan hasta una pierna de cordero después haber comido tres platos de primero.
      O sea, que aburridos no están.
      Un besito Susana

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  3. Yo me quedo asombrada, cuando voy de vacaciones a hoteles de bufet libre, de ver la cantidad de comida que se ponen en sus platos y la mayoría son personas mayores.Empiezan ya con el desayuno y continúan con la comida y la cena, si me comiera lo que veo que comen los demás yo reventaría ya que mi estómago no lo aguanta.Tu vecino necesita unos cuantos días de ayuno para compensar el atracón de queso.Besicos

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    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo porque yo también lo he visto. Y pongo de ejemplo mi vecino, que si no muere de una indigestión, lo va a matar su hija de una paliza, jajaja. Que bien se la merece por el susto que les ha dado y los trastornos que les ha causado.
      Un besito Charo

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  4. María de los Ángeles, cuando hay hambre vale todo. Recuerdo una anécdota que me contaron de niño sobre un hombre muy mayor que vivía con su mujer en el pueblo, le llamaban Tom. Fíjate si durante la guerra pasó hambre, pero hambre de la de verdad, que cuando los rojos, él estaba con ellos porque era lo que tocaba, se retiraban de las montañas hacia Santander durante la Liberación acertó a pasar con un compañero por una casa en la que entraron y encontraron un armario con latas de conserva y se quedaron a comer hasta que casi reventaron sin importarles que los nacionales estaban a pasos. Preferían morir hartos que seguir con hambre y allí los hicieron prisioneros aunque como no era rojo ni lo había sido nada le ocurrió más allá del confinamiento mientras se comprobaba su "hoja de servicios". Un placer volver a hablar contigo.

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  5. El placer es mutuo amigo Sinforiano. Te he echado de menos y me ha causado una gran alegría poder hablar contigo.
    Me he pasado varias veces por tu blog, algunas veces te he dejado mensaje, lo habrás comprobado, Lo importante es que todos estemos bien.
    Razón tienes al decir que el hambre es muy mala sobre todo cuando nosotros éramos jóvenes, pero ahora, no hay motivo para "atracarse" como hacen algunas personas mayores.
    Tom y sus compañeros hicieron muy bien hartándose a comer. Decía mi abuela que "muera Marta, muera harta", jajaja.
    Un fuerte abrazo amigo

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  6. Ma de los Angeles, también observé esto hace un tiempo, y ahora que estoy entrando en la categoría mayor me cuido bien de no atiborrarme. Creo que se trata de ver que queda poco tiempo y aprovecharlo así, es algo triste pero me parece real, un abrazo y que se mejore Pepe!

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  7. La mayoría, como tu, somos sensatos y comemos lo necesario, pero otros no piensan así. Pepe ya está en su casa, con pesar de todos los empleados del hospital...te cuento.
    Cuando fui con su hija, la puso "verde" y de rebote a mi también. Dijo que le habían llevado al médico para deshacerse de él. A mi me llamo cotilla y me amenazo
    como hablara de el en mi blog. Le dije que ya lo había hecho y volvería a hacerlo, se tiró de la cama y le tuvieron que coger las enfermeras que por cierto, se estaban riendo, ellas y los médicos que acudieron en "nuestro auxilio", jajaja.
    No te puedes hacer una idea las palabrotas que echó por su boca contra sus hijos, contra los médicos, enfermeros y por supuesto, contra mi que era la vecina mas cercana.
    Cuando nos hartamos de reír y para calmarlo un poco llamaron a Seguridad, apareció un hombretón que lo acojonó. Se dejó vestir y por fin nos lo pudimos llevar a casa en el coche de su yerno que no quiso intervenir, se partía de la risa cuando se lo contamos.
    Espero que no lea esto porque entonces me tengo que "acuartelar" en mi casa, jajaja.
    Espero que te divierta un poco lo ocurrido.
    Un fuerte abrazo María Cristina.

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  8. Hola Mª Angeles, no me extraña lo de tu vecino, madre mía comerse de golpe todo ese queso, vamos yo creo que lo va aborrecer para toda su vida:), y sobre el caso que nos cuentas de las latas de carne, me acuerdo de pequeña que en casa también les daban a mis padres en el economato latas de carne, no me acuerdo de que eran pero si que estaban buenas, pero no llegamos nunca a darnos un atracón, menos mal jeje, es verdad que hay gente que come como si fuese el fin del mundo y luego pasa lo que pasa, debemos cuidarnos que los sustos ya vienen solos:)

    Besos.

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    1. Como verás Piruja, no soy yo sola la que cuenta "batallitas" de comilones. Son muchas las personas que comen si tino, o sea, como si se acabara el mundo.
      Allá por el año 1945, cuando había escasez de casi todo, unos vecinos habían conseguido un buen trozo de queso y lo tenían guardado como oro en paño para el día siguiente, esto era el día 4 de agosto, y todos estaban muy asustados porque al día siguiente, según ellos, se acababa el mundo. Al día siguiente tiraban la bomba atómica en Hiroshima, qué, aunque dicen que les pilló de sorpresa, hasta yo lo sabía. Pues bien, mi vecina la señora Palmira le dijo a su esposo, Juan, ¿nos comemos el queso? Aquellas buenas gentes si tenían razón para comerse un buen trozo de queso pues no sabían si vivirían al día siguiente. Además tenían 4 hijos.
      Me he extendido, perdona.
      Un besito de fin de semana

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  9. Para comer siempre digo que despacito y buena letra. No hay que atiborrarse, ni mucho menos, porque luego se paga. He visto a algunas personas comer como si de la "última cena" se tratara, y la verdad no sé cómo pueden. Buena entrada Mª de los Ángeles. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala

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    1. Tienes toda la razón del mundo Pepe, pero hay gente que no razona a la hora de comer.
      Yo, hoy después de visitar a Jesús de Medinaceli, he estado comiendo con una amiga en el museo del jamón, nos han servido una paella de categoría y ¿sabes una cosa? tengo el estómago que parece que me he comido una vaca entera...es que ya no puede una hacer extras...
      Buen fin de semana y te mando un fuerte abrazo madrileño.

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  10. Maria,
    Gostei da forma que você contou essa história, uma crônica do cotidiano, o seu vizinho com problema de estomago, por ter comido o que não devia, a lata de alimentos de comida da Cruz Vermelha, a morte da pobre mulher, que comeu em excesso. Parabéns.
    Um bom final de semana.
    Abraços,
    Pedro.

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    1. A veces comemos demasiado sobre todo las personas mayores que van de excursión.
      También los ayuntamientos colaboran en ello pues les hacen muchas fiestas.
      Mi vecino ya está bien pero sus hijos siguen enfadados con él.
      Que pasen tu también un buen fin de semana.
      Un abrazo Pedro

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