lunes, 13 de noviembre de 2017

Cosas cotidianas

                   
                                                                  La Almudena

Esta es la imagen de piedra que está en el mismo sitio donde apareció la original.


Todos los días ocurren cosas, unas mejores que otras. Unas han sido buenas para los madrileños que el día 9 fue Nuestra Señora de la Almudena, su patrona. Por este motivo, estos mismos madrileños tuvieron fiesta. No solo se tomaron un día, sino que han hecho un puente que parece un acueducto...de jueves a lunes. ¡Ahí queda eso!
Mi hijo ha sido uno de estos madrileños que han disfrutado de estas cortas vacaciones. Cuando por la mañana estábamos desayunando, va y me dice:
-Si quieres te llevo a la Plaza Mayor para que disfrutes de la misa.
No tuvo que repetirlo, en un plis-plas estaba yo arreglada y en la puerta esperándole. Yo, antes de salir le dije:
-¿Por que no nos vamos en transporte público?  No voy a decir todos los inconvenientes que me puso. Yo agaché mi cabecita, cogí el bolso, la capa y caminé delante para no quedarme atrás.
En la Plaza Mayor hay un aparcamiento subterráneo, y allí nos dirigimos. Bajamos, bajamos, bajamos, seguimos bajando y por fin en el cuarto piso hacia abajo, allí pudimos dejar el coche. Ahora teníamos que subir, nos pusimos a buscar un ascensor que estaba en la otra punta de dicho aparcamiento. Por fin salimos a la calle.
¡Que bullicio! Parecía que allí estaba todo Madrid y parte de España. El altar mayor que habían colocado en el centro de la plaza estaba precioso. Ya habían llegado muchas de las autoridades y muchos madrileños, y...yo.
Como pude fui ganando puestos hasta que encontré un asiento, pues la celebración iba a ser larga y no podía estar todo el rato de pie. Me coloqué en primera fila... (empezando por atrás),
De todas maneras se veía muy bien todo.
La Alcaldesa, la Presidenta de la Comunidad, los diputados municipales, los curas, las monjas y muchos militares de graduación, especialmente del ejercito. Me encontraba en mi salsa.
Llegó Monseñor Osoro y todos sus ayudantes y empezó la misa. No puedo explicar bien lo bonita y emocionante que fue, sobre todo cuando la señora Alcaldesa, doña Manuela Carmena, siendo atea, ofreció una preciosa cesta de flores a la Virgen con unas palabras en las que ofrecía Madrid a Nuestra Señora que estaba a un lado del Altar, y aunque esta talla es la que sacan cuando hay algún acontecimiento, tenemos otra que según se cuenta fue traída a Madrid por el mismísimo Apóstol Santiago en el año 38.
Según la tradición popular, en el año 712, antes de una supuesta toma de Madrid por los árabes, los habitantes de la villa tapiaron una imagen de la Virgen en los muros de la muralla para protegerla de la invasión. Con la conquista de la ciudad por el Rey Alfonso VI, el monarca se empeñó en encontrar la imagen oculta y organizó una procesión que pasó cerca de las murallas. Al pasar por donde estaba escondida, se derrumbó un trozo de la muralla y apareció la imagen con las dos velas que aún con el paso de los siglos...¡estaban encendidas!
En este mismo sitio hay una imagen hecha de piedra que es preciosa.
Terminada la ceremonia mi hijo dijo que me invitaba a comer, pues ya era casi la una. Entonces decidimos salir de aquél "cisco" y marcharnos a las afueras para estar más tranquilos. ¡JA!
Yo no podía entrar otra vez en el aparcamiento pues el olor a gasolina me estaba revolviendo el estómago, por lo tanto me quedé esperando en una de las salidas.
Después de lo menos 15 minutos apareció el coche de mis tormentos, pues un tormento es lo que pasé hasta que llegue a casa.
Era tanta la aglomeración de público que no había manera de salir de aquel atasco de coches. Tiraras por donde tiraras...embotellamiento.
De pronto me veo en una autopista...embotellada.
Se me ocurre decir que mejor habíamos ido en el metro o en cercanías y m hijo me contesta que si quiero que me vaya yo...¡¡Ojalá lo hubiera hecho!!
Bueno, para no cansar a nadie diré que, al final cuando ya eran las tres de la tarde pedí ir a casa, que no me importaba comer un huevo frito. Y a casa que nos fuimos.
 Nada más entrar me fui derechita al cuarto de baño a vomitar... con perdón.

Como estamos en el mes de noviembre, dedicado a los difuntos y para no exagerar, ahí va un chiste que me ha contado Víctor, que va de cementerios.

Se encuentras dos viudas en un cementerio una muy feliz limpiando la lápida de su marido y cantando como una loca.
La otra muy triste y a llanto tendido...
Al rato, la desconsolada mira a la contenta y le pregunta:
-Ay, señora, cuanto tiempo hace que enviudó?
-Seis meses - respondió en tono alegre la otra.
-Y como hace para estar tan feliz si yo llevo 3 años y no he podido superar la pena?
.¡Hija mía!: porque después de muchos años, es la primera vez que se DONDE está, y
QUIEN se lo está COMIENDO.



14 comentarios:

  1. Olá, Mª De Los Ángeles!
    É sempre um bom voltar ao seu blog e ler belas crônicas, das quais esta é um exemplo. como se vê por este trecho, que transcrevo:

    "Terminada la ceremonia mi hijo dijo que me invitaba a comer, pues ya era casi la una. Entonces decidimos salir de aquél "cisco" y marcharnos a las afueras para estar más tranquilos. ¡JA!

    Parabéns, minha amiga madrilenha!
    Um abraço.
    Pedro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra mucho amigo Pedro que te gusten mis crónicas, como tu las llamas. Casi siempre son cosas de la vida misma, salvo algunas veces que les pongo un poquito de sal para que todos nos distraigamos un poco.
      Un fuerte abrazo para Brasil.

      Eliminar
  2. Siento que acabará mal el dīa. Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Nadie como los madrileños para montar fiestas, ¡Si señor!
    Yo uso el transporte público para todo y no sabes lo requetebién que va, pero los más jóvenes no saben ir sin el coche a ningún sitio.
    Muy irónico el chiste, jajaja
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes toda la razón del mundo. Si no hay fiesta, nos la inventamos.
      Yo cuando voy sola también uso el transporte público y cosa curiosa, en ellos no me mareo. Por otra parte, si voy con mi hijo, que no deja el coche ni para me..., no tengo más remedio que cogerlo. La mayoría de las veces me pongo fatal.
      Un beso bien fuerte Julia.

      Eliminar
  4. Como casi todas tus anécdotas Ma de los Angeles, nos hacés sonreir por el toque de humor, tuviste tu hermosa ceremonia pero el final mejor olvidarlo! Y el chiste, muy bueno! Algunas sabemos de qué se trata ja ja ja, un abrazote!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si María Cristina, todo fue muy bonito hasta que mi estómago se resintió. Al final la comida no estuvo mal, me hice un caldito y unos magníficos huevos fritos que me supieron a gloria. Después una buena siesta y a las seis de la tarde, como nueva.
      Lo del chistecito tiene su miga ¿verdad?
      Un fuerte abrazo

      Eliminar
  5. Vaya fiesta tan larga que montáis y una suerte poder haber escuchado misa en la Plaza Mayor con todas las autoridades; algo que me ha sorprendido es la entrega de flores a la Virge por parte de la alcaldesa, no me la imagino.Ya el regreso no estuvo tan bien, yo también hubiera preferido el trasporte público pero fue inoportuno decirlselo al hijo en esos momentos pues supongo que él iría nervioso con tanto tráfico y que en su fondo sabía que tú tenías razón pero no quiso dar su brazo a torcer cómo dicen por aquí.Bueno supongo que el huevo frito tranquila en tu casa te supo a gloria bendita.Muy bueno el chiste.Besicos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te advierto que cuando yo trabajaba no había tantas fiestas, ahora, estornuda el Alcalde o el Obispo y ya tienen fiestas. Bueno, mejor para ellos.
      Lo de la Alcaldesa no te lo imaginas. Salió toda ella formalita acompañada por monseñor Osoro y la cesta de flores y se acercaron donde estaba la Imagen en un lateral. Dejaron las flores, Monseñor se fue a otro lado y la señora Alcaldesa de Madrid, saco su papelito donde llevaba el discurso escrito. No recuerdo ahora todo lo que dijo, pero te aseguro que nadie que no la conozca sabría decir si era o no atea.
      Luego la ayudaron a bajar del estrado y si te digo la verdad, daba penita verla tan mayor y con el cargo que le han colocado los "podemitas".
      La comida al final estuvo bien. Me hice un caldito de Sopistran para sentar un poco el estomago y después, dos lindos huevos a la plancha, por aquello de quitarle un poco de aceite. Me sentaron de maravilla.
      Un besito Charo

      Eliminar
  6. Si hubieran bajado un piso mas en ese aparcamiento; seguro que hubiesen encontrado petroleo y hoy serias millonaria.
    Veo que aquella magnifica e interesante celebración, se convirtió en una odisea, con altercados incluidos.
    Me ha gustado la historia de la virgen. Ustedes los españoles, si que tienen tradiciones y muchos tesoros históricos que ofrecer al mundo.
    Me alegro que disfrutaras de la ceremonia y lamento mucho que el atasco te haya arruinado, tan bonito momento.
    Lo del chiste, esta mas que bueno. Tu siempre con tu gracia inconfundible e inevitable.
    Un besote y un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te creas que es el único aparcamiento con tantos pisos que hay en Madrid. Yo solo conozco este y el de la Plaza de las Cortes, también el de el Aeropuerto de Barajas es impresionante, pero para mi todos están de más.
      No fue tan malo como parece ya sabes que soy un poco quejica. Al final la comida fue muy española pues esos huevos fritos con un poco de choricito no se pueden aguantar, en cuanto entraron en mi pachucho estómago, se reanimó.
      De fiestas si que estamos bien surtidos no se nos escapa ni una, si no la hay, la inventamos, el caso es trabajar lo menos posible.
      A ver si encuentro algún que otro chistecito para que nos alegremos un poco, que falta nos hace.
      Te repito el besote y va con un fuerte abrazo para Lima.

      Eliminar
  7. Pues se ve que tenías tus buenas razones para usar el transporte público. Por mi parte siempre lo uso.
    Menudo chiste ;)
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como sabrás Alfred, los jóvenes no saben ir sin el coche a ninguna parte. Yo cuando voy sola también uso lo público, sobre todo, el metro y el tren de cercanías que me parece comodísimo.
      Un abrazo amigo.

      Eliminar