Hoy la cosa va a ir de comida:
Una sopa y un trozo carne. Aunque las dos van por separado, son enseñanzas psicológicas y ambas nos harán que pensar.
Como es natural empezaremos por la sopa.
SOPA DE PATO
Un día, un campesino fue a visitar a un gran maestro y le llevó un magnifico pato como obsequio. El sabio se sintió muy honrado y le invitó a cenar una exquisita sopa preparada con el animal.
Algunos días más tarde, los hijos del campesino fueron a la ciudad y, a su regreso, pasaron por la casa del sabio.
>Somos los hijos del hombre que le regalo el pato<, le dijeron. Y el maestro les agasajó con la sopa, como había hecho con su padre.
Una semana después, dos jóvenes le visitaron diciéndole que eran los vecinos del hombre que le obsequió con el ánade y el sabio, lamentando haberlo aceptado, puso al mal tiempo buena cara y les invitó a comer. Fue pasando el tiempo y no había semana en que no recibiera la visita de algún vecino de los vecinos del campesino, hasta que un día, cuando llamaron a su puerta dos hombres más, el maestro les hizo pasar y les sirvió un tazón de agua caliente. Tras probarlo, uno de ellos exclamó: >Pero qué es esto, noble señor? ¡Nunca habíamos comido una sopa tan desabrida!>. Y el maestro les respondió:
"Ésta es la sopa de la sopa de la sopa de pato que con gusto les ofrezco a ustedes, los vecinos de los vecinos de los vecinos del hombre que me regalo el pato".
Y es que todo tiene un límite y no se puede abusar de la generosidad de las personas.
Como ya hemos tomado la sopa, ahora vamos con la carne.
LA LIEBRE Y EL TIGRE
Erase una vez un joven que sentía que el mundo donde vivía era decepcionante porque las personas actuaban con absoluto egotismo y nadie se preocupaba por nadie. Un día, dando un paseo por la montaña, se sorprendió al ver a una pequeña liebre llevándole comida a un enorme tigre malherido.
Le impresionó tanto que, a la mañana siguiente, regresó para ver si el comportamiento del animalito era casual o habitual. Comprobó que la escena se repetía y que la liebre dejaba un trozo de carne al lado del majestuoso felino, un gesto que se repitió hasta que el tigre se recuperó y pudo buscarse la comida por su cuenta.
>Si los animales son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas<, pensó.
Así que decidió hacer un experimento.
Se tumbó en el suelo simulando estar herido y se puso a esperar a que pasara alguien y le ayudara o le preguntara que le sucedía. Pero no ocurrió nada y, al cabo de varios días, se incorporó muy decepcionado y sintiendo toda la tristeza del abandonado, la soledad del enfermo y la desesperación del hambriento.
Entonces, en ese instante, oyó una voz interior que le decía:
Si quieres encontrarte con tu prójimo, si quieres sentir que todo ha valido la pena y seguir creyendo en la humanidad, deja de hacer el tigre y comienza a ser la liebre.
Quę buen consejo. Un beso.
ResponderEliminarEs agradable recibir buenos consejos y estos dos nos vienen muy bien.
EliminarUn beso Susana
Dos grandes enseñanzas! Espero que estés recuperada de tus nanas y puedas comer normalmente otra vez Ma de los Angeles! Un abrazo!
ResponderEliminarQuerida María Cristina, todavía sigo igual pues la doctora se lo toma con calma, menos mal que puedo comer con la prótesis antigua. Pero estoy...ahora me la pongo, ahora me la quito, otras veces se me olvida y salgo a la calle mellada, jajaja. Espero que me lo arregle todo antes de que mi hijo me venga con el turrón.
EliminarLo importante es que no me duele nada. Un abrazo bien fuerte
Y bueno Ma de los Angeles, por ahí podés empezar por el turrón blando y el mantecol y el pan dulce y las uvas y los higos... el duro puede esperar! Un abrazo y que todo pase pronto!
EliminarDos magníficas historias por esas enseñanzas que nos dejan.Está claro, y lo digo por experiencia, que cuanto más se le da a ciertas personas más exigen hasta el punto de creerse en el derecho de que hay que seguirles dando y no me cabe la menor duda de que es mejor ser liebre que tigre.Besicos
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo Charo. Yo también he tenido alguna experiencia que otra de ese tipo. Además se creen con derecho a que les des y no paran de pedir.
EliminarUn besito guapa.
Menú del día con propina (enseñanza)
ResponderEliminarSaludos
Preparar el menú no se me da muy mal, ahora, la enseñanza...nunca como tu.
EliminarUn saludo
Por medio de estas fabulas, aprendemos aquello que no sabemos practicar en nuestra vida cotidiana.El ser humano, no es capaz de entender a la vida como es y es necesario hacérselo recordar, con estas hermosas reflexiones.
ResponderEliminarTu siempre poniendo el toque mágico a tus escritos.Me encanto.
Un beso grande y un abrazo igual.
Gracias José Luis, tu como siempre echando flores a lo que yo solo hago más que copiar lo que mi buen amigo el Psicólogo me cuenta después de haber dado sus clases en la Universidad. ¿Sabes una cosa? Me ha dicho que tengo que ir un día a contarle a sus alumnos el percance de la rata. ¿Te acuerdas?
ResponderEliminarTe vuelvo a dar las gracias pues siempre es muy agradable leer tus comentarios.
Un beso
Hola Mª Angeles, dos grandes enseñanzas las que nos dejas, la primera como dice el refrán: lo poco gusta y lo mucho cansa y eso le paso al pobre hombre que tanto abusaron de su educación.
ResponderEliminarLa segunda siempre he dicho que aun nos queda mucho que aprender de los animales, ellos cada día nos dan muchas lecciones y nosotros no aprendemos nada.
Me encanto hablar contigo, pronto nos vemos:)
Besos.
Gracias "Pirujita", a mi también me gustó mucho la pequeña charla que tuvimos por teléfono, Dios quiere y nos vemos pronto, la largaremos todo lo posible.
ResponderEliminarUn besito guapa