lunes, 19 de marzo de 2018
LA BOLSA DE GUISANTES
España es un País seco, pero Madrid es más seco todavía. Es tan seco que apenas llueve, pero cuando llueve lo hace con ganas.
Hace dos días, llovía en Madrid más que, "cuando enterraron a la tacones", no me preguntéis quien era la tacones porque no lo se, este dicho lo decía mucho mi padre cuando llovía y a mi se me quedó.
Pues bien, yo iba tan campante al supermercado. Con mi bolsita, mi paraguas, el monedero (ya que sin él poco iba a comprar), mis guantes, mi bufanda...en fin, no me faltaba nada.
Antes de salir del portal aparece mi hijo y con toda su buena intención, me dice:
-Yo te llevo que llueve mucho.
Voy a regañadientes pues no me gusta mucho ir en coche y menos al "súper". Por no hacerle un desaire, acepto.
Hago intención de entrar en el coche con paraguas y todo, claro, esto es imposible. Me siento y trato de cerrar el paraguas; me cachis en la mar, que difícil es estando sentada ya en el coche.
Mientras me estoy peleando con el paraguas, que no había modo de cerrarlo y al estar el aparcamiento un poco empinado...¡Zas! se cierra la puerta y ¿Quién la frena?...mi pie. Me lo pilla por el tobillo, hago un respingo, digo el consabido ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! (A todo esto el paraguas sigue abierto).
Mi hijo se cree que es broma y me dice:
-Cierra ya el paraguas y no hagas el tonto que ya eres mayorcita. Pues se cree que es broma. (Sabrá el los años que tengo yo).
Nos vamos al supermercado, hacemos la compra, volvemos a casa. Como es la hora de la comida, lógicamente comemos.
Yo no noto nada anormal en mi pie. Recojo la cocina, me tomo el té a las cinco, leo un poco, me voy al ordenador, hasta aquí, todo perfecto.
A eso de las siete de la tarde llega mi vecina del 3º para hacerme una visita y de paso charlar un rato que a las dos nos gusta mucho y se nos da muy bien.
Cuando decide irse, yo, que soy muy educada voy a levantarme para acompañarla a la puerta...no me puedo levantar, ni siquiera tenerme de pie.
Mi vecina como es lógico se asusta y trata de ayudarme. Le digo que no se preocupe, quizá sea un calambre, ya que de vez en cuando me da alguno, sigue muy preocupada y me quiere llevar a urgencias.
En ese momento hace su aparición en escena mi hijo, que al percatarse de mi dolencia, me mira y al ver el tobillo hinchado cae en la cuenta de que ha sido el "accidente" de la dichosa puerta.
¡¡La que han armado los dos!! Mi vecina decía:
-Vamos a ponerle hielo.
Mi hijo dijo que iba a por cubitos a la nevera.
-¡No! decía mi vecina.
-Trae una bolsa de guisantes.
Yo pensaba...entre los dos me dejan sin cena, pues tenía pensado hacer guisantes en salsa con huevos escalfados.
Al final me han puesto los guisantes en el tobillo, adiós a mis guisantes.
Me han dado unos masajes con una pomada que ha traído mi vecina de su casa y(es que estás chicas jóvenes saben mucho), me han hecho tomar un papelillo de no se qué...no han acabado conmigo de milagro.
Yo soy poco amiga de médicos ni de medicinas, pero tengo que reconocer que pasé una buena noche y en estos momentos estoy como si nada.
No tengo más remedio que dar mi brazo a torcer y darles las gracias a los dos por cuidarme tanto.
Claro que tuvimos que cenar una tortilla francesa pues los guisantes como se descongelaron fueron al cubo de la basura...todavía estoy llorando por ellos...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pues dentro de lo que cabe tuviste mucha suerte pues te podías haber roto el tobillo y encima esos dos ángeles ayudándote ¿que más se puede pedir?.......y a los guisantes que les den pues hicieron bien su función, claro que yo también hubiera sufrido por ellos en la basura.Por aquí también llueve "cómo el día que enterraron a la tacones" que tampoco se quién era pero cómo lo decía tu padre yo lo repito en su honor.Si fuera vecina tuya no veas los ratos que íbamos a pasar dándole a la de sin hueso. Besicos
ResponderEliminarPues si Charo, mis dos ángeles me lo hicieron paras lo mejor posible. Gracias por la mención que haces de mi padre, aquí sigue lloviendo y hoy hace un frío especial, se nota que en la sierra está nevando.
EliminarUn besito guapetona.
Jajaja!!! No te quejes que los guisante bien cumplieron.
ResponderEliminarUn abrazo y a mejorar.
Los guisantes han dado mucho juego, me han curado y por lo menos os han hecho sonreír.
EliminarGracias Alfred, un abrazo
Despues de la aventura vivida espero que no haya sido nada de cuidado lo del tobillo. Los guisantes que importan como decia mi abuelo más se perdió en la guerra y vinieron cantando Aqui sigue nevando y con mucho viento. Un beso
ResponderEliminarTodo en perfecto orden Ana. ¡Que maravilloso debe de estar El Escorial nevado!
EliminarAquí en Madrid llueve pero además hace mucho frío.¡Como todas las primaveras!
Un besito
Ay Ma de los Angeles, nos hacés reir aun con tus pequeños accidentes! Lástima tu bolsita, pero los hubiera cocinado, ya estaban descongelados! Un abrazote y me alegra que hayas pasado rápido tu mal momento gracias a tu vecina y tu hijo!
ResponderEliminarCon el "doctor" y la "enfermera" que tenía apenas me dejaban hablar, ellos hacían y deshacían. Todo lo doy por bien hecho y a ti por lo menos te he sacado una sonrisa.
EliminarUn fuerte abrazo María Cristina.
Yo hubiera aprovechado los guisantes. Al menos que no falte el humor. Un beso.
ResponderEliminarY yo también, pero la pareja que tenía a mi cuidado no me dejaron, me dijeron que era una rácana, jajaja.
EliminarUn beso Susana
Mª de los Ángeles, vaya aventura menos mal que los guisante lo pudiste aprovechar para tu pie, ya que no lo pudiste hacer para cenar. La lluvia aquí en Madrid, no para es muy repetitiva, y mucho frío, la Primavera se resiste a entrar.
ResponderEliminarUn calido abrazo!
Gracias a los guisantes y a mis "enfermeros" todo está perfectamente.
EliminarComo ya sabrás, hoy en Madrid hace un frío que te corta la cara. Esperemos que pronto llegue la primavera.
Un abrazo Cristina.
Hola Mª Angeles, entre lo que me contaste ayer y ahora he leído mira que me he reído por la forma de contarlo no por el "accidente" jeje, bueno no pudiste aprovechar los guisantes pero al menos los pobres hicieron su papel curándote y gracias a la ayuda de los enfermeros que tuviste, no hay mejor forma de sacarle partido a las cosas que reírnos de ellos mientras podamos y tu siempre nos sacas esa sonrisa que tanta falta nos hace:)
ResponderEliminarBesos.
Llevabas ventaja, ya que por telefono te dije que estaba perfectamente. Me alegro que te haya hecho reír, mejor eso que llorar. Claro que conmigo nada se sabe, igualmañana lloras a moco tendido.
ResponderEliminarUn besito Piruja, guapita.
Me ha hecho mucha gracia tu post, (evidentemente no tu dolor), pero si en la manera que lo has contado.
ResponderEliminarLa verdad es que cuando en mi casa me hago daño, de repente todos son médicos titulados jajaja. Pero es como dices, que al menos se preocupan y es de agradecer.
Espero que tu tobillo se encuentre major.
Cojo sitio en tu blog por tu manera de explicar las cosas.
te dejo un enlace al mio por si te apetece echarle un vistazo, llevo un mes por estos mundos y voy poquito a poco.
https://similocuramedeja.blogspot.com.es/
Nos leemos.