Este poema o como lo queramos llamar, me lo ha pasado una compañera de mi Parroquia. Es mayor, lo mismo que yo, pero las dos tenemos la suerte de tener un buen hijo, no es el caso de otras muchas.
Todos los domingos vemos a hijos y nietos acompañando a sus padres o abuelos. Unos van con su garrote, otros, van sujetos a sus nietos y los hay que van en silla de ruedas empujadas por sus hijos, como es el caso de Paqui, una señora maravillosa, que por enfermedad apenas puede caminar, pero tiene un hijo hermoso por dentro y por fuera que siempre la acompaña a comulgar y lo hacen juntos.
No va para ellos, pero si para aquellos que no son tan "detallistas".
Si yo derramo la leche al ir a desayunar,
no te enfades, hijo mío, que son cosas de mi edad.
Cuantas veces derramaste la papilla y lo demás.
Y yo, siempre sonriente, eran cosas de tu edad
Si al ir al baño no llego, no me da tiempo a llegar.
No te alteres, hijo mío, que son cosas de mi edad.
Cuantas veces te he cambiado tus ropitas y el pañal.
Y yo, con gusto lo hacía, eran cosas de tu edad.
Si ves que me siento torpe y que vacilo al andar.
No me hagas ningún reproche, que son cosas de mi edad.
Tú avanzabas a gatas, yo te enseñé a caminar
rebosante de alegría, eran cosas de tu edad.
Si hablo cuando no debo y me cuesta coordinar,
no te enojes, hijo mío, que son cosas de mi edad.
Tantas y tantas palabras no sabías pronunciar.
Y yo, feliz te enseñaba, eran cosas de tu edad.
Si yo al hacer ciertas cosas, perjudico a los demás.
No es mi intención, hijo mío, que son cosas de mi edad.
Tú de niño eras travieso y hacías muchas más.
Nunca te lo tuve en cuenta, eran cosas de tu edad
Si me da miedo la noche y terror la soledad.
No me riñas, hijo mío, que son cosas de mi edad.
Recuerda que tantas noches sentías miedo al soñar.
Te venías a mi cama, eran cosas de tu edad.
Ya llegarás algún día y a ti te pasará igual.
Y te acordarás de mi, serán cosas de la edad.
Para todos los buenos hijos y mejores nietos.
La edad no perdona y a todos nos llega el momento de depender de otros.
ResponderEliminarMuy bueno el recordarlo.
Un abrazo.
Esperemos que sean pacientes con nosotros. Gracias Alfred por tus palabras.
EliminarUn abrazo
Bonito verso. Un beso
ResponderEliminarMe alegro que te guste Susana.
EliminarUn beso
Amiga Maria de Los Ángeles, gostei muito da sua introdução a esse poema não apenas belo, mas também com ensinamentos para todas as idades. As crianças certamente não têm condições de ver as dificuldades das pessoas mais velhas, mas os jovens e adultos podem compreender o que o poeta canta sobre a idade avançada. Um poema que é uma lição de vida.
ResponderEliminarEstava com saudade do seu blog e dos seus textos, minha amiga.
Uma semana com saúde de paz, Maria!
Um abraço.
Pedro
Amigo Pedro, me ha hecho mucha ilusión saber de ti, yo tambien extraño tu blog, lo que ocurre es que muchas veces me cuesta encontrarte. No obstante siempre te recuerdo con cariño.
EliminarUn fuerte abrazo
Qué hermoso poema, Ma de los Angeles, yo recuerdo muy vagamente otro que hablaba de las coincidencias entre los dos extremos, los niños y los ancianos, se me fue el nombre, cosas de la edad! Un abrazote!
ResponderEliminarLo que ocurre es que si Dios quiere todos vamos a llegar...bueno, yo ya he llegado, a ciertas edades, y muchos hijos no saben como reaccionar.
EliminarUn fuerte abrazo María Cristina.
Busqué el poema y su autor, se trata de "Los extremos se tocan" del poeta español Ramón de Campoamor. Y es muy cierto que los hijos a veces se desconciertan, de ver a padres muy activos y su posterior declinación, un abrazote Ma de los Angeles!
EliminarGracias María Cristina, no lo sabía, no me extraña que sea tan bonito tratándose de Campoamor.
EliminarUn abrazo.
Un poema-reflexión muy interesante que seguramente nunca enseñaremos a nuestros descendientes. Esta claro que en los dos casos son problemas de la edad, pero creo que no se tiene la misma paciencia con un bebé que con un anciano.
ResponderEliminarAbrazo.
Eso es seguro Matías. Cuando somos niños estamos mejor cuidados que cuando somos mayores. Será porque de niños somos más bonitos...
EliminarUn fuerte abrazo.
Muy, muy emotivo Mª Ángeles y a todos nos va a pasar más tarde o más temprano, yo lo tengo en casa.Besicos
ResponderEliminarA mi seguro que me llega antes que a ti.
ResponderEliminarLo peor es lo que te ocurre en casa, sobre todo porque sois muy jóvenes.
Un besito preciosa Charo
Hola Mª Angeles, que gran verdad lo que dice el poema o relato, pero hoy en día los hijos, no todos pero casi todos, no se dan cuenta del sacrificio que hicieron los padres cuando eran niños y que si no pasa nada ellos también llegaran y les pasara lo mismo,piensan que siempre van a ser jóvenes y que equivocados están.
ResponderEliminarBesos.
Ten en cuenta amiga Piruja, que muchos de los padres de ahora, tampoco se implican mucho. Los hijos están desmadrados, hacen diabluras, se comportan fatal, en fin no se como se va a solucionar.
ResponderEliminarUn beso.