Campana de la Catedral de Gerona.
En todas las Catedrales hay un hermoso campanario, pero seguro que no tienen una campana como la tiene la Catedral de Gerona. Pues bien:
Era el año 1810, Gerona, a pesar de su heroica resistencia, había caído en manos de los franceses. (Esos franceses de Napoleón).
La mayor parte de la guarnición quedó vigilando a la población civil, esta se sentía insegura.
Los gerundenses no permitían que les fuera fácil la vida y hacían todo lo posible por zafarse del invasor, acosándoles de mil maneras.
Una noche, los ánimos estaban particularmente encendidos en el cuartel de los franceses a causa de una escaramuza de los catalanes que les había causado grandes pérdidas.
Unos cuantos urdieron un plan para dar un escarmiento a la población, saliendo esa misma noche con todo sigilo y penetrando en las casas, matar a cuantas personas pudieran sin reparar en su condición, o sea, mujeres ancianos y niños. Por supuesto los hombres caerían los primeros.
Seguramente, esa acción les enseñaría a los gerundenses quien estaba al mando de su ciudad y les quitaría las ganas de seguir combatiendo.
Tal como lo habían pensado, cogieron sus armas y salieron a la calle con la furia en el alma.
Las calles de la ciudad estaban sumidas en la oscuridad.
Nadie les había visto.
Nadie más que ellos sabían lo que se proponían hacer.
Nadie podría salvar a las personas que se habían propuesto matar.
Estaban ya preparados para entrar en las primeras casas cuando...de pronto...una de las campanas de la Catedral empezó a tocar a rebato.
Su sonido era más fuerte que nunca y parecía rebotar en todas las paredes de las casas de la ciudad.
Todas las ventanas se llenaron de luces, todo el mundo se preguntaba que pasaba.
Los gerundenses salieron a la calle, miraban al campanario y asombrados, gritaban:
¡Es la Susana, es la Susana...!
Tal era en nombre de aquella campana.
Cuando el párroco subió al campanario, vio que la campana se balanceaba sola, impelida por una fuerza infinitamente más poderosa que la de cualquier ser humano.
Nadie dudó de que aquel hecho extraordinario había salvado a la ciudad de un terrible peligro, pero si se supo cual había sido, cuando uno de los soldados, conmovido por los sucesos de aquella noche contó lo que se había tramado contra la población en el acuartelamiento de los franceses.
Decía Santa Teresa: "Dios tambien está entre los fogones".
Y digo yo: ¿Estaría esa noche en el campanario?...Seguro que si.
Maria,
ResponderEliminarUna campana puede parecer un dispositivo simple para producir sonido, pero para nosotros, los católicos y los ortodoxos, se considera una pieza sagrada. Las campanas representan un llamado a los fieles para ir a la iglesia.
Me gustó tu texto.
Un beso respetuoso para ti!
Douglas
Es una pena que ya se oigan pocas campanas en las ciudades, por lo menos en mi parroquia yo no las oigo, pero la tenemos.
EliminarGracias por tus bonitas palabras.
Un besito para ti amigo Douglas.
Un relato que desconocía y estoy segura de que Dios hizo tocar esa campana.Besicos
ResponderEliminarYo tambien lo estoy querida Charo, el Señor siempre está a nuestro lado.
EliminarBesitos guapa.
Bonita leyenda!
ResponderEliminarUn abrazo.
Como buen catalán que eres seguro que te ha gustado. Dios siempre está donde hay buenas personas.
EliminarUn abrazo Alfred.
Que lindo relato, seguro que Dios estaba ahí, siempre está presente entre nosotros. Un abrazo
ResponderEliminarPuedes estar segura amiga Bienaventurada de que así es.
EliminarUn fuerte abrazo amiga.
Q7é gran historia. Un beso
ResponderEliminarTenía que se buena porque la campana se llama Susana.
EliminarUn besito guapita.
Otro milagro! Qué hermosa historia, Ma de los Angeles, conocida por la buena conciencia de un soldado y divulgada para nosotros por una gran relatora! Un abrazote!
ResponderEliminar¡¡Que exagerada eres maría Cristina!!
EliminarLo que soy es una cuentista, jajaja. Eso decía mi madre que siempre estaba yo contando cuentos.
Gracias por tus palabras.
Recibe un fuerte abrazo.
Muy bonita leyenda, Mª Ángeles. En Toledo también hay una que habla de unas campanas que se pusieron a tocar solas. Algún día la contaré. Un abrazo.
ResponderEliminarPD Te mandé un mensaje al correo, no sé si lo has visto
Pues como no te des prisa, yo, que siempre estoy buscando leyendas...te la piso.
EliminarYa he visto y contestado a tu correo. ¿Sabes una cosa? Pues que con tanto calor que hemos pasado apenas he mirado el correo.
Gracias Rita.
Un beso.