Lindo pavito...
Muchas veces mi cuñada Pili me dice que llora cuando lee mis entradas, pues te aseguro querida Pili, que hoy no vas a llorar. Vas a reír y quizá tengas que preparar la cena de Nochebuena para nosotros también. El motivo lo cuento ahora mismito.
Cuando yo era niña o jovencita, no había las costumbres de ahora de hacer tantas cenas y comilonas de empresa. Mucho menos hacer regalos de tanta valía a empleados y amigos.
¿Regalar un pavo? Ni hablar, o por lo menos a mi padre cuando todos éramos pequeños y deseábamos que llegara Navidad para comer pollo, nadie le regalaba nada.
En cierta ocasión, mi madre se levantó a las 7 de la mañana para poder comprar un cordero, que, con una amiga suya, podían hacerlo en Intendencia, pues allí trabajaba el hijo de esta señora y lo tenían seguro. Creo que ya lo he contado otras veces, que, cuando mi madre llegó a casa con el cordero de más de 10 kilos en canal, mis hermanos pequeños tuvieron miedo, los mayores estabamos deseando de incarle el diente...
Bueno, voy a lo de estos tiempos:
El sábado, mi hijo tuvo una de las más de 10 comidas y cenas que va a disfrutar estos días. Cuando apareció por casa, con un montón de botellas (que además no bebe), y un enorme pavo...¡¡Vivo!! Casi lo echo de casa.
Me serené, pensé (pues algunas veces pienso), le pregunté de donde había salido tan enorme pavo.
-Me lo han regalado. Ha sido un amigo que le he hecho algunos favores y el pobre ha traído del pueblo el mejor pavo que tenían, criado en el corral y con trigo...
No le dejé terminar, le dije que se dejara de zarandajas y sacara al bicho donde yo no lo viera.
Después de un tira y afloja, decidimos meterlo en la terraza del salón, que además tiene rejas. Pero también tiene una hermosas correderas que yo puedo abrir perfectamente.
Ha estado los dos días comiendo y bebiendo a cuerpo de rey.
Esta mañana lo primero que he hecho es ir a ver al dichoso pavo...y allí estaba. Me miraba todo ufano y de vez en cuando me decía, Clo,clo, clo.
Una de las veces, he ido a la cocina, he sacado el machete de partir carne, se lo he enseñado y...casi me rompe las plantas de los saltos que daba. El muy ladino es muy listo...
Ni pensaba comermelo ni mucho menos matarlo. Claro que mi hijo antes de irse al trabajo me ha advertido que él no lo iba a matar, que me las apañara yo como quisiera...me las he apañado.
He llamado a una parroquia, no a la mía, pues si no se iba a enterar mi hijo y mis amigotas. Les he dicho a las responsables de Cáritas que tenía un pavo vivo, que mandasen a alguien que le gustase un pavo por Navidad...Han venido rápidamente. Se han llevado el animalito y cuando ha llegado mi hijo, le he dicho que se ha escapado.
En Madrid a las 6 de la tarde ya es de noche por estas fechas. Mi terraza da al jardín de la Comunidad y como es privado, el pobre ha ido a ver si lo encuentra por alguna parte. Va con una linterna y ha mirado debajo de las terrazas, entre los coches del aparcamiento que linda con el jardín...en fin, me da un poco de pena, pero me he librado del pavo.
Cuando ha vuelto me dice:-
-.No lo he visto por ninguna parte, no es por el pavo solo siento si causa algún malestar a los vecinos.
Yo, muy hipócrita, le he dicho:
-¡Que pena hijo, nos hemos quedado sin pavo...!
Ja,ja,ja.....Yo o me quedo con él vivo o hago algo parecido a lo que tú has hecho, todo menos matarlo. Besicos
ResponderEliminarYo no me podía quedar con el dichoso pavo pues vivo en un piso y por supuesto, que no lo iba a tener en ninguna terraza.
EliminarSeguro que a alguien le ha venido bien...
Un besito Charo
!Que bien escribes me llenas el alma de sonrisas
ResponderEliminareres adorable y gracias por tus piropos mil abrazos
Si la mujer de las fotos soy yo escritora Gracias por compartir lo tuyo
Me encanta compartir mis vivencias, algunas veces son mejores que otras pero siempre van escritas con el corazón.
EliminarUn fuerte abrazo para ti querida RECOMENZAR.
jajajaj...pues sabes que te digo...que yo hubiera hecho lo mismo. No soy capaz de matar a ningún animal, algunas veces hasta el hecho de comerlo pensando que una vez estuvo vivito y coleando, me da un poco de "cosilla". A alguien le vendría bien. Besos.
ResponderEliminarPues me parece que como todas las señoras piensen como nosotras, no se que van a cenar el día de Nochebuena.
EliminarSeguro que quien se haya llevado tan suculento pavo, no va a mirar como nosotras.
Un besazo amiga Rita.
Jajaja, me imagino esa escena de tu con el cuchillo y el pavo pegando saltos...jaja, e imagino que tu cuñada Pili, se habrá reído también de lo lindo, porque la situación no es para menos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, y os deseo unas felices fiestas y próspero año nuevo para ti y los tuyos.
Si, querido Manuel, mi cuñada Pili me ha llamado por teléfono para decirme varias cosas, entre ellas, que no me preocupe por la cena de Nochebuena, pero que en su casa no hay pavo. Nos hemos reído las dos.
EliminarYo tambien te deseo que lo pases muy bien, recibe un fuerte abrazo desde Madrid.
:))))
ResponderEliminarEstá claro que tu hijo no te lee. ¡Verdad?
No he podido contener la risa.
Un abrazo.
Pues es verdad amigo Alfred, mi hijo es raro que me lea. Algunas veces sus compañeros de trabajo le dan alguna información, espero que de esto no le hayan dicho nada.
EliminarUn fuerte abrazo
Yo tampoco lo mataría. Un beso
ResponderEliminarY lo mismo que yo, te quedarías sin comer pavo.
EliminarUn beso Susana
Muchas veces tenemos que optar por estos ardides para no molestar a nuestros hijos con nuestras decisiones. En mi caso fui a la carnicería donde él es cliente por mi cuenta a reservar un matambre de pollo porque él no quiere hacerlo y se lo oculté diciendo que fui a otro lugar. Pero tu anécdota me hizo reir mucho, Ma de los Angeles, veo que a tu hijo también le ocurren cosas inéditas al igual que a vos, como el regalo del pavo vivo! Ahora se comprueba a quién salió! jajaja. Un abrazote grande!
ResponderEliminarEs tan bueno, que llegó a casa cargado con tan suculento bicho. Claro que, suculento para el que se lo coma.
EliminarUn fuerte abrazo María Cristina.
Me parece que si tuviéramos que matar los animales que comemos, nos volveríamos todos veganos.
ResponderEliminarFeliz Navidad.
Estoy segura de ello amigo Matías. Sobre todo los grandes.
EliminarUn fuerte abrazo. Que lo pases muy bien. Que comas poco y te abrigues mucho.