lunes, 7 de septiembre de 2020

El tío Raimundo y su pozo

 

                                                       Pozo de aquella época

       Hay una estación de Cercanías llamada "El pozo del tío Raimundo", mejor dicho, solo tiene puesto El Pozo. Yo, por ser tan "jovencita" conocí el pozo y al tío Raimundo, os cuento como:

      Siendo yo mas joven que ahora, iba con mis amigas casi todos los domingos paseando hasta...casi, el fin del mundo. (Como decía mi madre). Por aquella época, sobre todo en verano, las chicas los domingos paseábamos mucho. Ese era nuestro divertimento.

      Eramos cuatro amigas y cuando salíamos los domingos, las cuatro vivíamos en Puente de Vallecas, y las cuatro cogíamos la Avenida de Ciudad de Barcelona y caminábamos hacia arriba. Muchas veces llegábamos al Alto del Arenal y nos volvíamos, otros días llegábamos a Portazgo, el  cerro Buenos Aires y muchas veces hasta  al pozo del tío Raimundo. Que era lo más lejano donde podíamos llegar.

      Parece que le estoy viendo: pantalón, creo que era de pana de color claro, camisa blanca con rayitas marrones, se cubría la cabeza con una gorra, pero una gorra castiza, no de esas que llevan ahora todo el mundo, hombres y mujeres, que parecen soldados americanos (que quede claro que admiro a los soldados americanos, no sea que se enfaden). También el tío Raimundo tenía un garrote. Un garrote rustico, quizá hecho por él mismo. Vivía en  una casita, quizá hecha también por él. Le daban sombra cuatro Acacias, una higuera y una parra. Era un hombre de una estatura media y siempre sonreía.

      El primer día que le encontramos, íbamos huyendo de unos chicos. Unos chicos que lo único malo que hacían era piropearnos. En aquella época los hombres piropeaban mucho a las mujeres. Ahora dicen que es machismo, pero yo creo que era muy bonito. (Salvo raras excepciones).

      Cuando el tío Raimundo vio que cuatro chicas iban corriendo hacia él, se levantó de su banqueta, cogió el garrote, se fue hacia nosotras y nos preguntó porque corríamos. Cuando se lo dijimos y vio a los mozalbetes que nos seguían, los llamó. Los pobres muchachos, eran, como dirían ahora, buena gente. Después de hablar con ellos, se dirigió a nosotras y nos dijo:

     -¿Como no os van a seguir los chicos con lo guapas que sois?

      Así conocí al tío Raimundo. A partir de ese día casi todos los domingos íbamos a verle. Tenía dos botijos al lado del pozo siempre llenos de agua fresquita que nosotras bebíamos, Aunque nos recomendaba que tenía que ser a chorro.

      Cuando empezó a llegar la emigración de los pueblos hacia la Capital, muchos fueron los que se asentaron en aquel cerro. Todo estaba desierto. Había alguna huerta, pero todo estaba sin habitar, era una enorme extensión de terreno árido, sin siquiera agua. Pero ahí estaba el tío Raimundo con su pozo. No le negaba un trago de agua a nadie, sino que a todas esas buenas gentes que se hacían su "casita" con sus propias manos, él jamas les negó agua para hacer un mortero de arena y cemento para construir su vivienda. Ese fue el caso del que luego fuera famoso y campeón del mundo de motociclismo  Ángel Nieto. Pues sus padres se construyeron allí su primera vivienda. (Lo digo porque él mismo Ángel lo contó en más de una ocasión).

      Creo que mucha gente le debe de recordar. Seguro que hoy gracias a Dios viven en mejores casas, pero jamás olvidaran a aquel hombre entrañable que se llamó:

      RAIMUNDO... así, con mayúsculas.

      Ahora ya viajo menos, pero siempre que he pasado por esta estación de Cercanías, me he acordado del bueno del tío Raimundo. También este sitio es recordado por el fatídico 11 M, en el cual ocurrió, lo mismo que en otras estaciones, grandes desgracias.

      

18 comentarios:

  1. Recuerdos y méritos de tiempos pasados.
    Ahora las cosas son distintas.
    Mejor en mayúsculas.
    Un abrazo.

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    1. Como bien dices, ahora todo es distinto, pero en aquellos tiempos también tenían su encanto los paseos, los campos y...los piropos.
      Un abrazo Alfred.

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  2. No conocía la historia. Gracias por contarla. Un beso

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    1. Quizá porque eres muy joven o por no haber vivido cerca del cerro.
      Un beso Susana.

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  3. Me ha encantado la historia, Mª Ángeles. ¡Qué bellos recuerdos! Yo, al tío Raimundo solo lo conozco por lo del 11M, y no conocía el origen del nombre de ese lugar hasta ahora mismo, de lo cual me alegro muchísimo.
    Descanse en paz el bueno de Raimundo, y para tí un beso muy grande y que tengas un feliz día.

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    1. Menos mal que tuvieron la benevolencia de, por lo menos, ponerle el nombre, aunque solo han puesto "El Pozo". Algo es algo.
      Espero que hayas descansado en tus vacaciones y no te hayas puesto a hacer obras en la casa.
      Un beso querida Rita.

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  4. Hermosa historia, Ma de los Angeles, qué bueno que el lugar lleva su nombre, al menos ahora en tu recuerdo, un abrazote!

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    1. Si María Cristina, menos mal que por lo menos, aunque lo han acortado, reconocieron que allí un día, había un pozo.
      Ahora este cerro está totalmente poblado y no te puedes hacer una idea los edificios modernos y gentes que allí viven.Un fuerte abrazo guapetona.

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  5. Que historia tan bonita cuentas hoy si hasta he visto al tio Raimundo junto a vosotras 4 bebiendo del botijo.Besicos

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    1. Yo también me veo con el botijo en ristre y a mis amigas también.
      Resulta, que como siempre ocurre, pasaron los años, nos casamos y no nos hemos vuelto a ver. Y por supuesto, a don Raimundo le perdimos la pista hace mucho tiempo.
      Un besito Charo.

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  6. Una historia interesante de aquellos años de pobreza en la periferia de la gran ciudad. Yo conocí El Pozo hace muchos años era un barrio de casas bajas que construyeron por la noche. Al parecer se juntaban varios vecinos y en una noche la levantaban y cubrían aguas, en ese caso ya no la podían demoler.
    El Pozo actual no tiene nada que ver con aquel que conocimos.
    Abrazo.

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    1. Yo tuve la suerte, por mi edad, de conocer todo cuando era un descampado. También supe que hacían las casitas por la noche. No creo que los que viven ahora en esos estupendos pisos que hay en dicho cerro, se acuerden o no sepan como lo pasaron sus padres.
      Un fuerte abrazo Matías.

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  7. Gracias, María de los Ángeles, ya que cada día me gustan más tus historias, sencillas y cotidianas, por lo que siempre es para mi un placer visitarte.
    Recuerdo el nombre de esa estación, por el trágico atentado que citas, que dejó huella en mi, como en casi todos los españoles.
    Un fuerte abrazo, amiga.

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    1. Muchas gracias amigo Manuel.
      Siento que la mayoría conozca esta estación por los trágicos sucesos acaecidos el 11M, pero ya ves que su historia es otra.
      Un fuerte abrazo.

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  8. Con tu historia me has hecho recordar a Don Ramón, un señor al que todos los niños saludábamos con todo el respeto y la educación del mundo.
    Se sabía nuestros nombres y siempre nos escuchaba como si la historia de cada uno fuese la más importante que había escuchado nunca.
    Que buenos recuerdos!
    Muaaa

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    1. Seguro que Don Ramón era algún profesor tuyo. Me alegro que lo recuerdes.
      Un besito Zhura.

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  9. Me ha gustado mucho esta historia, un beso.

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    1. Me ha gustado mucho verte por aquí, espero que sigas visitándome.
      Un besazo.

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