¡Por fin! Ya he podido salir a la calle, por lo tanto, ayer domingo fuí a misa. Todos mis compañeros se pusieron muy contentos pero me dio una gran gran alegría encontrarme con mi compañera y amiga Norma, la "hermana" de Juan Camiseta, que ya conté en su día. Pues bien, como las dos estamos jubiladas y mientras íbamos hacia casa empezamos a recordar y a contarnos cosas de cuando estábamos en activo, nos reímos mucho con algunas cosas y sobre todo cuando yo le conté una anecdota (que creo que ya he contado aquí), esto fue lo que le hizo tanta gracia:
Una de las veces, cuando nos estaban dando novedades en el Ayuntamiento, nos dijo la jefa de personal, señalando un montón de latas grandes que había llevado la Cruz Roja y el contenido era, carne estofada con patatas:
-Coged las que queráis y se las dais a los más necesitados; Yo cogí una, pues de mis servicios solo una persona estaba...necesitada.
Cuando llegué a casa, mi hijo pequeño al ver la enorme lata me preguntó que era y le conté la historia. Él, con aquella enorme lata redonda que pesaba lo menos 5 kilos en sus manos, dijo:
-Mamá, abre la lata esto debe de estar muy rico. Le dije que no, pero fue tanta la "tabarra" que me dio, que al fin le hice caso. ¡Abrimos la lata! Contenía una enorme cantidad de carne, patatas, guisantes, zanahoria etc. etc.
Nos dispusimos a comer. Nos pusimos sendos platos llenos y aún sobró...de momento nos supo rico, pero a media tarde mi estómago estaba que parecía que le habían echado piedras, me dije:...esto es un castigo de Dios por comernos la lata de los pobres. Yo, al día siguiente le compre a la pobre señora (que por cierto, era una anciana de casi 90 años), un par de latas de albóndigas en salsa y le dije que el Ayuntamiento me las había dado para ella.
Al cabo de unos días, me dijo: -Si pasas por donde hay de esas latas, trae más. Así que la próxima vez que volví al Ayuntamiento cogí otra lata. esta vez no dijo el niño que la abriera, no, pues creo que lo pasó tan mal como yo, y no fue por un castigo Divino, no, sino porque aquella comida era más pesada que una vaca en brazos.
Yo iba muy contenta con la gran lata solamente de pensar la alegría que le iba a dar. Efectivamente, cuando vio aquella enorme lata, no sabía como darme las gracias, pues además la señora era muy, pero que muy tacaña. Yo le dije que me la había dado la Cruz Roja para ella.
Cuando yo me iba para mi casa, vi que estaba trasteando con el abrelatas, le dije que si necesitaba ayuda, me dijo que no, que yo me fuera a mi casa que ella se las apañaba bien..."pensé, como se coma la mitad del contenido de la lata...mañana la encuentro muerta". Cuando volví al día siguiente; se había comido todo, su estomago ni se inmutó y ella estaba la mar de contenta.
Aunque se acabó la remesa que había llevado Cruz Roja, yo de vez en cuando le compraba un bote de albóndigas y la pobre se ponía tan contenta. Pero no creáis, ella no comía por no gastar dinero...
A costa de nuestros recuerdos, nos pasamos un rato muy agradable. Norma es chilena, pero me dijo que hacía mucho que no iba a su tierra pues vale mucho dinero...y mucho menos desde que empezó la pandemia.
Pues a mí una lata de esas de la Cruz Roja que nos daba a Cáritas para dárselas a los temporeros se me cayó encima de la cabeza cuando intenté coger una del armario donde estaban para dársela a un temporero y no veas el daño que me hizo y el chichón que me salió. Me acordé de la Cruz Roja,de Cáritas, de los temporeros y de toda su familia.....cuando se pasó el dolor ya me olvidé de todos los que me había acordado.Besicos
ResponderEliminarPor lo que me cuentas a las dos nos "sentó" mal la dichosa lata.
EliminarClaro que si lo pensamos mejor...lo que hacemos por los hijos a veces tiene su "recompensa.
Bueno, el caso es que ya todo pasó hace mucho tiempo y deseamos que no vuelva a pasarnos. Desde luego, comer como aquel día ya no lo haré nunca. Pues además, era carne de Venado. El caso es que era muy fuerte, pero la anciana se lo comió y no le hizo daño...
Un besito Charo
Lo que no has de comer, déjalo correr...;))))
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Que malo eres Alfred!
EliminarComí de esa comida tan fuerte por hacer la gracia a mi (entonces) niño. Pero ¿sabes una cosa? No me arrepiento, la "indigestión" ya pasó.
Yo creo que fue la culpabilidad. :). Un beso
ResponderEliminarNo se lo que fue pero el caso es que pasé mala tarde. Lo que contenía la lata era carne de venado...
EliminarUn beso Susana
Hola Mª Angeles, me lo contaste por teléfono y como te dije me alegro mucho que ya vayas a misa y te reencuentres con los amigos, eso es buena señal de que poco a poco vamos de nuevo hacia la nueva "normalidad":)
ResponderEliminarSobre la anécdota, os comisteis cinco kilos de estofado entre tu hijo y tu?, no me extraña lo del estomago jeje, pero lo de la señora ella sola eso si es un estomago a prueba de bombas:), bueno, que me alegro mucho que todo vaya bien.
Besos.
La verdad es que no se lo que contenía la dichosa lata. Lo que si se es ue era carne de Venado y era muy fuerte para nuestros estomaguitos...
EliminarHoy también he salido y mañana...bueno, no se que hare.
Un beso querida Pili
Siempre le ponés mucho humor a tus anécdotas, Ma de los Angeles, gracias por entretenernos con estos momentos tragicómicos, un abrazote!
ResponderEliminarYa sabes que como decía Santa Teresa..."Un santo triste, es un triste santo".
EliminarCon todo lo que tenemos encima, si no nos reímos un poco...
Un fuerte abrazo María Cristina
Ya viste jaaaa, así pasa a veces
ResponderEliminarque tenemos algo y nos lo devoramos
y luego ya no podemos ni caminar,
muy bueno mi amiga.
Besitos dulces
Siby
Gracias por tu visita Siby, y también gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn beso
Bonitos recuerdos. Un beso.
ResponderEliminarCierto Teresa, siempre estoy recordando.
EliminarUn beso
Let's pray for each other WE ARE STRONGEST TOGETHER for the honor and glory of Our Lord Jesus Christ 🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌🙌
ResponderEliminarAmen amiga María y que El Señor siempre esté contigo.
EliminarUn fuerte abrazo
Maravillosa entrada de lo que pasó me encantó un abrazo inmenso
ResponderEliminarAhora me rio, pero en aquella ocasión lo pasé fatal.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo querida RECOMENZAR.