lunes, 7 de octubre de 2024

Historia



Creo que es una historia bonita, por lo menos a mi me ha gustado.

     En la antigua Roma, en la época del emperador Tiberio, vivía  un hombre muy bondadoso que tenía dos hijos; uno era militar y el otro hijo era poeta y encantaba a todos los que le escuchaban.

     Una noche, el buen hombre tuvo un sueño. " Se le aparecía un Ángel para decirle que las palabras de uno de sus hijos serían conocidas y repetidas en el mundo entero por todas las generaciones futuras".

     Lo más seguro, pensaría este hombre, es que los versos de mi hijo serán reconocidos en el mundo entero. Y pensó. "Que listo es mi niño". Pero no fue asi, ya que las palabras  que todos nosotros sabemos y que fueron dichas por el hijo soldado, (que él creía que no era tan listo), fueron estas.

"SEÑOR, YO NO SOY DIGNO DE QUE ENTRÉIS  EN MI CASA, PERO DECID UNA SOLA PALABRA Y MI SIERVO SERÁ SANO"

     ¿A que las habéis recordado todos?

     Los católicos las decimos todos los días en la Eucaristía.


Y como nos queda tiempo, paso a contaros una anecdota de Mark Twain, que quizá muchos sepais y que a mi me hecho mucha gracia.

Yendo en tren, el escritor no encontraba el billete que le pedía el revisor, este viendo a Twain agobiado, le dijo que confiaba en que lo había pagado . >>Es que si no lo encuentro no se donde tengo que bajarme <<, le explicó.

Como todos los genios, era tambien muy despistadillo.


 

2 comentarios:

  1. Pero que relatos tan bonitos, siempre nos dejas entradas muy emotivas e interesantes. Besicos

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  2. Palabras recordadas por más de dos mil años. Un beso

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