Tras ello, se escondió detras de uno de los árboles centenarios que había al lado y, al lado del sendero, y esperó en completo silencio a ver la reacción de quienes se encontraban con aquella pesada roca.
Los primeros en pasar fueron unos adinerados comerciantes que, al ver aquel pedrusco en medio, lo rodearon y siguieron su camino.
Aguzando el oído, el rey oyó cómo le criticaban sin disimulo por no mantener los senderos despejados.
Pero allí se quedó la piedra, pues ni ellos ni otros cortesanos hicieron nada por apartarla.
Un buen rato después, pasó por allí un campesino que llevaba una carretilla llena de verduras. Poniéndola al un lado, se dirigió a la roca y, empujándola con gran esfuerzo, la apartó a un lado. Cuando lo hubo hecho, vió que, en su lugar, había una bolsa llena de oro y una nota del rey que decía que la recompensa sería para la persona que removiera la piedra del camino.
Solo el campesino supo entender claramente el mesaje:
QUE CADA OBSTÁCULO DE LA VIDA ES UNA OPURTUNIDAD PARA MEJOR SER.
Una buena persona, que no le importó perder su tiempo poniendo un esfuerzo extra en mejorar el camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mejor no pudo ser, pero se vio recompensado por ello.
EliminarUn abrazo amigo Alfred.
Gracias a Dios que siempre hay buenos samaritanos que quitan las "rocas" del camino sin esperar ninguna recompensa y claro que se la merecen . Besicos
ResponderEliminarEste samaritano fue muy bueno y ademas octubo su recompènsa.
EliminarBesitos querida Charo.
Buena recompensa por una buena acción.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sobre todo la buena acción que tuvo el hortelano, claro que fue muy bien recompensada.
EliminarUn abrazo Matías.
Fue recompensado el humilde señor! Ojalá yo tuviera esa suerte cuando por la calle aparto ramas caídas al paso, en fin, un abrazote Ma de los Angeles!
ResponderEliminarTu tambien haces una buena acción quitando las ramas a tu paso seguro que alguien lo tendrá en cuenta.
EliminarYo tambien te envío un fuerte abrazo María Cristina.
Tu texto nos hace reflexionar. Cuando tenemos el corazón rebosante de amor, damos sin esperar nada a cambio. Y nuestra acciones son recompensada.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo.
¡¡Que razón tienes Cristina!!
ResponderEliminarNo tenemos que esperar recompensa alguna, solo ser buenas personas.
Mi cariñoso abrazo vaya para tí.
Muy bien por el campesino, tuvo su buena recompensa. Besos.
ResponderEliminarHola Teresa, todo buen acto tiene su recompensa. Besitos querida amiga.
EliminarQué bien!!! Me alegro por el campesino, se lo merece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por ser un buen hombre tuvo su recompensa
Eliminar.Un beso LOBEZNA
La recompensa fue merecida, el mas humilde les daba cien vueltas a los demás.
ResponderEliminarAbrazos.
TE DOY TODA LA RAZÓN, FUE RECONPEMSADO POR SU BUENA ACCIÓN.
EliminarUN BESO CONCHI.