Os voy a contar como es mi tía Gabriela: es la mujer más trabajadora que he conocido, tiene 93 años, ha tenido, cinco hijos y toda la vida la he visto trabajando hasta que se jubiló; hoy vive apaciblemente en su piso propio ( ganado por ella ) y sigue siendo la buena moza que fue, es muy alta y sigue recta como si fuese joven.
Su trabajo siempre fue duro, pues en aquella época las mujeres no pudientes, no estudiaban, solo trabajaban y mi tía trabajo. Allá por los años cuarenta, que había escased de todo, ella vivia en un pueblo de Toledo con su madre ( mi abuela ) y su hermano ( mi tió ) y gracias a Dios no tenían tanta falta de alimentos como en la Capital, donde viviamos nosotros, pues bien, un día se presentó en casa con un cerdo abierto en canal alrredeor de su cuerpo, mi madre cuando la vio se echó las manos a la cabeza, mas que nada por miedo a que se lo hubiesen requisado los de abastos y la hubiesen castigado, pero ella dijo que traía carne para sus sobrinos. La verdad es que nos vino muy bien, ! estaba de rico ! este episodio lo relato en mi libro "El soldado Feliciano" en homenaje a todos aquellos que como mi tía, quitaron el hambre a los madrileños en esos días de penuria. Un beso querida tía
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