sábado, 2 de marzo de 2013

De ladronzuelo a premio Nobel

Se trata de Mario Capecchi, premio Nobel de medicina del año 2007. Es genista molecular. Italo estadounidense. Ganó el premio junto a sus colegas, Oliver Smithies y Martin Evans. Fueron premiados por sus trabajos pioneros en el campo de la manipulación genética de animales, con intención de "imitar" modelos de enfermedades humanas como el cáncer o la fibrosis quística.
*Dice, tengo 73 años: cuanto más estudio, menos sé y más me divierto.*
Nació en Verona durante la gran guerra. Vivía en los Alpes Tiroleses cuando la Geatapo fue en busca de su madre, tenía tres años y medio.
Su madre, Lucy Lamberg se enamoró de un piloto italiano, Mario Capecchi. Lucy era una poetisa, una intelectual antinazi y presentía que iban a ir a por ella. Por eso vendió todo lo que tenía y les dio todo el dinero a unos granjeros del Tirol para que cuidaran de su hijo por si algún día le pasaba alguna cosa...y le pasó.
Acabó en un campo de concentración. Los granjeros le cuidaron durante cuatro meses, pero un día el dinero desapareció sin saber como y el pobre niño acabó en la calle, ¡Dios mío! ¡Solo tenía cuatro años y medio! y estuvo hasta los 9 años sobreviviendo en las calles con una pandilla de chiquillos.
Eran un grupo de críos que robaban en pandilla para poder comer por toda la Italia de la posguerra. (En el artículo que he leído dice que siempre tenía hambre).
Al final le internaron en un hospital con fiebre tifoidea y mal nutrición durante un año.
En 1945 su madre fue finalmente liberada y después de 18 meses de búsqueda, finalmente lo encontró.
Lucy fue liberada el día que Mario cumplió 9 años, le costó 2 años encontrarlo entre aquella pandilla de delincuentes: Habían salido del Tirol y acabaron en Calabria.
Lucy con su hijo decidió irse a América, porque allí tenía un hermano. Fueron a Filadelfia. No aprendió a leer hasta los 13 años, y dice, "Pero entonces ya sabia todo sobre la vida: me las había ingeniado para sobrevivir". Estudió, progresó...palabras suyas. "Siempre he pensado que lo que aprendí entonces con aquellos ladronzuelos, me sirvió después como investigador:una cierta intuición del porvenir.
Capecchi siempre sonríe. Dejó atrás una infancia dura. Todo lo que le fue abverso, le sirvió para crecer.
Todas las fotografías que he visto de él, en todas está sonriendo.
Mi admiración a esa madre y a otras muchas como ella que tanto han sufrido.
Mi repulsa para esos granjeros que "perdieron el dinero", ¡ A un niño de 4 añitos no se le deja en la calle!. Les diría sinvergüenzas, pero eso es poco...

4 comentarios:

  1. La vida los recompensó, Ma.de los Angeles, qué historia conmovedora, como muchas de las que nos contás, un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola María Cristina, gracias por tu atención y seguro que como madre que eres habrás sentido amor por aquel niño de 1945, que hoy es un gran hombre.

      Un beso

      Eliminar
  2. Un vida muy dura la de este gran hombre que no le impidió luchar para llegar a se un premio Novel ¡¡¡cuanto mérito!!!...yo lo admiro.Besotes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo bueno fue, que su querida madre lo encontró.¡Que felicidad debieron de sentir cuando se encontraron.

      Un beso Charo

      Eliminar