Era un matrimonio muy pobre.
Ella hilaba a la puerta de su choza, pensando en su marido.
Todo el que pasaba se quedaba prendado de la belleza de su cabello, era negro y largo, como hebras brillantes salidas de su rueca.
Él iba cada día al mercado a vender frutas. Se sentaba a esperar a la sombra de un árbol, sujetando una pipa vacía entre los dientes. No llegaba el dinero para comprar un pellizco de tabaco.
Se acercaba el día del aniversario de la boda y ella no cesaba de preguntarse qué podía regalar a su marido. y, además, ¿con qué dinero?
Una idea cruzó su mente. Sintió un escalofrío al pensarlo, pero al decidirse todo su cuerpo se estremeció de gozo: vendería su pelo para comprarle tabaco.
Ya imaginaba a su hombre en la plaza, sentado ante sus frutas, dando largas bocanadas a su pipa: aromas de incienso y jazmín darían al dueño del puestecillo la solemnidad y el prestigio de un verdadero comerciante.
Sólo obtuvo unas monedas por su pelo, pero eligió con cuidado el más fino estuche de tabaco.
El perfume de las hojas arrugadas compensaba largamente el sacrificio de su pelo.
Al llegar la tarde, regresó el marido. Venía cantando. Traía en su mano un pequeño envoltorio: eran unos peines para su mujer, que acababa de comprar tras vender la pipa.
Una bella historia de amor cómo a mí me gustan.Besicos
ResponderEliminarLas historias de amor tan bonitas como esta, creo que nos gustan a todos. Pues hay por ahí cada una...
EliminarUn besito Charo
me gustó tu historia con buena moraleja tácita en su final. Saludos María De Los Ángeles.....
ResponderEliminarGracias Lao, me alegro que te haya gustado. Yo también te mando saludos desde este Madrid que nos está asfixiando.
EliminarMaría de los Ángeles:
ResponderEliminarMás allá de la utilidad -o no- de los regalos, ambos supieron el inmenso amor que los unía.
Muy buena historia.
Un gran abrazo.
La verdad es que los regalos es lo de menos, lo bonito es que ambos pensaron uno en el otro.¡¡¡El pelo crece!!!
EliminarUn abrazo Arturo
Cuando el amor es tan grande que da todo, gracias Ma de los Angeles, un abrazo!
ResponderEliminarGracias a ti María Cristina por tu visita siempre agradable.
EliminarTienes razón, el amor todo lo puede.
Un abrazo muy caluroso, pues en Madrid se fríen huevos en el asfalto.
...bonita historia de amor me gustó mucho el amor no hay nada mas hermoso
ResponderEliminarBesossssssssssssssss
Marina
Tienes razón Marina, no hay nada más hermoso que el amor.
EliminarMuchas gracias por tu visita.
Un fuerte beso para ti.
Preciosa y conmovedora historia, Mª de los Ángeles. Me ha encantado. Gracias por tu visita y comentarios en mi blog.
ResponderEliminarSiento mucho también lo de Rufa, pero, desde algún sitio que estén, nuestras queridas mascotas, nos agrdeceran el amor y cuidados que les dimos.
Un abrazo. María
Yo también te agradezco tu visita y de paso que mi historia te haya gustado.
EliminarYo también creo que debe de haber un Cielo para los animalitos que tanto bien y compañía nos han hecho.
Un fuerte abrazo María