Un grupo de seis mineros trabajaban en lo más profundo de una mina cuando se produjo un derrumbamiento que los dejó atrapados.
El principal problema era que el equipo de salvamento apenas tendría tres horas para sacarlos de allí, ya que el oxígeno no duraría mucho más.
El jefe de la cuadrilla sabía que la clave era mantener la calma y minimizar el consumo de aire respirable. Por ello, tras hacer que apagaran todas las lámparas, les ordenó tenderse en el suelo y esperar.
Solo uno de estos hombres disponía de reloj, por lo que todos sus compañeros no paraban de preguntarle angustiados: >>¿Cuánto tiempo ha pasado ya?<<, >>¿Cuánto tiempo faltara para que nos saquen de aquí?<<.
El jefe se dio cuenta de que eso solo contribuía a ponerles aún más nerviosos y, con la ansiedad, a gastar antes el oxígeno. Por eso, sugirió que fuera el minero que tenía reloj quien les avisase cada media hora. Consciente de lo difícil que sería decirles que el tiempo se agotaba.
El minero ideó una estrategia: iría añadiendo minutos a esa media hora para engañarles y lograr que aguantaran más sin darse cuenta.
Su idea permitió que los sacasen de allí tras más de cuatro horas de espera. Todos sobrevivieron menos uno:
El que llevaba el reloj.
Este hombre, además de inteligente fue un magnifico compañero.
QUE HISTORIA ÁS TERRIBLE, ME HA CONMOVIDO LA MUERTE DE ESE BUEN COMPAÑERO.......PIENSO QUE LO MEJOR HUBIERA SIDO DESHACERSE DEL RELOJ PARA QUE NADIE SE ANGUSTIASE.BESICOS
ResponderEliminarMi querida Charo, si no hubiesen tenido reloj habían muerto todos. Y es que no es facil engañarnos nosotros mismos.
EliminarEspero que tu marido siga mejorando.
Un beso
Logró engañar a sus compañeros pero no pudo hacerlo con él mismo, qué fáciles de sugestionar somos y qué flojos para ver la verdad y soportarla Ma de los Angeles, el otro lado de las cosas, gracias por tu historia de hoy, un abrazo!
ResponderEliminarAdemás de engañarlos les salvó la vida...pobre hombre. Y que bueno e inteligente fue.
EliminarUn abrazo María Cristina
Me ha emocionado la historia María de los Ángeles, eso es dar su vida por los demás; calmarles para que se salven. Madre mía. Un abrazo amiga, y buen fin de semana.
ResponderEliminarP.D.: Espero que hayas tenido una buena Semana Santa, yo ya estoy de vuelta y he puesto fotos en el blog.
Cuando leas esto yo ya habré pasado por tu blog. Como ya te digo y como siempre,...magnifico reportaje.
EliminarUn fuerte abrazo Pepe y feliz semana
....una historia agridulce llena de tensión y humanidad...el final es duro..pero al mismo tiempo deja huella...el personaje del exterior hace un papel importantísimo.....y el minero del reloj...deja un testimonio de entrega total !!! Un abrazo-amigo
ResponderEliminarSi Abedul pero no todos los compañeros hubiesen hecho lo mismo.
EliminarUn fuerte abrazo
Hermosa historia, como vemos no es fácil engañarse uno mismo ante la realidad que nos atemoriza.
ResponderEliminarGracias
Un abrazo
Sor.Cecilia
No es facil engañar ni engañarnos, aunque nosotros nos creamos muy listos.
EliminarUn abrazo Sor Cecilia, me encanta verla por aquí.