viernes, 6 de febrero de 2015

La parábola del amor

¡Conseguiré moldearte!, le decía el hacha a un pedazo de hierro mientas descargaba con toda su fuerza sobre él.
Pero cada golpe que le daba, era ella la que iba haciéndose muescas en el filo, que pronto quedó totalmente inservible. Ya me encargaré yo de ese trabajo!, aseguró el serrucho mientras hincaba sus dientes en el trozo de metal, con el mismo resultado que la anterior herramienta.
Burlándose de sus anteriores compañeros, que habían fracasado en el intento, el martillo les dijo:
-Apartaos de en medio, esto es un trabajo serio para gente preparada como yo. Pero solo hicieron falta unos golpes para que el mango del martillo se rompiese por la mitad y la cabeza saliera volando.
En medio de semejante desconcierto, apareció una pequeña llama y les interrumpió:
¿Me dejan intentarlo a mi?
Las tres herramientas la miraron con incredulidad y soltaron una gran carcajada, pero ella no se dejó impresionar y cubrió con su cuerpecito el trozo de hierro. Lo abrazó hasta lograr moldearlo.
Del mismo modo, hay corazones duros capaces de resistir hachazos de ira, dientes de rabia y golpes de rechazo, pero por más "acorazada" que esté una persona, no podrá resistir la fuerza y el calor del amor, que todo lo puede.

Ahora, como tenemos que estar contentos el fin semana, y, como hemos hablado de amor, os voy a contar lo que le ha ocurrido a mi vecino...( ¿ ) y a su mujer. La cosa es un poco picante pero...
Estaban los dos desnudos en la cama, en esto que suena el timbre de la puerta y dice la esposa:
-¡Mi marido!
El hombre salta por la ventana desnudo, ( pero menos mal que le había dado tiempo a coger su ropa).
Al saltar tuvo la mala fortuna de caer en un parterre lleno de espinas, se le clavaron por todo el cuerpo, cara, manos, pecho, espalda y...
Iba corriendo, pero de pronto se da cuenta que era su casa y vuelve, además de destrozado con un cabreo de padre y muy señor mío.
Sube escaleras arriba hacia el segundo piso, pues no se atreve a esperar al ascensor que bajaba por si le ve algún vecino, llama y...cuando le abre su esposa le dice muy airado:
-¡Tu marido soy yo!
Ella le contesta:
-¿Y tú, porque has salido corriendo?

Amigos, creo que mis vecinos tienen experiencia, uno en correr y la otra...

Espero que nadie se ofenda y buen fin de semana a todos

4 comentarios:

  1. Ma de los Angeles, creo que tienen que perdonarse los dos no? Y la primera anécdota, el calor derrite al más duro, un abrazo!

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    1. Creo que debíamos encender un fuego cerca de "algunos" a ver si se derretían.
      Un abrazo Mª Crisitna

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  2. Lo de tus "vecinos" cómo chiste está muy bueno.......discrepo en que el calor (amor ) ablanda al más duro, te aseguro que hay excepciones y te lo dice la voz de la experiencia. Besicos

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    1. Eres una chica lista Charo. La verdad es que en realidad es un chiste que me contaron y yo lo he "aderezado", claro que algunos vecinos que me leen han venido a preguntarme quienes eran los protagonistas, jajaja.
      Un beso

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