Mis queridos seguidores, ya estoy de vuelta de mis vacaciones veraniegas, claro que son las únicas que tengo pues no me puedo permitir tener otras en invierno. Aunque dicho sea de paso, quizá sean mejor en invierno porque he pasado, bueno, hemos pasado muchísimo calor.
Casi me derrito.
He pasado dos semanitas en Oropesa del Mar, sitio al que llevo siendo fiel desde hace más de doce años.
Me hospedo en el hotel Neptuno, en la playa de la Concha porque es un sitio muy tranquilo. A un kilometro poco más o menos está Marina D'Ors y ahí si que hay grandes diversiones y mucho bullicio para quien le guste estar un poco más agitado, no era mi caso.
Quitando lo peor que es, las altas temperaturas, lo demás está muy bien, claro hace mucho calor en toda España. Por algo estamos en verano.
Siempre cuando estamos inactivos hacemos cosas que si lo pensamos un poco no hacemos en otros momentos, por ejemplo:
Todas las tardes mi hijo alquilaba una bicicleta y se iba a hacer deporte una hora, yo aprovechaba para ir a misa. Esta se decía en una "Iglesia sin techo", así la llamaba yo pues es una especie de anfiteatro al aire libre que resulta muy acogedora. Lo preside un Crucifijo de Hierro y una imagen de la Virgen también del mismo material. Todo resulta muy novedoso.
Después nos juntábamos para ir a cenar dando un paseo. Pero claro, no todos los días son iguales, uno de ellos me dice mi querido retoño:
-¿Quieres venir mañana conmigo a montar en bicicleta?
Yo le respondo que no tengo ya edad de ir dando pedales, pero él no se resigna y me propone que alquilemos un tándem.
Todos sabéis que, por lo menos antes, los tándem son una bicicletas para dos personas, una delante y otra detrás. Pero aquí en Oropesa son muy avanzados, o por lo menos yo no los había visto antes, los tándem son paralelos, o sea, uno al lado del otro con su toldito y todo para que no de el sol a los "ciclistas". Primero digo que no, que yo no quiero hacer el ridículo montada en ese trasto a mi edad, mi niño insiste y dice que no pasa nada. Le digo que me voy a cansar. Dice que no me preocupe, que cuando quiera paramos. En ese momento en el que estamos titubeando llega un señor con su niña, coge el vehículo y se van tan campantes.
Me animo, no sin tener precauciones...
...Nos montamos en el tándem...Empezamos a pedalear...Salimos hacia la carretera...A todo esto cada uno lleva un volante como si fuera un coche...
No llevábamos ni tres minutos, cuando yo ya no podía ni dar un pedaleo más.
Empezamos a discutir.
Que si a la derecha, que si a la izquierda, que vamos de frente...total. en un momento nos encontramos atravesados en medio de la calzada.
Un coche pitando, el trenecito turístico parado, la gente riendo y...me dio una especie de apuro tal que me apeé del "burro" y como estaba parada la circulación no me costó mucho irme hacia la acera.
El pobre de mi hijo no sabía que hacer con aquél aparado para dos que tenía que llevar él solo. Un alma caritativa, un señor, le dijo que no se preocupase, se subió al dichoso tándem y entre él y mi hijo lo llevaron de nuevo al alquiler.
Aunque los veraneantes se lo estaban pasando muy bien con tal hazaña, se portaron muy bien conmigo, pues mientras devolvían la "bicicleta" me acompañaron al hotel, que por cierto estaba muy cerca.
Me gané una pequeña bronca que yo supe aceptar y ponerme un poco mártir achacando que ya no tengo edad para ciertas cosas.
También hay momentos de relax en las hamacas.
Tuve la suerte de conocer a un Sicólogo que estaba junto a nosotros mientras descansábamos. Es muy joven, también su esposa, tienen dos niños encantadores y muy bien educados. Tuvimos tiempo de charlar y me contó que no ejercía la Sicología pues es muy sensible y los casos que atendía en la consulta le causaban a él depresión, ahora se dedica a traducir libros y cuentos, pues sabe varios idiomas.
Me conto casos muy interesantes y ejemplos de Sicología que yo le advertí que como buena periodista lo iba a publicar en mi blog. Se echó a reír y dijo que no le importaba y que ya me contaría más cosas pues también es madrileño y estaremos en contacto.
Yo ya empiezo con muchas ganas a dar la tabarra a todo aquel que se atreva a leerme. Prometo contaros muchas cosa más.
Lo has pasado muy bien con aventura incluida. Del calor no nos hemos librado nadie, aquí (Lanuza, Valle de Tena) hemos llegado a 30º que es muchísimo porque es justamente el doble de lo que tenemos hoy: 15º. Besicos.
ResponderEliminarComo bien sabes el calor no remite, estoy segura que ya en tu pueblo estáis más fresquitos.
EliminarUn beso trimbolera
Vaya que cosas te pasan por hacer caso al hijo y es que una madre siempre claudica. Has coincidido vacaciones con mi hija, yerno y dos nietas pero ellos tienen un piso en la otra playa la que está más cerca de Marina D'or, de hecho suelen ir andando. También me dicen que algunas veces se van a la playa de La Concha. A nosotros nos dan de alta en el hospital aunque tendré que seguir cuidando a mi marido pero ya en casa es otra cosa.Besicos
ResponderEliminarEspero que tus niñas lo hayan pasado bien a pesar del calor.
EliminarNo sabía que estaba tu marido en el hospital. Deseo que pronto esté bien.
Un besito Charo
Ay Ma de los Angeles, sos una hermosa persona, honesta y decidida para decir basta para mí! cuando las cosas te sobrepasan, es que somos humanos al fin, cada uno tiene sus límites, me imagino la cara de tu hijo, casi que se parece al mío ja ja ja cuando se enojan, acá espero tus jugosas anécdotas y las del amigo nuevo que hiciste, un abrazo!
ResponderEliminarHola María Cristina, los hijos son todos iguales no se dan cuenta de los límites de una madre, jajaja.
EliminarSeguro que lo vas a pasar bien pues tengo muchas cositas que contar.
Un abrazo bien fuerte.