Mi cumpleaños

Hoy día 4 de julio es mi cumpleaños. Es un día muy señalado en los EE UU, pues es, su día de la Independencia. Felicidades a todos los Americanos.

Siempre en este día he recordado varios cumpleaños de antaño. Como me gustaba cumplirlos y...que rápidos han pasado.
No voy a contar hoy aquello que ya conté en una ocasión cuando cumplía 9 años y quería un abanico...que no conseguí. Ni en las ocasiones que mi madre invitaba a mis compañeras de colegio haciendo ricas rosquillas, no, hoy voy a contar un "cumple año "que solo se lo que ocurrió, porque me lo contaron.
Fue cuando cumplí un añito. Mi padre estaba en el frente, en Brunete para ser más exactos. Para los que no lo sepan, fue uno de los sitios más duros de la guerra civil española. Toda la operación se saldó con, alrededor de 20.000 bajas de soldados republicanos y 17.000 bajas franquistas.
Todos ellos, De un bando y de otro, eran jóvenes españoles que nada tenían que ver con los deseos de los mandos, por los que fueron reclutados.
Sin embargo, también se vivieron grandes actos de arrojo y valor por parte de soldados de ambos bandos. Y es que, durante casi un mes, 19 días para se exactos, miles y miles de combatientes soportaron unas penosas condiciones de vida mientras trataban de obviar el temor a que una bomba cayera sobre su cabeza.
La batalla de Brunete está considerada como una de las más sangrientas de la guerra civil española.

Mi padre era de Sanidad Militar y cuando, por suerte, no había escaramuzas, se alejaba de los barracones. Se sentaba en una roca, que en la Sierra madrileña abundan, y se quedaba mirando hacia las montañas donde nacía el hermoso río Guadarrama que pasaba por su pueblo.
Y lloraba...
Y lloraba...Porque no pasaba el río más cerca de donde él estaba para tirarse e ir a nado hasta Recas,
su pueblo,
Y lloraba...Porque quería besar a su mujer y a su hija.
Y lloraba...Porque, tenía 27 años y estaba donde otros le habían obligado a estar.
Y lloraba...Porque, había perdido a muchos compañeros.
Y lloraba...Y lloraba...Y lloraba.
No era él solo el que lloraba. Más de una vez. Por las noches. En los camastros...se oían gemidos ahogados con las mantas. Nadie preguntaba a nadie, todos sentían lo mismo.
Muchos tenían esposa e hijos. Muchos tenían a sus padres y hermanos. Otros recordaban a una novia, su casa, su pueblo...
Pero todos, todos, todos... sentían amor por algo y por. alguien.

¿Sentirían amor por alguien los que iniciaron aquella absurda guerra.

Esto y muchas cosas más, me contó mi padre cuando algunas tardes de frío nos reuníamos toda la familia junto al brasero.
Y el primer año de mi vida fue el único que mi padre no estuvo junto a mi. Después, tuve suerte, hasta su muerte, siempre pasamos juntos el día de mi cumpleaños.

Bueno amigos que me seguís...Me voy de vacaciones. Estaré dos semanitas descansando en la playa.
Cuando vuelva prometo escribiros a todos para que no me olvidéis.