lunes, 21 de enero de 2019

¡¡¡Cene pistachos!!!

 
 
 
Plaza de Cervantes.
 
 
      Todo empezó cuando mi querida cuñada me dijo que a su compañera y amiga Robustiana la habían operado y ya estaba en su casa.
     Dicha compañera vive en Alcalá de Henares, que no es que lo diga yo, pero es un pueblo precioso de la Comunidad de Madrid.
 Yo voy muy a menudo, sobre todo para comer las riquísimas almendras garrapiñadas que venden las monjitas muy cerca de la Plaza de Cervantes y que ponen en un torno, fiándose de los que vamos a comprarlas. Estas monjas son de Clausura. Cuando saben que hay alguien en la antesala, dicen;
- Ave María Purísima.
Cuando les contestas:
-Sin Pecado Concebida.
 Entonces ponen las almendras y esperan el dinerito. Como digo, se fían de nosotros.
Bueno creo que me estoy yendo por otro sitio.
El caso es que cuando mi cuñadita me propuso ir con ella de visita, ya que yo también conozco a su compañera y amiga, aunque estuve titubeando, al final dije que si, que iba. Tambien iba mi hermano pero mi hijo dijo que él no iba de visita y se quedó en casa. Mi hermano le prometió que no se preocupara que a la vuelta me dejaban en casa.
Pues bien allá que nos fuimos camino de Alcalá.
Las gentes de Alcalá de Henares son muy acogedoras, pues aunque ahora todo ha cambiado mucho y hay grandes barrios nuevos, los que viven en casas heredadas y que han reformado para que estén cómodamente siguen siendo tan solidarios como lo fueron sus antepasados.
Llegamos.
 La casona es enorme y muy bien acondicionada, los anfitriones, como ya digo, maravillosos. Cuando llegamos nosotros serían las 6 de la tarde, ya me había advertido mi cuñada que nos quedaríamos a cenar, estaba otra visita. Nos saludamos, nos presentaron, besitos por aquí, besitos por allá aunque apenas nos conocíamos.
La anfitriona aunque estaba recién operada de la vista se la veía bien pero su marido era el que se movía para todo. La ponía un cojín en la espalda para que estuviese más cómoda y no dejaba de preguntarle si se sentía bien, a lo que ella siempre decía que sí.
En un momento dado, Leopoldo, el anfitrión, se levanto preguntando a todos que queríamos tomar. Se fue a por las bebidas y después colocó en la mesa, lo primero, una enorme bandeja de melón con jamón. Todo ello muy bien servido.
 Estaba cortado en trocitos pequeños. Trozo de melón y trozo de jamón cogido con un palillo que resultaba muy cómodo. Tambien puso pan, patatas fritas y varios fiambres.
Yo pensé que esto sería para aquellas visitas, además a esa hora yo no tengo ganas de tomar esas cosas y como me dijeron que cenaríamos allí, quise hacer hueco para la cena que me imagine que sería lo menos un faisán con trufas y muchas patatas asadas. Ya se me estaba haciendo la boca agua.
Como todos se animaban y comían a dos carrillos, yo, muy educadamente cogí una patatita frita para la cerveza que me estaba tomando.
Llegó la hora de marcharse la visita de tarde. Nos quedamos nosotros, sus hijos y unos amiguitos de estos.
Así pasamos la tarde. Charlando. Los hombres hablando de futbol. Las mujeres oyendo como nos contaba la buena de Robustiana como le había ido la operación...total, llegó la noche.
Entonces los chicos dijeron que tenían hambre. Leopoldo se fue derecho a un gran congelador que tenían en el porche trasero, sacó no se cuantas Pizzas y se las preparo a los muchachos. Después dijo de preparar algo para nosotros. A todo esto ya eran las 10 de la noche.
Mi cuñada, muy "sabihonda" ella y dándoselas de conocer muy bien a sus amigos, o para presumir delante de mí, va y le dice:
Leopoldo, a ver lo haces, no vayas a traer un montón de cosas que te conozco.
El bueno de Leopoldo...le hizo caso. Apareció con unas bolsas de patatas fritas, almendras y un plato de pistachos que puso, quizá por azar, justo a mi lado.
No comí muchos, quizá por miedo a que me hiciesen daño, pero pude matar el gusanillo porque de verdad en ese momento si tenía hambre.
 Salimos de Alcalá a más de las 12 de la noche. Mis hermanos me llevaron a casa y cuando nos despedíamos mi cuñada, no se si con recochineo, me dijo:
-Come algo que has cenado muy poco.
Solo dije:
-Yo a estas horas no voy a tomar nada.
Cuando se lo conté  a mi hijo...
 
 


                              
 

                                                         ¡¡¡Al rico Pistacho!!!

20 comentarios:

  1. ja,ja,ja...Esas cosas a veces pasan. Por eso lo mejor es no albergar falsas expectativas. Un abrazo grande.

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    1. No veas el hambre que pasé, jajaja...¡Y con las viandas tan buenas que habían puesto al principio!.
      Un abrazo bien fuerte Pilar.

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    1. No es que fuera un malentendido, es que mi cuñada se pasó de lista.
      Un besito Susana

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  3. Jajajajaja amiga mía que pena, pero sabes qué a mi tambien me a pasado, no soy mucho de esos picoteos de papás fritas y cosas así pero eh llegado a casa muy tarde, igual como aunque no acostumbro a comer tarde jejejeje Una muy buena anécdota amiga para otra vez ya sabes hay que picar lo que aya en la mesa por si acaso. Besos amiga feliz semana.

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    1. Lo haré. La próxima vez me tiro a por lo que sea. Lo que ocurre es que salgo poco y con estos casos voy a seguir en mi casita que es donde mejor estoy.
      Un beso Gladys

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  4. Alcalá de Henares es una gran ciudad histórica y cultural de la Comunidad de Madrid, donde es gratificante pasear por sus calles históricas.
    En cuanto a la no cena,"no hay mal que por bien no venga" los especialistas nos recomiendan comer muchos frutos secos por ser muy saludables.
    Un abrazo.

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    1. No sabía eso de comer muchos frutos secos, por aquello de no engordar demasiado, pero los voy a comer.
      Ayer me trajo mi hijo una bolsa de pistachos, no se si sería con un poco de recochineo.
      Respecto a Alcalá, tienes razón, es un pueblo que nunca te cansa y a mi me gusta mucho.
      Un abrazo Matías

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  5. A mí alguna vez también me ha pasado eso en casa ajena. jajajaja
    Aunque en mi casa como somos de buen comer, me da igual la hora que se haga que yo tengo que cenar algo sí o sí.
    Estoy de acuerdo con Gladys, a la próxima, verás como picas algo por si acaso! jajajajaja

    Un beso muy grande!!!

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    1. Pero querida Zhura, es que ya eran casi las 2 de la madrugada cuando llegamos a casa, además, yo llegué con un cabreo...
      Tomare vuestros consejos para la próxima.
      Un besazo

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  6. :)))) Menudo chasco!!!
    Son cosas que pasan cuando no conoces a los anfitriones.
    Un abrazo.

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    1. A los anfitriones los conocía de vista, pero a mi cuñada la conozco bien y no se como me arriesgue a ir con ella.
      Un abrazo Alfred

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  7. Qué querés que te diga, Ma de los Angeles, estoy del lado de Leopoldo, señor al que no conozco, pero que tuvo que atender a las varias visitas que fueron a saludar, y lo hizo lo mejor que pudo, dado que no tenía ayuda para preparar la cena y a su esposa convaleciente. Lástima el malentendido, y tu sueño incumplido del faisán! Un abrazote!

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    1. No si Leopoldo se portó bien, el hombre se esmeró con sus visitas. La que habló más de la cuenta fue mi cuñada que muchas veces se pasa de lista.
      Te advierto querida María Cristina que el faisán no es el ave que más me gusta...donde esté un buen pollo...
      Un fuerte abrazo

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  8. Ja,ja, ja menudo chasco y encima te quedaste con hambre,eso te pasa por no haber comido los fiambres de la merienda. Me pasó algo parecido en una boda que no quise comer los entrantes que dan antes del banquete porque quería "ponerme las botas" con la magnífica cena que pensaban iban a dar teniendo en cuenta la situación económica super excelente de la familia de los novios......Vaya decepción que sufrí pues la cena fue de auténtica pena: muy mala y muy escasa:-( y claro me quedé con más hambre que el perro del hortelano. Ya no he vuelto a ninguna boda pero he aprendido la lección: HAY QUE INFLARSE CON LOS ENTRANTES por lo que pueda ocurrir.Besicos

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    1. A mi también me pasó lo mismo en una boda. Era pleno verano. La boda a las 5, como los toros. nos presentamos en el restaurante sobre las 7. Daban cena. Empezaron a sacar aperitivos fritos y unas morcillas que tenían una pinta buenísima. Yo, tenía más sed que hambre y me dije..."me espero a la cena" ¡Ja! a pleno calor sacaron una merluza en salsa y después, solomillo también en salsa. Mira, solo de verlo se me quitaron las ganas de comer y...esperé a los postres.
      Hace mucho que no voy a "fiestorros", lo mejor se come en casa.
      Te haré caso, los entrantes es lo mejor.
      Un besito Charo

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  9. Entretenido relato, para la próxima dejar las expectativas y comer de los fiambres de entrada, además ustedes tienen jamones y fiambres tan deliciosos, que es difícil dejarlos pasar, un abrazo.

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    1. Os haré caso pues todos me habéis aconsejado lo mismo.
      Tienes mucha razón Bienaventurada, aquí tenemos muy buen jamón. Otro día iré preparada.
      Un fuerte abrazo

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