lunes, 24 de agosto de 2020

El huevo de mi tía Remedios

 

                                                    Huevo perfecto

Ocurrió hace lo menos 70 años. 

 Recuerdo perfectamente cuando llegaba la "Caminera" a casa de mis abuelos. (Entonces se les llamaba "camineros" a los encargados de limpiar las cunetas y reparar las carreteras), que en el caso de mi pueblo, eran de piedra y arena. Ahora hay una hermosa carretera de asfalto. 

     Los "camineros que yo recuerdo vivían entre Recas y Villaluenga que distan entre ellos ocho kilómetros. Ambos pertenecen a la Provincia de Toledo, de donde era mi padre y toda su familia. Yo, aunque amo mucho a Madrid, también nací en Recas pero me hicieron madrileña con tan solo tres añitos. Pero no por eso, olvido a mi querido Toledo.

     Pues bien, lo que recuerdo de aquellos años en los que pasaba temporadas de verano en casa de mis abuelos no se me olvida. Como aquél día que apareció la "Caminera" con una cesta llena de huevos y dando unas voces que la oía todo el pueblo. Era muy simpática y agradable, recuerdo su enorme casa con infinidad de animales domésticos, e iba al pueblo cada X días, quizá para vender sus huevos.

     También recuerdo que hay dos palabras que se dicen mucho por allí y seguro que mis paisanos de entonces, no  sabían  lo que significaba, son: Bolo y Papo. 

     Lo de Bolo casi siempre se lo dicen al hombre, lo de Papo, es para las mujeres. Ese día yo me llevé los dos insultos, que en aquel momento pensé que era algo malismo.

     La finca de mis abuelos era muy grande, en ella vivían: mis abuelos, mi tío soltero y mi tía Remedios, casada con seis hijos. Además de las dos viviendas, tenían la bodega, la cuadra, un enorme patio y el corral.

     Aquel día y en ese momento estaban, mi abuela, mi tía, dos vecinas la caminera y...yo.

     Estaban mirando los huevos al trasluz de una bombilla, yo no se que miraban pero se pasaban el huevo de una a otra. De pronto dice una de ellas:

-Este tiene pollo.

     Se volvieron a pasar el dichoso huevo de una a otra y seguían diciendo, que si tenía pollo, que si no tenía. El caso es que, una niña que ve esas cosas, lo lógico es que quiera ver el pollo dentro del huevo. Tanto insistí, que me dejaron el huevo. Yo lo miraba y lo miraba pero no veía el pollo que ellas decían ver. Entonces mí tía Remedios hizo intención de quitarme el huevo, que yo seguía mirando, de mi mano...y ¡¡zas!!. El huevo se me escurrió y fue al santo suelo. 

     Me dijeron de todo, pero lo que no olvidé nunca fue aquello que me decía mi tía muy enfadada:

     -¡Mirad, el Papo-Tonto, ha roto el huevo...

     Lo que pasó después ya no me acuerdo. solo se que mi abuela, que me quería mucho, me cogió de la mano y me llevó con ella.

¡¡¡Gracias abuelita, te recuerdo todos los días!!!


Seguro que a estas alturas todos sabéis el significado de ambas palabras: PAPO, se dice de la papada de las aves y demás animales, incluidos nosotros. Lo de BOLO, es mas significativo, pues solo indica que somos...Tontos, Bobos, Lelos y demás cosas que nos quieran decir...



16 comentarios:

  1. Lo de los peones camineros.
    Menuda historia, te libraste bien, no eran tiempos para malgastar un huevo.
    Abrazos.

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    1. Cierto amigo Alfred. En aquellos tiempos se decía(no se si será verdad), un huevo para 4.
      Los camineros de mi pueblo eran entrañables y muy acogedores.
      Un abrazo.

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  2. Me he quedado connlas ganas de saber si había pollo...buena la hiciste menos mal que tu abuela te libró de algo más que esas "palabrejas".Besicos

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    1. Pues querida Charo, poco vi, pero lo que si vi fue un huevo roto en el suelo como los demás.
      Suerte tuve del capote que me echó mi abuela.
      Un besito.

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  3. Curiosa historia muy bien contada. Un beso

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  4. Y había o no pollito? Mirá qué sorpresa se hubieran llevado si al caer salía caminando uno desplumado! Creo que no fue el caso no? Como siempre tus anécdotas tienen sal y pimienta, Ma de los Angeles, y en cada época aparecen palabras nuevas para salirse de las casillas, en el recuerdo, recórcholis, cáspita! un abrazote!

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    1. No creo que lo hubiese María Cristina, lo que si casi hubo fue una cachetada, palabra que le hace mucha gracia a mi hijo, pues una compatriota tuya que me escribe a través de Facebook me dijo que le diera una a mi hijo. Desde entonces siempre la tiene en la boca.
      Un fuerte abrazo.

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  5. Hola Mª Angeles, pues te digo lo mismo, nos dejas con las ganas de saber si había pollo o no jeje, me gusta como nos cuentas tus anécdotas y sobre todo que sean reales:), lo de bolo lo había oído pero no lo de papo, siempre es bueno saber una cosa mas.

    Besos.

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    1. Mira querida curiosona, no estoy segura pero creo que era un huevo normal por allí no salió volando nada.
      Las personas a veces nos hacemos los listos, seguro que la caminera llevaba los huevos de tarde en tarde y las "listas", entre ellas mi tía, querían saber si estaban frescos. Claro que en aquellos tiempos no tenían otra manera de saberlo.
      Un besito querida Piruja.

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  6. Es una historia muy real de la vida en aquellos años. En Madrid creo que la mayoría conocemos esas dos palabras por haberlas oído en infinidad de ocasiones. La expresión de "Bolo" la emplean muchos toledanos con frecuencia como saludo "que pasa Bolo" sin que denote nada ofensivo.
    Abrazo.

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    1. Matías, es que los toledanos viajaban mucho a los madriles, sobre todo al rastro. Tengo anécdotas que así lo atestiguan, de familiares y de amigos de mis padres.
      Un fuerte abrazo.

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  7. Hola Mª Ángeles, es una historia muy común en aquellos años.La palabra bolo todavia se dice en mi tierra, yo creo que ya es más por costumbre, que por lo que significa.
    Un abrazo.

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    1. Seguro que las costumbres tardan mucho en irse, pues yo a mi hijo algunas veces le llamo bolo.
      Un abrazo Cristina.

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  8. No había oído esas palabras nunca, de todas formas andaré atento si paso por allí.
    Lo del huevo era normal en eso tiempos, ya que podías haber roto la comida de una persona, así como también es normal de que tu abuela fuese la que te echase un cable, para eso estamos los abuelos.
    Un fuerte abrazo, María de los Ángeles.

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  9. Es raro que no las hayas oído pues son muy frecuentes en la parte de Toledo. ¡Claro que tu estás muy abajo y es fácil que has hay no lleguen.
    Ambienta tienes razón respecto al huevo, pues en aquellos tiempos no era fácil encontrar un huevo para cada uno de la familia.
    un abrazo Manuel.

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