Ni soy poeta ni pretendo serlo. Pero quiero hacer un pequeño homenaje a aquellos niños de ayer (hoy hombres y mujeres), unos casados, otros no y algunos que se han quedado en el camino.
Recuerdo muy bien el famoso arbolito que yo planté y que si no hubiese sido por mis maravillosos vecinitos habría muerto. Hoy me ha pedido mi hijo que pusiera aquella pequeña poesía que les hice, aunque ya la puse en su día, la vuelvo a poner en recuerdo de aquellos "niños".
El arbolito del jardín
El arbolito del jardín
tan bonito estaba que todos los vecinos
no paraban de mirar cuando a él bajaban.
Primero frondoso en hojas, luego las flores echó
más tarde lleno de frutos, el arbolito quedó.
Pasó un año...y otro verano pasó,
pero al llegar el otoño -con la poda- Facundo se lo cargó.
Doña Ambrosia sufrió mucho, los vecinos mucho más
y no digamos los niños, que casi llorando están.
Debajo de la ventana de doña Ambrosia estaba
el arbolito pachucho, que casi que se secaba.
Ani y Raquel, todos los días bajaban
para ver el arbolito, para ver si mejoraba.
Le miraban, le mimaban, le querían, le adoraban.
Doña Ambrosia lo regaba y los niños la ayudaron,
Entre Raquel, Gema, Ani, Pablo Sergio e Ismael...
¡ENTRE TODOS LO SALVARON!
Hoy no existe nuestro querido arbolito, en su lugar hay un rosal. Tampoco está Facundo, que en realidad se llamaba Agapito. Hoy está un tal Mohamed, pues cambiamos a una empresa cuando el bueno de Agapito nos dejó.
Sigo pensando en esos niños como si de verdad lo fueran...ya no lo son...el jardín está vacío sin ellos ya no bajan ni sus madres pues todos nos hemos hecho mayores, ni siquiera está La Rufa a la que ellos querían mucho...
Aquí tampoco quedan casi niños. Un beso
ResponderEliminarEs lógico, nos vamos haciendo mayores. Un fuerte abrazo y un beso Susana.
EliminarQue bonitos recuerdos y que pena que ya no exista tu arbolito... Por aquí hay muchos niños todavía y los veo jugar en el parque que tengo enfrente de mi casa.Besicos
ResponderEliminarLos niños se han hecho mayores y nosotros mas. Ya quedan pocos, algún hijo de...
EliminarHace unos días me saludo un joven por la calle. Me decía, entre otras cosas que se alegraba mucho de verme, pero si te digo la verdad no se quien era. Cuando lo conté en casa, me dijo mi hijo que sería algún "niño" de antaño.
En fin, que la vida va pasando.
Besitos Charo.
El tiempo nos cambia los paisanajes.
ResponderEliminarBonito poema recordatorio.
Un abrazo.
Viniendo de ti me pongo muy contenta al decirme que mi poema te ha gustado. Es cierto que todo va cambiando con el tiempo y el jardín cambia día a día.
EliminarUn abrazo Alfred.
Una belleza tu poema amoroso para el arbolito que con el cuidado de todos fue salvado, Ma de los Ángeles, un abrazote!
ResponderEliminarMuchas gracias querida María Cristina por lo que dices de mi pequeño poema, ¡ a ver si me animo y os doy la tabarra con otro !. Seguro que no, pues aunque admiro mucho a los poetas creo que es muy difícil hacer verso.
EliminarUn fuerte abrazo querida maiga.
Muy bonito, gracias que lo pudieron salvar, aunque los años no perdonan y algunos mueren. Un abrazo.
ResponderEliminarCierto amiga Teresa, los niños de aquella época se lo tomaron muy en serio y salvaron el precioso arbolito.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Mª Angeles, es muy bonito el poema que en su día le dedicaste a el arbolito y los niños, menos mal que entre todos se salvo el árbol, aunque hoy ya no exista, la vida va cambiando todo.
ResponderEliminarBesos.
Todo cambia amiga Piruja. Los niños se han hecho hombres y mujeres pero en aquellos momentos ¡salvaron el árbol !
EliminarSupongo que ya estáis en plenas fiestas y además acaban pronto. Lo que son las cosas, a mí me gustaría estar en Valencia por estas fechas pues son las fiestas más bonitas que he visto.
Un besazo.
Me gustaria saber porque te has enojado conmigo Nunca te he ofendido por lo menos se valiente y escribilo
ResponderEliminarMaría De Los Ángeles.
ResponderEliminarDe aquellos maravillosos años, nos quedan recuerdos inolvidables. Sin dejar la alegría de vivir.
El recuerdo de aquellos niños que cuidaban del arbolito y seguro que jugaban en el recinto del bloque, que hoy ya son hombres y mujeres con hijos. Los vecinos ya mayores intentando alargar sus vidas con los tratamientos de sus médicos, por una mejor calidad de vida. Ya ves, todos nacemos, nos volvemos como criaturas y morimos. Cómo aquel arbolito, los niños y vecinos con tu poema en sus memorias se quedaron.
Un fuerte abrazo, amiga.
Mónica