Decía mi madre que hasta San Antón Pascuas son, no se si será verdad, o es un refrán,yo por si acaso pongo otro Belén, este es del recibidor, claro que está igual de mal hecha la foto que el anterior, pero es que no he querido salir a través del espejo. Además he exigido a los vecinos, que traigan ropita al Niño. Bueno, como no ha venido ninguno...la he hecho yo...ale.
Ahora casi todos los días comemos carne, pero cuando yo era pequeña (no hace mucho), pues bien, en aquellos tiempos pasados apenas si había.
Mi madre y una amiga estuvieron haciendo "cola" toda la noche para poder tener algo de carne para Navidad. Por fin lo consiguieron y aparecieron las dos con sendos corderos. Los niños, cuando vimos a mamá con aquel magnifico animal pensamos que ibamos a comer carne en abundancia.
Aquella Nochebuena en la que mamá guiso el excelente cordero, mi madre, que era muy caritativa (de hecho tenía recogida a una señora mayor en casa), antes de que llegara mi padre para la cena, me dijo: - Niña, vamos a llevar a la señora Carmen, que quizá no tenga cena (otra protegida de mi madre).
Cuando volvimos y empezamos a poner la mesa y mamá fue a la cocina por ver si el cordero seguía caliente y la sopa también...pero ¡Ja!, el cordero había mermado y la sopa también. Esta estaba más aguada y cociendo a borbotones. Antes de entrar en la cocina, vio mi madre salir de ella a la señora Juana apartando la olla de la sopa, seguro que la puso a cocer para que aumentara.
Mi madre tenía mucho carácter, que solo lo pagaba con nosotros, pero ese día no dijo nada. De todas maneras, había comida de sobra para todos. Mi madre tuvo la elegancia, como hacía muchas veces, de poner el primer plato, tanto de sopa como de cordero a la señora Juana.
Uno de mis hermanos dijo a mamá que quería el trozo de cordero donde estaban las "tabas" con las cuales jugaba, pero dio la "casualidad" que parte de las patas del cordero donde estaban las "Tabas", no aparecieron por ninguna parte.
Solo estábamos en el secreto de la desaparición de ciertas tajadas mamá y yo, no quiso que se enterara mi padre ni los niños. Yo he guardado el secreto hasta hoy.
La señora Juana siguió siendo mala, mala, mala con nosotros los niños, sobretodo conmigo. Mamá decía que aguantáramos, pues le daba pena.
Al cabo de 5 años, mis padres encontraron una estupenda casa y la perdimos de vista....
¡Señora Juana, donde quiera que esté, aún la recuerdo, pero sin odio!
Fíjese que mientras estaba escribiendo, me he reído sola al recordar la cara que puso mi madre cuando vio que nos había robado las mejores tajadas del cordero...
¡¡¡Era mala, pero no tonta!!!
Menuda historia, edto la gente actual, no sabe de que va.
ResponderEliminarLa señora, un poco abusona, si que era.
Un abrazo.
Suerte tienen nuestros jóvenes de vivir en esta época. La señora no esra solo abusona, era mala. malísima .
EliminarUn gran abrazo amigo Alfred,
Esa Doña Juana seguro habrá pagado su maldad. Y está bien que no te quede rencor, eso es malo para uno.
ResponderEliminarTu mamá le mostró la otra mejilla, pero al parecer no aprendió. Lo importante es seguir adelante y olvidarse
de gente que no merece nuestro afecto. Un abrazote Ma de los Angeles!
Tanto m is hermanos como yo no hemos vuelto a hablar de ella, ni mi madre tampoco hablo del pasado. Mi padre, ni se enteró.
EliminarUn abrazo bien fuerte querida Mª Cristina y espero que los Reyes no te hayan traído carbón.
Menuda elementa esa Juana
ResponderEliminarNo te imaginas cuan elementa era.
EliminarBesitos.
Hola Mª Angeles, si que es verdad que antes la carne la veimos muy poco, pero bueno eran otros tiempos y gracias a dios estamos mejor, menuda la señora Juana, lo que tu dices, de tonta no tenia un pelo, yo soy tu madre y como ya habia comido paso de ella:)
ResponderEliminarBueno, de momento no tengo problemas para comentarte, no se cuando le de para publicar lo que pasara, luego te digo, pero de momento no he tenido problema ninguno para entrar ni comentar, igual es problema de Charo, no se.
Besos.
Es cierto que apenas comíamos carne, aunque tu eres más joven. pero los de mi época....solo en Navidad.
EliminarGracias por todo.
Un beso guapísima Piruja.
Me recuerdas aquellos tiempos tan difíciles para todoos, pero aquellos días tan especiales de la Navidad, siempre los tenemos en nuestra memoria.
ResponderEliminarUn abrazo.
EliminarEs cierto que nuestros jóvenes tienen más suerte que nosotros, pero también es cierto que nuestras Navidades las cojiamos con ilusión.
Nunca se nos olvidad por muchos años que pasen-
Un abrazo amigo Matías.
Menuda era la señora Juana. Mi madre me contaba muchas historias de aquellos tiempos. Ah por cierto, tu madre era muy buena. Un abrazo.
ResponderEliminarNo te imaginas cómo era querida Teresa, hasta el punto de robarnos la comida, cuando mi madre le daba de lo nuestro.
EliminarMi madre era buena con todo el mundo. Fijate que en una ocasión recogió a una familia entera, matrimonio y dos hijas y las metió en mi cuarto a dormir, a las chicas, el matrimonio dormía en el comedor...
Un fuerte abrazo.