lunes, 13 de enero de 2025

Recuerdo sus sabores

 

      Comemos cosas que aunque no queramos, nos traen recuerdos, tales como las mandarinas (que por cierto, mi hijo me ha llenado el frutero), quizá sea para que las recuerde más.

     Mis recuerdos, que quizá sean bonitos, a la vez, son tristes. Me venía a la memoria el recuerdo de ver a mi madre, rodeada de seis niños (pues ya sabéis que yo soy la mayor), al rededor de un brasero, entonces no había calefacción:

     Tenía en su regazo un cesto de mandarinas, nos las estaba repartiendo para la merienda. ¡ Que buenas estaban !.Eran años de escaseces. Entoces no había bollería industrial, ni yogures, estos había que comprarlos en las farmacias y las "chuches" se componían de pipas y caramelos. Ademas de las mandarinas había un cazo de castañas cocidas que nos la estaba repartiendo. Recuerdo que ella nos decía: cuidado con los pipos de las mandarinas. Y es que entoces, tenían muchos pipos, no es como ahora que apenas si tienen.

     Cuando estaba yo en estos pensamientos, he recordado también a una de mis queridas primas: fue una de las veces que mi querida madre fue a ver a su hermana a Campo de Criptana. no vino sola, se trajo a una niña muy bonita y gordita.

     Los domingos por la tarde, guardaba el cesto de las mandarinas y nos compraba unas riquisimas milhojas de hojadre y merengue. Algunas veces, mientras la comíamos, alguno empujaba la mano del otro al ponerse el pastel cerca de su boca y le estampaba la milhojas por toda la cara. Con esta broma, todos nos reíamos mucho, pero no contamos con que la chiquitina no sabía de nuestras diabluras y claro, una tarde de domingo, mientras estabámos afanados en comernos nuestra riquísima milhojas y mi prima estaba distraída comiéndose la suya, uno de mis hermanos, hizo lo propio...le empujó la mano y ¡Zas!

     Como la niña no lo esperaba y se sintió atorada en ojos y nariz...¡La que armó! Paracía que la estaban matando. En ese momento apareció mi padre, al ver a la mocosa tan desesperada, se empleó con nosotros...claro, como la puerta estaba más cerca de nosotros, salimos corriendo y cuando volvimos, mi primita ya estaba con la caralimpia y a mi padre se le había pasado el "susto".

     Mi padre, en compensación, a partir de ese momento y mientras estuvo en casa. Todos los días, cuando volvía del trabajo. Le llevaba una milhojas. 


     
 

20 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Si que lo era querida Susana. La que llevaba los pantalones era mi madre.
      Un beso amiga.

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  2. Pues salió ganando tu prima con la inocente broma , pues fíjate que mi yerno valenciano me trajo estas Navidades una bolsa grande llena de mandarinas que todavía tengo para unos cuantos días. Besicos

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    1. No se me olvida lo buenoas que estaban las mandarinas y eso que tenían pipos.
      Seguro que a ti ta duraran mucho en aquellos tiempos, nos dorana un suspiro y las castaña tambien.
      Mi prima, hoy una mujer, se acuerda todavía de mi padre y siempre que nos juntamos, nos cuenta lo que pasó.
      Un besito querida Charo.

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  3. Bonitos recuerdos de aquellos años cuando nos conformábamos con tan poco. Cuando la fruta no la conservaban en cámaras, en dos días iba del árbol a las fruterías.
    Las milhojas no las conocíamos, si me acuerdo de las tabletas de chocolate que llevaba un vendedor por las casas, nos sabía a gloria.
    Un abrazo

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    1. Los recuerdos perduran. Ya veo que te acuerdas de lo buena que sabía la fruta. Lo que me parece raro es,
      que no te acuerdes de las milhojas, pues debía de haber en las pastelerías por donde tu vivias.
      Sea como sea, te mando un fuerte abrazo querido Matías.

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  4. Eso de estampar cosas en la cara como algunos cómicos lo hacen no me gusta para nada, claro que la anécdota es tierna y te lleva a recordar tiempos de infancia, tu papá y tu mamá eran personas muy especiales, un abrazote Ma de los Angeles!

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    1. La verdad es que nos lo pásabamos en grande, lo que pasa es que a la "niña". nunca le había pasado
      una cosa así. Lo primero nos reimas...y lo segundo correr hacia la puerta.
      Un abrazo María Cristina.

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  5. Me ha encantado esta entrañable historia familiar, con las típicas travesuras de la niñez, que por cierto yo les he gastado esa broma a mi esposa, a mis hijos y a mis nietos...y me alegro de que hayas tenido una buena y feliz infancia, en la que a pesar de la escasez siempre han estado ahí tus padres para sacaros adelante, como se solía decir.
    Y no me quiero olvidar de tu hijo, del que nunca te he hablado, pero se merece unas palabras ya que siempre está teniendo detalles contigo... ¡que más se puede pedir!, vamos, que tu hijo es un tesoro.
    Un fuerte abrazo, amiga.

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    1. Me he reído,solo de imaginárme la cara que puso tu esposa, tus hijos e incluídos tus nietos con esas bromas.
      Algunas veces parecían pesadas, como el caso de mi prima, pero la mayoría de las veces...nos reímos mucho.
      Gracias por las cosas tan bonitas que me dices, sobre todo de mi hijo. Y si tienes razón, es un buen hijo.
      Ya te imaginaras, que desde la pandemía ha hecho todos los sabados la compra y a veces, me ayuda con la limpieza de la casa.
      Querido amigo Manuel, gracias por todo y recibe un fuerte abrazo de una buena amiga-

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  6. Bonitos y traviesos recuerdos amiga.

    Abrazos.

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    1. Gracias amiga Conchi, Eran tiempos en los que nos entreteníamos con cualquier cosa.
      Un abrazo.

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  7. Hola Mª Angeles, que recuerdos mas bonitos los que nos cuentas, la que salio ganando de vuestra travesura fue vuestra prima que todos los dias tenia su mil hojas:), me imagino vuestra carita de enfado jeje

    Besos.

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    1. No se que hje hecho con el Ordenador que se me ha ido.
      Te decía que, mi prima chillaba como un coenjo (no se si chillaran estos), por eso mi padre todos los días
      le llebaba una milhojas. Y a ella no se le ha olvidado, pues siempre que nos juntamos...nos lo recuerda.
      Un besoqueria Pili.

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  8. Me han encantado tus recuerdos, por aquí no había mandarinas, pero sí teníamos higos, ciruelas, cerezas, uvas y alguna pera y naranjas ( que eran super acidas ). Besos.

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    1. Los recuerdos siempre son amenos, mi prima nos lo recuerda siempre que nos ve.
      Todo lo que me cuentas que había por ahí. me gusta...menos las naranjas.
      Un beso amiga Teresa.

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