La lluvía estropeo todo

          Estos días ha llovido en Madrid, no os podeís hacer una idea cuanto, tal es así...empezaré por turno.

           Otras veces, mejor dicho otros años, veo las procesiones hasta que se terminaban, o sea, cuando ya la televisión, o mejor dicho los presentadores, se marchaban, esto solía ocurrir a las dos de la madrugada, pero este año, no, vereís por que.

           El viernes Santo,yo me puse tan comoda frente al televisor del salón. Le dije a mi hijo que me pusiera Telemadrid que es donde las he visto otros años, pues bien. Él obediente me puso lo que yo quería.

          Lo primero que ví, fue la Virgen de los siete pecados. No me acuerdo de donde salió, pero si que se empapó. Luego un Santo Cristo que se refugió en la Catedral, pues empezaba a llover con fuerza. Tal es así, que el Cristo de los Alabarderos, ni se asomó, pues dijo uno de los hermanos de la Cofradía, que entendía mucho, "que se acercaba una gran tormenta" y vaya si acertó el hermano pues no llovía."jarreaba" como jamás se había visto llover.

          A todo esto, los anderos de la Virgen de los siete pecados, iban caminando deprisa (aunque ya iba empapada, para resguardarse y reguardar a Santisima Virgen en un convento que había cercano. Pues bien, cuando llegaron (las monjitas tan contentas), le cantaron la Salve, los anderos dijeron que volverían a por ella al día siguiente, pero... el Gobierno dijo NO. Por más que los de la Hermandad les hacían los cargos diciendo que eso se solucionaba en tres minutos, no accedieron. Y ahí iba la Virgen empapada camino de su casa, que entre unas cosas y otras y por más que corrieran los anderos, tardarían una hora en llegar a su casa. La presentadora dijo..."Ya no tiene siete pecados, ahora son ocho".

          Como yo, mucha gente esperaba ver a Señor de Madrid, o sea, "El Cristo de Medinaceli", nos quedamos con las ganas. Pues en vista que no paraba de llover, lo sacaron a la puerta para que el publico los viera y eso fue lo que vimos.

          Total, que a las diez se terminó todo. Las televisiones apagadas y cada cual a su casita. Yo como estaba en ella, no hice más que comerme una torrija y decirle a mi hijo lo que había pasado. Esperemos que al año que viene...sea mejor.

FELIZ PASCUA DE RESURRECCION.