viernes, 27 de mayo de 2011

ATAR, no, ARTAR

Ayer en la peluquería, dos señoras tenían un discusión la mar de tonta, vamos tonta de tontería. No se cuando empezó, pues me estaban haciendo los rizos y con el ruido del secador y que estoy mas sorda que una tapia, no me enteraba de nada. Cuando la pelu ha terminado de trabajar en mi cabezota, va y me dice que haga yo de árbitro y al preguntarle por qué, me cuenta por lo que las dos tontas estaban discutiendo. Resulta que se referían al dicho de ATAR LOS PERROS CON LONGANIZA. Una de las señoras decía que era ARTAR...
He mediado diciendo, como cuando íbamos al cole," yo me lo sé", antes les he advertido que yo no soy una sabihonda, no, solo les he dicho que todas las cosas están en los libros y yo gracias a Dios, leo muchos.
Señoras, este dicho nos remonta a principios del siglo XIX. Precisamente en el pueblo de Candelario, cercano a la Ciudad de Bejar, famoso por la calidad de sus embutidos, en el vivía un afamado elaborador de chorizos llamado Contantino Rico, alias "el choricero", cuya figura sería inmortalizada por el artista Bayeu en un famoso tapiz que hoy se exhibe en el Palacio de El Pardo.
(Como veis me lo sé de memorieta).Este buen hombre tenía instalada la factoría en la que trabajaban varias obreras, en los bajos de su propia casa (vamos, como ahora los chinos), en una ocasión, una de estas obreras apremiada por las circunstancias y para que no se le escapara su perrito faldero, tuvo la peregrina idea de ATAR a su chucho a la pata de un banco, usando a manera de soga, una ristra de longanizas.
Al poco tiempo entró un muchacho - hijo de otra operaria - a dar un recado a su madre y presenció con estupor la escena, e inmediatamente se encargo de divulgar la noticia de que, en casa del tío Rico se ATAN los perros con longanizas. La expresión, tuvo inmediatamente aceptación en el pueblo y desde entonces, se hizo sinónimo de exageración en la demostración de la opulencia y el derroche.
Bueno, después de darles esta explicación, me han dicho muchas cosas, todas buenas mientras estaba yo delante, no se lo que habrán dicho cuando me he ido a mi casa...espero que hayan sido benévolas, supongo que sí, pues como soy mucho mayor que ellas...
Otro día más.

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