Un bandolero, que no asesino, eso era Luis Candelas:
Luis Candelas nació en Madrid, en un barrio muy castizo (Lavapies), entre 1804 y 1806. Se estima que él y sus compinches cometieron más de cincuenta robos, siendo responsable del asalto al coche del embajador de Francia a quien desvalijaron por completo.El simpático bandido tuvo el detalle de hacer llegar al Ministerio del Estado algunos documentos de gran importancia que cayeron en sus manos. Robó a un presvítero, a la posada del Rincón e incluso a la modista de la reina...Eso si, Luis Candelas nunca mató a nadie. Él se limitó a robar porque, como solía decir, " la fortuna estaba mal repartida".
Luis Candelas era moreno, de dientes muy blancos, bien afeitado, más bien alto, delgado, con patillas en bola, de ojos vivos y todo él bien parecido, se expresaba muy finamente, vestía a lo manolo, con capa, chaqueta, chaleco blanco y sombrero catiye. Le gustaba vestir bien y tenía buenos modales. (Vamos que era un cromo).
Fue un niño problematíco. Sus padres que disfrutaban de buena posición económica, pudieron costearle los estudios en el colegio de San Isidro, de donde fue expulsado porque al recibir una bofetada de un cura, él le respondió dándole dos. Leía todo libro que caía en sus manos y además por un tiempo fue librero.
Estuvo en prisión seis o siete veces, y otras tantas se escapó, gracias a su ingenio, su sangre fría, sus amantes e incluso a sus propios carceleros. Durante una de sus estancias en la cárcel, propició la evasión de Don Salustiano Olózaga, ya en trance de marchar al patíbulo pero no aprovechó la ocasión para fugarse con el político, si no que permaneció en la cárcel como había sido pactado. Parece que era un hombre de palabra, muy respetuoso con sus víctimas, a las damas las trataba con suma deferencia, era tal su amabilidad con ellas que se enamoraban de él. ¡Ay, a mi también me ha enamorado!
Para despistar a la policía se mudaba de uno a otro domicilio y llevaba una doble vida: se hacía pasar por el acaudalado don Luis Alvarez de los Cobos, hacendado de el Perú y acompañado de un sirviente, entraba y salía por la calle Tudesdcos, mientras que el Candelas ladrón lo hacía por la calleja. Era todo un don Juan para las mujeres. Sus amores más conocidos fueron: Lola la Naranjera, que engañaba con él al rey Fernando II;
Paca "la Maja" amante del marqués de Alcañices y muchas más. Su ultimo y verdadero amor fue Clara María, una muchacha honesta de la clase media.
Después de salir de Madrid junto con ella con nombre supuesto con intención de dirigirse a Inglaterra, fue apresado en 1837, sometido a juicio y condenado. La sentencia se ejecutó el 6 de Noviembre. Subió al patíbulo y dirigiéndose a la multitud dijo: - Como hombre he sido pecador, pero jamás se mancharon mis manos con la sangre de mis semejantes. ¡Adiós, patria mía. sé feliz.
Hoy me he acordado de este hombre cuando he visto en las noticias de la tv. que a un pedazo de ladrón y asesino de tres guardias civiles...le han echado 12 años de prisión.
Preciosa Historia de tan Galán bandolero e íntegra persona, Luis Candelas...Fenomenal. Oportuna reflexión final.
ResponderEliminarMe encanta tu blog y, si me lo permites, me hago incondicional seguidor de este maravilloso espacio que conduces.
Un abrazo, María de los Ángeles.
Pedro Luis, no solamente te permito que me visites si no, que lo deseo.
EliminarTe agradezco tus palabras y espero que sigamos en contacto, mientras tanto, te envío un fuerte abrazo.
Los tiempos se nos están llevando mucho más que años, se están llevando el mínimo respeto por la vida humana.
ResponderEliminarSe ve que el señor Candelas puede seguir con sus fechorías desde el más alla, porque a juzgar por esta entrada te ha robado el corazón ;-)
Un fuerte abrazo desde Argentina.
Juan, vamos a poner un poquito de humor a tanto desmadre. Yo esta noche no he podido dormir pensando en "mi" Luis Candelas.
EliminarUn beso
Maravillosa historia.
ResponderEliminarBien sabido es que: en el mundo del hampa existe un codigo de etica,desencia y muchas cualidades, dependiendo de la clase del ladron.
Sinembargo hay quienes reciben un sueldo para robar y encima; gozan de inmuniodad.
Me gusto mucho la historia y mas aun el sabor con que la has contado.
Un beso Gata.
Gracias Pluma...por tus palabras. Lo que no os he contado es que las Cuevas de Luis Candelas todavía existen, las han aprovechado y en ellas hay un mesón donde hay ricas viandas típicas y una sangría que quita las penas. Los camareros visten el traje típico madrileño antiguo, que vestía el famoso bandolero.
EliminarEspero que te haya gustado la explicación.
Un beso
Otra ética, otros códigos de honor que no tienen nada que ver con los "bandoleros" actuales.
ResponderEliminarBonita historia.
Un abrazo Mª Ángeles.
Elena, los bandoleros de ahora, además de ser ladrones, golfos y en el mayor de los casos, asesinos, no tienen ni gracia ni salero que era lo que le sobraba a nuestro querido Luis Candelas.
EliminarUn fuerte abrazo
De lajusticia de ahora es mejor no hablar, Mª Ángeles. Estos asesinos y ladrones de "guante blanco" no pagan ni una cuarta parte de lo que hacen. la historia es muy bonita, dogna de escribir una novela romántica con ella.
ResponderEliminarUn beso
Hada, creo que me has dado una idea, a lo mejor escribo una novela romántica, porque a mi, romanticismo me sobra.
EliminarUn besito