Este museo, como muchos sabéis, se "colocó" en lo que había sido un hospital. Se construyó el hospital general a finales del siglo XVIII con una capacidad de 18.000 personas. Hubo una época en la que murieron muchas personas en este hospital por peste y epidemias, que tuvieron que ser enterrados en el subsuelo. Estos hechos hizo que surgieran las historias de fantasmas que anunciaban la muerte a los que agonizaban. El hospital dejó de funcionar en el año 1965, estuvo 20 años abandonado hasta que la academia de San Fernando y Bellas Artes pidieron al gobierno su conservación y que lo declarase edificio histórico-artístico. El 1982 se decide destinar el edificio al museo de Arte Moderno Reina Sofia. En la remodelaciónn se encontró restos de esqueletos, cadenas, grilletes y material de hospital. En 1990 se hizo la segunda remodelación esta vez se encontraron tres monjas momificadas enterradas en la antigua capilla del hospital. Curiosamente las tres momias siguen enterradas debajo de la puerta principal del museo. En 1992 se colocó en este museo el cuadro del Guernica. Meses después empezaron los sucesos extraños: puertas que se abren y se cierran solas, alarmas que se activan solas, voces y gritos en salas vacías...Algunos funcionarios se tomaron a broma lo del fantasma del museo, al que llamaron Ataulfo. Algunos funcionarios no querían seguir trabajando en el museo y pidieron el traslado. Una médium afirmó que el fantasma existe y que se trata de un sacerdote que murió torturado durante la guerra civil.
Piluca y yo un día (el último, porque ya no hay quien meta a mi amiga allí). Habíamos ido a visitar una exposición de Pertegaz que puso muchos de los vestidos de su obra, cedidos por su dueñas, después de verlos y mientras Piluca y yo charlábamos, nos despistamos y fuimos a parar a unos pasillos donde no había nada. Había grandes muros y enormes escaleras, aunque estaba todo muy limpio, se notaba que eran muy antiguos y olía mucho a éter y alcohol, la verdad es que sentimos miedo y al darnos la vuelta, un sacerdote muy amable nos indicó la salida. al llegar a la puerta principal a recoger una bolsa que tuvimos que dejar en las taquillas uno de los funcionarios me saludó, era mi vecino, le contamos lo que nos había pasado y riéndose le dijo a sus compañeros que nos habíamos topado con Ataulfo, nosotras no sabíamos de que iba, cuando nos lo explicó, salimos corriendo hacia la puerta principal que era donde estábamos y él todavía riéndose nos dijo que en ese momento, estábamos pisando la tumba de las monjas muertas.
Después de informarme bien y ver que todo esto es verdad, no afirmo yo que nosotras viéramos al fantasma, pues el cura que vimos fue muy amable indicándonos por donde debíamos salir, pero desde entonces no hemos vuelto a ir al museo...¿Comprendeís ahora porque no quiere ir mi querida amiga Piluca?...
No me extraña lo de la Pobre Piluca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pedro Luis, Piluca está ya acostumbrada a salir conmigo y además, le gusta, a veces es ella la que propone donde ir.
EliminarYn abrazo
Que miedo no la culpo!! Que interesante no sabia de eso. No creo que visite el museo, tampoco.
ResponderEliminarun abraxo!
Marilyn, si alguna vez tienes ocasión de ver el Reina Sofía, no pienses en otra cosa que en disfrutarlo, merece la pena, y si quieres un cicerone...aquí estoy yo, prometo que no vas a pasar miedo.
EliminarUn beso
Pobre Piluca. ¿Por qué no la llevas a una cafetería normal un día normal a tomar un café normal? Con tantas emociones la vas a matar de un infarto.
ResponderEliminarUn abrazo Mª Ángeles.
Elena, tanto Piluca como otras amigas con las que salimos siempre les gusta a donde yo las llevo, además siempre me buscan, por lo tanto...que se atengan a las consecuencias,jajaja.
EliminarUn besito
Hola amiga! tantos días que no te escribo! solo leo de pasada por la computadora, aquí en casa somos cuatro para la compu y a veces tengo que esperar mi turno ja! Ya a esta altura pienso que a Piluca le gusta mucho salir con vos, porque bien sabe lo que le espera en cada salida y va igual ja!Si llega el día en que cruce el océano, no me puedes privar de esas andadas ja! ja! perdón por el atrevimiento pero en cada relato las imagino a ti y a Piluca y pienso en lo lindo que la pasan!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo corazón!
Tienes mucha razón Karina, Piluca dice que no lo pasa también con nadie como conmigo, y yo con ella. Además es mi consuegra, o sea, su hija está casada con uno de mis hijos.
EliminarSi alguna vez te decides a cruzar el Océano,tanto Piluca como yo tendremos mucho gusto en acompañarte en nuestras "correrías".Te ofrezco mi casa y mi compañía y seguro que volverás a Argentina encantada (no lo digo de broma).
Un beso muy fuerte
Cuando tu no estes metida en un lio gordo: cerraran las puertas de la ciudad.
ResponderEliminarHay gata. Verdaeramente como para pensar eso del cura y lo del hospital; ni se diga.
Si que hay carga fuerte ene ese edificio.
Muy interesante lo que nos cuentas, como siempre.
un beso grande gata.
Pluma...todo lo que cuento es verdad, aunque no lo parezca, tu bien sabes que el mundo está lleno de cosas raras.
EliminarEste edificio siempre está lleno de gente, pues el museo reina Sofía es muy visitado por los turistas y por los de casa también.
Un beso fuerte para ti
Ya tendria yo los pelos herizados como puas de puercoespein.
ResponderEliminarQue terrible, cuantos muertos y que pesado lugar. Una noche ahi...de correr.
Menuda historia. Yo habia oido hablar del museo, pero jamas me imagine lo que habia detras de el. bueno mejor dicho: debajo de el.
Señora: me voy dejandole un saludo muy especial y voy a ver que me tomo o donde me escondo para calmarme.
Gato, que no se diga que tienes miedo, pero según algunos empleados del edificio, han dicho que los gatos que hay en el jardín, de vez en cuando se les ve dar saltos con la chepa y el rabo tiesos, así que si eres miedoso, te sugiero que no entres en el.
EliminarUn saludo
Oiga, pues yo creo que están muy bien esas aventurillas. Debería convencer a su amiga Piluca para repetir esas pequeñas hazañas. Un saludo.
ResponderEliminardlt. Amigo, a Piluca la tengo convencida de antemano, pues tanto ella como yo nos encontramos muy agusto cuando salimos, como tu bien dices, de aventurillas. Y si contara cuando vamos a ver retales de telas...habría risas para rato, jajaja.
ResponderEliminarUn beso
¿A contemplado la posibilidad de que el amable sacerdote fuera, en realidad, un fantasma?
ResponderEliminarAmigo. si lo pensé y mi amiga también, ese es el motivo por el que no hemos vuelto. Lo que más nos chocó es, que en estos tiempos y siendo tan joven llevara sotana...
ResponderEliminarUn saludo y gracias por tu visita