Salí como un cohete del tren de cercanías que me llevaba a Alcalá de Henares. Yo iba distraída mirando por la ventanilla sin ver nada ni a nadie. De pronto, al llegar a la estación de Torrejón, veo a una ancianita con su bastón y cogida del brazo de una señora joven. Me quedo mirándola más detenidamente y...salgo como una furia cuando ya el tren estaba dando los pitidos para cerrar las puertas, tropiezo con un hombre que entraba en ese momento. Los dos estamos haciendo mal las cosas. Él subiendo a destiempo y yo saliendo del mismo modo, pero él muy digno dice:-Señora, ¿Está usted loca? Le contesto:-Lo mismo que usted, pero no me puedo parar a discutir porque se me va mi presa. Va y dice:-Lo que yo digo, está loca... Lo dejo allí y sigo corriendo hacia Tana.
Tana fue mi mejor amiga en la adolescencia, aunque ella era algo mayor que yo. Fuimos juntas a la escuela, los domingos a misa, jugábamos en la calle de nuestro barrio hasta que fuimos mayores, e incluso fui a su boda con mi familia y todo el barrio...contaré por que.
Cuando nos conocimos me contó su historia, que es digna de una película.
Ella vivía en ese barrio mucho antes que yo. Con sus padres y cinco hermanos, hasta que un maldito día de 1937, cayó una bomba sobre su casa y sus padres murieron, dejando cinco huérfanos.
Tana era la cuarta y después de ella un bebé.
Ante tan desgraciado suceso, la gente se hizo cargo de los niños, pero por separado, o sea, que ninguno de los cinco, sabía nada del resto.
Pasados varios años, estábamos jugando con otros niños en la calle, cuando apareció una joven de 17 o 18 años, iba preguntando si conocía alguien a sus hermanos.
A la primera que encontró fue a Sebastiana, Tana, como yo la llamaba.
Esta joven estaba sirviendo en una casa en el centro de Madrid. Los jueves y domingos por la tarde aparecía por el barrio para estar con su hermana. Aunque era mayor que nosotras, jugaba igualmente a la comba cantando aquello del "Cocherito leré".
No recuerdo cuanto tiempo pasó, cuando apareció otro de los hermanos, un chico. Estaba de corneta en el Banderín de Enganche de la legión, en un cuartel que había cerca de nuestra casa...ya eran tres.
Al poco tiempo encontraron al cuarto, este tenía mala pinta. Mala pinta de las calamidades que pasaba y que no tenía donde vivir. El matrimonio que había recogido a Tana, mi madre y varios vecinos los ayudaban como podían, pero no se podían quedar con todos.
Aunque solo fuera los domingos se veían los cuatro. Dentro de las estrecheces y penurias que pasaban estos hermanos, lo que verdaderamente les quitaba la alegría era, no ver aparecer a su querida hermanita pequeña. Los mayores decían que la tenia un matrimonio muy rico que no tenían hijos. Nos hicimos mayores. Tana fue la primera que se casó con un excelente muchacho, todo el barrio fue a su boda.
Al cabo de unos años, mis padres cambiaron de domicilio y yo con ellos. Tana se fue con su esposo y...nos perdimos la pista.
Después de lo menos 50 años, un día viendo el programa de tv. "Quien sabe donde", casi me da un soponcio...Veo, junto a Paco Lobatón, el presentador, a los cuatro hermanos ¡que habían encontrado a "su niña"!, La "niña" era una señora de más de 60 años y desde luego, no había duda, tenía la misma sonrisa que Tana, eran inconfundibles. No volví a saber nada más de ellos hasta... el viernes pasado. ¿Verdad que no es extraño que casi me tirara del tren en marcha?
¡Que alegría sentimos! ¡Que abrazo más fuerte nos dimos! Las dos lloramos de alegría e hicimos llorar a su nieta.
No se si nos volveremos a ver, le dije que la llamaría por teléfono pero me dijo su nieta que no oía muy bien, yo pensé...no yo tampoco.
Una historia entrañable que hace que la Realidad supere la Ficción.
ResponderEliminarAbrazos y besos.
Gracias Pedro Luis, yo también te mando un fuerte abrazo by un beso.
EliminarMe dejas sin palabras. Realmente algo muy fuerte.
ResponderEliminarAsi hay quienes no saben valorar lo poco o mucho que tienen.
La vida tiene las cosas mas triste que aveces ni nuestra imaginacion es capaz de recrearla.
Un beso gata.
Me encanta poder dejarte sin palabras, creo que eso es difícil, pero yo me lo creo.
EliminarSi la gente pensara un poco mas, las cosas serían de otra manera.
Un besito
Un relato intenso y emocionante. Muchas gracias. Besicos.
ResponderEliminarNo tienes por que darme las gracias, me gusta que lo paséis bien leyendo mi blog
EliminarUn beso trimbolera
Que historia tan triste la de tu amiga Tana y que alegría más grande la tuya cuando la viste y la pudiste abrazar, no me extraña que te tirases del tren es muy comprensible....ójala y sigáis en contacto.Besotes
ResponderEliminarCharo, ayer me llamó por teléfono y aunque no oye muy bien nos entendimos perfectamente.
EliminarMe contó que le había leído su nieta lo que escribí acerca de ella y estaba muy emocionada.
Hemos quedado para volver a vernos
Un beso
Parece de novela. Me encantó. Que bella experiencia has vivido!
ResponderEliminarun abraxo!
Ya sabes Marilyn que cada vida es una novela. Hay vidas que son verdaderamente emocionantes.
EliminarUn fuerte abrazo
María de los Ángeles:
ResponderEliminarUna historia conmovedora, con un remate maravilloso.
Estas situaciones, de reencuentros felices, están entre las cosas más bonitas que nos da la vida.
Un gran abrazo.
Tienes toda la razón del mundo Arturo.
EliminarLos reencuentros son verdaderamente maravillosos, yo lo disfruté mucho.
Un fuerte abrazo
Ma.de los Angeles, tu destino es ser testigo o protagonista de historias maravillosas, gracias por compartirlas, un abrazo!
ResponderEliminarLas comparto con mucho gusto pero quizá es...¿Por qué soy muy mayor?
EliminarUn abrazo María Cristina
María de los Ángeles,desde ahora tienes una seguidora más.Me alegro de haberte descubierto.Besos.
ResponderEliminarGracias por tu visita Astún y muchas más por seguirme.
EliminarUn fuerte beso
Gracias por tu amable comentario. Tu tambien tienes un blog estupendo, lleno de relatos increibles y bonitos
ResponderEliminarUn abrazo
Te agradezco mucho que me visites y si te agradan mis..."cosas" me pongo doblemente contenta.
ResponderEliminarUn abrazo Marian