Esto que escribo y he leído es de Don Javier Urra, doctor en Psicología.
La voz interior.
I
En un hermoso jardín coincidían muchos árboles. Uno era un manzano, otro una higuera, aquel un naranjo, el de allí un peral...pero había un árbol triste que no sabía qué era.
Estaba silencioso, triste, confundido. Uno de los árboles le decía que intentara dar manzanas, otro que higos, otro más que naranjas, alguno que peras.
El pobre árbol lo intentaba, pero no conseguía nada. Hasta que un día se posó en sus ramas un búho sabio, que le indicó que no debía intentar ser como los demás deseaban que fuera, que lo esencial era conocerse a sí mismo, escuchar su voz interior.
Así lo hizo, dejó que hablasen sus sentimientos y supo que nunca daría frutas, pues no era un frutal, pero que tenía una misión: dar sombra a los viajeros, cobijo a las aves, belleza al paisaje. Se sintió digno y respetado. Era un roble.
II
Un león, una zorra y un asno salieron de caza y consiguieron muchas piezas. El asno hizo el reparto en tres parte iguales y, ante ello, el león se lanzó sobre el asno y lo devoró.
Pasó entonces a repartir la zorra y lo hizo en dos grupos: uno desproporcionadamente grande asignado al león, y otro pequeño para ella misma.
El león preguntó de donde había aprendido a hacer ese tipo de reparto. Y contestó la zorra:
"Del error del asno".
Yo he aprendido mucho en la vida de mis errores y también de los errores que he visto que han cometido algunas personas.Besicos
ResponderEliminarYo todavía cometo alguno, aunque me ese.
EliminarUn beso Charo
Muy aleccionadores los dos relatos, pero me ha gustado un poquito más el del árbol. Creo, que al igual que el roble, también las personas necesitamos tener una autoestima fuerte y muchos problemas de fobias, miedos, manías, agresividad..se arreglarían si nos valoráramos más a nosotros mismos.. Besitos.
ResponderEliminarA mi también me gusta mucho el del roble. Él que creía que no servía para nada...
EliminarUn beso Hada...
Ma de los Angeles, vivo intentando aprender de mis propios errores y también de los ajenos, muy interesantes las dos historias, para pensar, un abrazo!
ResponderEliminarEn este mundo siempre estamos aprendiendo, como el roble que se vio recompensado con tantas cosas.
EliminarUn abrazo María Cristina
Hay que aprender de los errores, de los nuestros y de los demás. Me ha encantado María de Los Ángeles, muchas cosas porque estas cosas sirven para la vida. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
ResponderEliminarAunque creamos lo contrario, siempre cometemos errores aunque no queramos. Seguírtenos aprendiendo.
EliminarUn abrazo Pepe