SE CUENTA QUE UNA BELLA Y LUMINOSA LUCIÉRNAGA AVANZABA CON DONAIRE
CUANDO SE PERCATÓ DE QUE LA SEGUÍA UNA ESCURRIDIZA SERPIENTE.
AVANZÓ Y AVANZÓ, PERO COMO ERA TAN PEQUEÑITA SE CANSABA, PUES
SIEMPRE VEÍA A LA SERPIENTE SIGUIÉNDOLA. PERO AL FINAL NO TUVO MÁS
REMEDIO QUE DETENERSE Y, ANTES DE SER ATACADA, PORQUE NO VEÍA EL MODO
DE GANARLE TERRENO, PREGUNTÓ A LA SERPIENTE:
-"¿ TE HE HECHO ALGÚN MAL?".
RECIBIÓ POR RESPUESTA:
-"NO".
VOLVIÓ A PREGUNTAR:
"¿ENTONCES POR QUÉ QUIERES ACABAR CONMIGO?".
Y LO ÚLTIMO QUE ESCUCHÓ FUE:
-"PORQUE NO SOPORTO VERTE BRILLAR".
Es muy corta la fábula, historia o cuento, pero me parece muy intensa, por ese motivo la he querido compartir. Hace unos días que la leí y me hizo llorar...¡¡¡Que mala es la envidia!!!
Ma de los Angeles, es uno de los defectos que sufre más el que la siente que el que la genera sin querer, un abrazo!
ResponderEliminarCreo que es malo para ambos, pero el que la sufre, además se vuele mala persona por no saber controlarse.
EliminarUn abrazo María Cristina