viernes, 27 de junio de 2014

¡¡¡Felicidades Sanidad!!!

Hoy día 27 de junio, además de ser el día del Sagrado Corazón de Jesús, también se celebra la patrona de Sanidad, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
Está representada en un Icono Bizantino que un señor robo en Grecia y después de mucho caminar, ha llegado a una iglesia de Roma donde es muy venerada y se le atribuyen muchos milagros. Yo creo que, aunque me lo contó mi madre, fui protagonista de uno de ellos.
Mi padre hizo el servicio militar en Sanidad, le tocó en Melilla, de donde siempre guardó un buen recuerdo. Cuando estalló la guerra de 1936, lógicamente se incorporó, o mejor dicho, le incorporaron a Sanidad Militar, fue camillero en Brunete, ahí es nada, decir Brunete es decir guerra, calamidades y mucho miedo, mucho más cuando se es un joven de 27 años, que ha dejado a su esposa e hija para ir a luchar a una guerra que habían declarado otros, que seguramente, estaban en sus casas tan tranquilos disfrutando de los suyos, no así los soldados.
El día de la Patrona del año 1937, mi madre hizo un pequeño altar, colocó un hermoso cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro (este lo he visto encasa durante toda mi vida), con una vela encendida, quizá para que protegiera a mi padre, y se fue a trabajar al campo dejando a su bebé al cargo de una niñera que apenas contaba 15 años.
Mientras trabajaba a destajo para volver pronto a casa, la mala fortuna hizo que la vela se torciera y prendió fuego en la toalla que había cerca del palanganero en el dormitorio donde dormía el bebé.
Según contó ella muchos años después, cuando volvía del campo oyó las campanas de la iglesia tocando arrebato.
Ya faltaba poco para llegar, cuando le salieron al camino unas vecinas diciéndole lo que había pasado en su casa, pero sin darle muchas explicaciones.
Muchas veces al amor del brasero en las tardes de invierno, nos contaba que, cuando supo del incendio, sus pies no corrían, ¡ volaban!.
Al llegar a la casa, vio a la niñera en la puerta llorando con el bebé en brazos. Al verlas respiró, la muchacha no paraba de llorar, pero mi madre le dijo:
-No llores, gracias por salvar a mi hija, es lo más importante para mí, ¿tú estás bien?
Al contestarle afirmativamente, las dos se abrazaron y juntas lloraron con más ganas, pero quizá de alegría. Aunque no eran tiempos muy alegres que digamos.
Esto fue un milagro y otro milagro fue, que mi padre volviera sano y salvo de aquel infierno que fue la batalla de Brunete.
En ella vivieron grandes actos de arrojo y valor los soldados de ambos lados. Y es que, durante 19 días, miles y miles de combatientes soportaron unas penosas condiciones de vida. Los costos humanos para uno y otro bando fueron enormes, estando considerada la batalla de Brunete como una de las más sangrientas de la Guerra Civil Española.
Esperando que esto no vuelva a ocurrir, felicito a toda la Sanidad Española, A los que nos tratan bien, a los que nos tratan menos bien, incluso a mi médico de cabecera que me dijo que tenía Artritis en el dedo gordo del pie, cuando el podólogo me quitó un callo que tenía entre la uña y la carne...
¡¡Que la Virgen  del Perpetuo Socorro, nos proteja a todos!!

8 comentarios:

  1. Una historia muy triste pero que acabó bien......lo de tu médico de cabecera no tiene comparación con las metiduras gravísimas de pata del mío que si no es porque yo, harta ya, me fuí por mi cuenta a urgencias a Logroño mi marido estaría ya enterrado y la lista de casos parecidos es interminable pero no tenemos otro para podernos cambiar, y el caso que hablando con él es majísimo.Besicos

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    1. Algunos médicos se sacan la carrera de pasillo, o sea, haciéndole la pelota al catedrático por los pasillos. Luego somos nosotros los que pagamos el pato.
      Menos mal que tu has sido decidida y has obrado por tu cuenta. ¡ Ole por ti !
      Un beso Charo

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  2. Esta vez la historia te toca muy de cerca, Ma de los Angeles, sin duda tu vida ha sido muy rica porque tiene raíces profundas de dolor de tus padres, una guerra es algo terrible. Y los médicos meten la pata muchas veces, antes eran palabra sagrada, ahora sabemos que muchas veces se reciben con notas muy bajas y desconfiamos de sus pronósticos y salimos a buscar otros. Bienvenido tu podólogo, un abrazo!

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    1. Lo del podólogo fue muy gracioso y además la factura fue muy pequeña.
      Lo de los médicos es, como decía mi madre, harina de otro costal.
      Un abrazo María Cristina.

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  3. Amiga muy interesantes tus entradas...con tu permiso me quedé por acá. Un abrazo desde la distancia.

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    1. No solo tienes mi permiso, si no que me agrada muchísimo y te recibo con los brazos abiertos.
      Por muy lejos que estés, te mando un saludo desde Madrid, al que por todos los caminos se llega.
      Un abrazo idolidia.

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  4. Gracias, María de los Ángeles. Y felicidades por tu blog, siempre tan atractivo.

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