viernes, 10 de abril de 2015

Las manos de todos

Otro "sermoncillo" de mi buen amigo Víctor, dice así:
Esta mañana he podido comprobar una vez más donde están las manos de Dios. Ayer murió un compañero y amigo de trabajo de mi comisaría. He ido al cementerio de San Fernando donde sus familiares se encontraban con un gran dolor. No me ha resultado fácil congregar a todas las personas que estaban en el tanatorio para pedirles que íbamos a rezar por el eterno descanso de Bernardo. No penséis nunca que soy un súper nada. Que aunque en muchas ocasiones hablo más de la cuenta, soy bastante tímido y me cuesta muchas veces "echarme para adelante". Una vez que hable con la esposa e hijo de Bernardo e intenté transmitirles un poco de consuelo y paz, les expuse la posibilidad de que rezáramos por su eterno descanso. La propuesta fue muy bien acogida y el ambiente que había de todas las personas hablando, cambió radicalmente. Dije una palabras a todos los allí reunidos respecto a la propaganda que se está haciendo de que "probablemente Dios no exista", yo les podía asegurar que Dios existe porque me he encontrado con Él.
Precisamente en la sala que se encontraba el cuerpo sin vida de Bernardo, hace diez años estuvo mi hija Obdulia, su forma de aceptar el paso de esta vida a la otra me hizo ver una vez más que Dios existe cuando una joven es capaz de aceptar con la paz y tranquilidad que ella lo realizó.
Os puedo asegurar que pude ver  como el Señor se estaba haciendo presente en esos momentos entre nosotros. Rezamos un misterio del Rosario y la Letanía a la Madre. Fue impresionante ver como todo el dolor y llanto que había antes de empezar a rezar, se había convertido en una gran PAZ.
Di gracias a Dios porque en esos momentos yo había sido Sus Manos y Su Voz. Él había llegado al corazón de todos los presentes a través de mi persona. ¡¡¡YO FUI SUS MANOS!!!
Cuando de vuelta me disponía a ir a mi casa, por la N-II, a la altura del puente de San Fernando, vi una chica joven de color, que por cierto tenía un físico bastante agraciado y pensé que no era lugar donde podía estar una joven sin peligro. Algo me decía que esta mujer me podía necesitar y paré el coche.
Se encontraba con bastantes bolsas de comida que había comprado en el cercano Carrefour que como sabéis está en un descampado donde solo se puede ir en coche.
Me pidió si podía atravesarla a la otra parte de la autopista para poder seguir hacia su domicilio.
En ese momento pude darme cuenta que yo era LAS MANOS DE DIOS para esta  ciudadana nigeriana. ¿Cómo iba solo a llevarla a la otra parte de la autopista? Aunque tenía que dar un poco de rodeo, decidí llevarla a su casa. Por el camino decía, "que Jesús se lo pague"
Le comenté que yo era creyente y que por eso fundamentalmente había parado a ver si me necesitaba.
No le pude decir que yo ERA LAS MANOS DE DIOS. Pero si amigos, en mi estaban LAS MANOS DE DIOS. Mis manos, eran SUS MANOS.
Me vine muy contento a casa al ver que el Señor se vale de nosotros para poder llegar a los demás.
Sus manos son las tuyas, Él quiere valerse de nuestras manos.

Los que me seguís ya conocéis los "discursitos" de Víctor, por eso os digo que su querida hija Obdulia murió con 25 años. Hacía seis meses que se había casado.
¡Que paséis un feliz finde !

2 comentarios:

  1. ha sido muy emotiva esta entrada, se ve que Victor es una gran persona y tiene una Fe enorme, tienes mucha suerte de tenerle cómo amigo.Besicos

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  2. Ma de los Angeles, solo con su gran fe puede Víctor seguir adelante, la muerte de un hijo es inenarrable, nada la puede consolar, salvo volcarse a una vida espiritual como lo hace tu querido amigo, gracias por compartir esta hermosa y emotiva historia, un abrazo!

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