No se si algún policía entrará en mi blog, pero si tu lo lees, tienes un familiar policía o un amigo, cuéntale esto, está hecho para él.
"Dios estaba creando al Policía"
Ya estaba en el sexto día de horas extraordinarias, cuando un Ángel aparece. "Te está llevando mucho tiempo esta creación".
Dios le contesta: "¿Tu has visto lo que piden para este modelo?" "Un policía tiene que correr X kilómetros por callejones oscuros, subir paredes, entrar en casas que ni el inspector de sanidad entra, y todo sin manchar o arrugar el uniforme. Tiene que estar siempre en buena forma física, cuando ni le dan tiempo para comer. Tiene que investigar un homicidio. buscar testigos esa misma noche y a otro día ir a prestar testimonio al tribunal. Tiene que tener seis brazos."
El Ángel mira a Dios y dice: "Seis brazos imposible".
Dios contesta: "No son los seis brazos los que me dan problemas. Son los tres pares de ojos que necesita".
"¿Eso también piden en este modelo?" Pregunta el Ángel.
"Sí, necesita un par con visión rayos-X para poder ver lo que llevan escondido los criminales, necesita un par al lado de la cabeza para poder guiar a su compañero y otro para poder mirar a una víctima sangrando y poder decirle que todo saldrá bien, cuando sabe que no es cierto."
Dice el Ángel: "Descansa y podrás trabajar mañana".
"No puedo", contesta Dios. "Ya tengo un modelo que es capaz de sosegar a un borracho de 150 kilos sin ningún incidente y mantener a una familia de cinco personas con su pequeño salario".
El Ángel mira al modelo y pregunta:"¿ Pero puede pensar?
"Seguro que puede", contesta Dios. "Puede investigar, buscar y arrestar a un criminal en menos tiempo que le lleva a cinco jueces discutir la legalidad del arresto y, además, tiene mucho control de sí mismo". Puede soportar escenas de crimen hechas en el infierno, consolar a la familia de una víctima de homicidio y al otro día leer en los periódicos cómo los policías no son sensibles a los derechos de los criminales".
Al fin el Ángel mira el modelo le pasa el dedo por las mejillas y le dice a Dios: "Tiene una grieta le sale agua". "Ya te dije que estabas poniendo mucho en ese modelo."
"No es agua, son lágrimas" "¿Porque lágrimas?" pregunta el Ángel. Dios le contesta:
"Son por las emociones que lleva dentro, por un compañero caído, por un trozo de tela llamado bandera y por la justicia."
"Eres un genio" Responde el Ángel. Dios lo mira sombrío y dice:
"YO NO LE PUSE LÁGRIMAS"
viernes, 2 de agosto de 2013
lunes, 29 de julio de 2013
¿Donde están los mendigos?
Los mendigos no hay ninguna duda de que "Haberlo haylos" . Es muy curioso que en los meses de Julio y Agosto "me" faltan muchos.
Paseo muchos días por sitios fijos, sobre todo los viernes. Dejo el Cercanías en la Estación de Atocha y recorro el Paseo de Recoletos hasta la Glorieta de Neptuno.
Aquí me encuentro con el primer mendigo de mi recorrido. Es un señor mayor y se coloca sobre un pequeño pedestal todo vestido de azul, incluida cabeza, barba, manos, o sea todo él azulado, con un tridente en una mano, también azul.(No se con que se tiñe) Como os habréis imaginado, es un "mimo" imitando al dios del mar, o sea, a Neptuno.
Se sube al pequeño taburete, pienso, que un día se va a caer y se va a dar un soberano porrazo, creo que no se va a poder levantar, dada su edad.
Luego están los fijos alrededor de la iglesia de Medinaceli y en la puerta.
Según me han contado los comerciantes cercanos, va una furgoneta a las 8 de la mañana, los deja y los recoge a las 3 de la tarde...¿negocio? La mayoría son rumanos.
Hay dos que son fijos todo el año, estos si son españoles. Uno tiene una minusvalía en los pies y el otro es ciego. Estos me hacen gracia, pues están uno del otro a una distancia de 5 a 6 metros y están charlando a voces, pero...pero...pero. Que casualidad, solo faltan los meses de julio y agosto. Lo se porque los echo de menos.
Siempre decía mi madre que "Se gana más pidiendo que dando" y creo que tenía razón. Por otra parte, conozco a un joven que toca magníficamente el violín y me dijo que en una hora, se sacaba cincuenta euros...sin comentario.
Luego están los que van en el tren y el metro, estos dicen que están sin trabajo y yo los creo.
No se si será exagerar, pero hay que ayudarlos, que todo aquel que te ponga la mano, no se la dejes vacía, aunque solo sea una moneda pequeña. Piensa que si ya debe de ser humillante pedir, más humillante debe de ser ver que no les das, por lo menos una sonrisa.
Paseo muchos días por sitios fijos, sobre todo los viernes. Dejo el Cercanías en la Estación de Atocha y recorro el Paseo de Recoletos hasta la Glorieta de Neptuno.
Aquí me encuentro con el primer mendigo de mi recorrido. Es un señor mayor y se coloca sobre un pequeño pedestal todo vestido de azul, incluida cabeza, barba, manos, o sea todo él azulado, con un tridente en una mano, también azul.(No se con que se tiñe) Como os habréis imaginado, es un "mimo" imitando al dios del mar, o sea, a Neptuno.
Se sube al pequeño taburete, pienso, que un día se va a caer y se va a dar un soberano porrazo, creo que no se va a poder levantar, dada su edad.
Luego están los fijos alrededor de la iglesia de Medinaceli y en la puerta.
Según me han contado los comerciantes cercanos, va una furgoneta a las 8 de la mañana, los deja y los recoge a las 3 de la tarde...¿negocio? La mayoría son rumanos.
Hay dos que son fijos todo el año, estos si son españoles. Uno tiene una minusvalía en los pies y el otro es ciego. Estos me hacen gracia, pues están uno del otro a una distancia de 5 a 6 metros y están charlando a voces, pero...pero...pero. Que casualidad, solo faltan los meses de julio y agosto. Lo se porque los echo de menos.
Siempre decía mi madre que "Se gana más pidiendo que dando" y creo que tenía razón. Por otra parte, conozco a un joven que toca magníficamente el violín y me dijo que en una hora, se sacaba cincuenta euros...sin comentario.
Luego están los que van en el tren y el metro, estos dicen que están sin trabajo y yo los creo.
No se si será exagerar, pero hay que ayudarlos, que todo aquel que te ponga la mano, no se la dejes vacía, aunque solo sea una moneda pequeña. Piensa que si ya debe de ser humillante pedir, más humillante debe de ser ver que no les das, por lo menos una sonrisa.
viernes, 26 de julio de 2013
Día de los abuelos
Hoy se celebra aquí en España,- no se en todo el mundo - el día de los abuelos. No hubiese querido contar un caso que me ocurrió hace unos días, pero creo que viene muy bien para hoy... lo voy a contar, le pese a quien le pese:
Siempre da pena ver llorar a alguien pero si es a una abuela o abuelo. eso es muy duro y yo lo he visto.
Se trata de una abuela conocida por todos mis vecinos, pues la vemos en la panadería, la frutería e incluso en la peluquería.
El sábado, sin ir más lejos, me la encontré en el "Súper" esperando la vez en la panadería, había mucha gente, por lo que tuvimos que esperar un rato.
No hace mucho tiempo se la veía con sus nietos haciendo la compra y lógicamente pregunté por ellos. Entonces se echó a llorar. Yo me asusté, pregunté si les había pasado algo malo, ella me contestó que no, solamente que ya no la necesitaban.
Recordé cuando la veía con sus nietecitos. (dos eran mellizos). El mayor tenía diez años y los mellizos eran bebés. Su hija y su esposo viven en Guadalajara y todos los fines de semana, "puentes", Semana Santa y cuando les venía en gana, le traían a los críos, se los dejaban y ellos se marchaban, bien de viaje al extranjero o simplemente hacer turismo por Madrid. El caso era dejar a los niños con la abuela. Si ya es trabajo criar un bebé, imaginémonos dos a la vez.
Todas las vecinas criticaban mucho a la hija de Isabel, decían: -No vine a ver a su madre, viene a dejarle los niños. Así han pasado quince años...hora ni viene el yerno, ni ninguno de los nietos ni la madre que los parió. ¿Sabéis por qué? Según me ha contado Isabel, un día que hacían una excursión en la parroquia, se apuntó para ir a Ávila para ver "Las edades del hombre". Cuando llegaron, sin avisar, y vieron que la abuela no estaba, les dio tanta rabia y le armaron "un pollo" al día siguiente, que ya no han vuelto. No solamente a dejar a los niños, si no, ni siquiera a verla.
Con lágrimas en los ojos me dijo-Como ya no les sirvo, no me merezco una visita.
Aquellas lágrimas de Isabel me llegaron al corazón. ¡Que pena me dieron!
Le di un abrazo. Ella no tenía consuelo, pues se ha enterado que el nieto mayor tiene novia y no se la ha presentado, piensa que quizá tampoco la inviten a la boda, cuando se case.
Le di mi apoyo, mi solidaridad y mi cariño. Cuando salimos del "Súper", la invité a tomar el aperitivo, ella dijo que solamente un café. Nada de eso, dije yo, vamos a tomarnos una cervecita y esta vez, con alcohol.
Nos tomamos las cervezas, un pichito de tortilla, otro de lomo y nos fuimos más contentas que unas pascuas. Le di dos besos y me ofrecí para vernos otro día para tomarnos otra cervecita, nada de cafés. ¡¡Como se reía!! Verla reír, me encantó.
Cuando llegué a casa, eran as tres de la tarde y la comida sin hacer. A mi hijo le pareció raro verme tan contenta...Le conté lo sucedido, sin parar de reír y con pocas ganas de cocinar. Pero como es muy bueno, cogió el teléfono y llamó a un restaurante para que nos trajesen la comida...
Creo que el próximo sábado voy a llamar a Isabel para ir a la compra...Haré cualquier cosa con tal de ver a una anciana sonreír...¡ Aunque me tenga que tomar una cervecita!...
Siempre da pena ver llorar a alguien pero si es a una abuela o abuelo. eso es muy duro y yo lo he visto.
Se trata de una abuela conocida por todos mis vecinos, pues la vemos en la panadería, la frutería e incluso en la peluquería.
El sábado, sin ir más lejos, me la encontré en el "Súper" esperando la vez en la panadería, había mucha gente, por lo que tuvimos que esperar un rato.
No hace mucho tiempo se la veía con sus nietos haciendo la compra y lógicamente pregunté por ellos. Entonces se echó a llorar. Yo me asusté, pregunté si les había pasado algo malo, ella me contestó que no, solamente que ya no la necesitaban.
Recordé cuando la veía con sus nietecitos. (dos eran mellizos). El mayor tenía diez años y los mellizos eran bebés. Su hija y su esposo viven en Guadalajara y todos los fines de semana, "puentes", Semana Santa y cuando les venía en gana, le traían a los críos, se los dejaban y ellos se marchaban, bien de viaje al extranjero o simplemente hacer turismo por Madrid. El caso era dejar a los niños con la abuela. Si ya es trabajo criar un bebé, imaginémonos dos a la vez.
Todas las vecinas criticaban mucho a la hija de Isabel, decían: -No vine a ver a su madre, viene a dejarle los niños. Así han pasado quince años...hora ni viene el yerno, ni ninguno de los nietos ni la madre que los parió. ¿Sabéis por qué? Según me ha contado Isabel, un día que hacían una excursión en la parroquia, se apuntó para ir a Ávila para ver "Las edades del hombre". Cuando llegaron, sin avisar, y vieron que la abuela no estaba, les dio tanta rabia y le armaron "un pollo" al día siguiente, que ya no han vuelto. No solamente a dejar a los niños, si no, ni siquiera a verla.
Con lágrimas en los ojos me dijo-Como ya no les sirvo, no me merezco una visita.
Aquellas lágrimas de Isabel me llegaron al corazón. ¡Que pena me dieron!
Le di un abrazo. Ella no tenía consuelo, pues se ha enterado que el nieto mayor tiene novia y no se la ha presentado, piensa que quizá tampoco la inviten a la boda, cuando se case.
Le di mi apoyo, mi solidaridad y mi cariño. Cuando salimos del "Súper", la invité a tomar el aperitivo, ella dijo que solamente un café. Nada de eso, dije yo, vamos a tomarnos una cervecita y esta vez, con alcohol.
Nos tomamos las cervezas, un pichito de tortilla, otro de lomo y nos fuimos más contentas que unas pascuas. Le di dos besos y me ofrecí para vernos otro día para tomarnos otra cervecita, nada de cafés. ¡¡Como se reía!! Verla reír, me encantó.
Cuando llegué a casa, eran as tres de la tarde y la comida sin hacer. A mi hijo le pareció raro verme tan contenta...Le conté lo sucedido, sin parar de reír y con pocas ganas de cocinar. Pero como es muy bueno, cogió el teléfono y llamó a un restaurante para que nos trajesen la comida...
Creo que el próximo sábado voy a llamar a Isabel para ir a la compra...Haré cualquier cosa con tal de ver a una anciana sonreír...¡ Aunque me tenga que tomar una cervecita!...
martes, 23 de julio de 2013
El cerdo Antón
Creo que es costumbre de hace muchos lustros en muchos pueblos españoles e incluso de otros países, la costumbre de tener un cerdo, caminando a sus anchas y alimentado por todos los vecinos del pueblo, con la "sana" intención de que cuando llegue el "momento", que creo que es por San Martín..."zampárselo".
El pueblecito que nos ocupa hoy, tiene la costumbre de subastar al cerdito que con tanto "cariño" ha alimentado durante todo un año.
Normalmente en la subasta anual el cerdo suele ganarlo alguien que no es oriundo del pueblo y después lo suelen ceder a los carniceros (que creo que estos no tendrán muy buenas intenciones).
Este año, el cerdito Antón cayó en manos de un turista madrileño,("ahí es ná") que dejó a Antón a cargo de la Comisión de Fiestas, pero dejó bien claro, que de sacrificar a cerdito, nada de nada.
Entre los miembros de dicha Comisión, un tal señor Agustín, que según confiesa, se encariño con Antón y también rehusó la idea del sacrificio.
Contactó con diversas asociaciones y decidió donarlo a la más plausible, la Hípica y Granja
Escuela de Belelle, en Neda."
Como dice Agustín, "fue como magia, de esas que aparecen a veces en la vida, en nuestros caminos".
Desde entonces, el propio integrante de la Comisión de Fiestas, acude a visitarlo dos o tres veces a la semana y asegura que >> está muy precioso<<.
Además, desde el pueblo se está intentado organizar excursiones a la Granja Escuela con el objetivo de reencontrarse con el querido cerdo Antón.
¿No será que van a ver como han perdido tan suculentos jamones?
Sea como sea, el caso es que gracias a un estupendo madrileño, este curioso cerdito ha ganado el indulto de por vida.
No sé su nombre ni de que barrio es, pero desde aquí, le digo:
"Se nota que eres madrileño. Ole tus..."
El pueblecito que nos ocupa hoy, tiene la costumbre de subastar al cerdito que con tanto "cariño" ha alimentado durante todo un año.
Normalmente en la subasta anual el cerdo suele ganarlo alguien que no es oriundo del pueblo y después lo suelen ceder a los carniceros (que creo que estos no tendrán muy buenas intenciones).
Este año, el cerdito Antón cayó en manos de un turista madrileño,("ahí es ná") que dejó a Antón a cargo de la Comisión de Fiestas, pero dejó bien claro, que de sacrificar a cerdito, nada de nada.
Entre los miembros de dicha Comisión, un tal señor Agustín, que según confiesa, se encariño con Antón y también rehusó la idea del sacrificio.
Contactó con diversas asociaciones y decidió donarlo a la más plausible, la Hípica y Granja
Escuela de Belelle, en Neda."
Como dice Agustín, "fue como magia, de esas que aparecen a veces en la vida, en nuestros caminos".
Desde entonces, el propio integrante de la Comisión de Fiestas, acude a visitarlo dos o tres veces a la semana y asegura que >> está muy precioso<<.
Además, desde el pueblo se está intentado organizar excursiones a la Granja Escuela con el objetivo de reencontrarse con el querido cerdo Antón.
¿No será que van a ver como han perdido tan suculentos jamones?
Sea como sea, el caso es que gracias a un estupendo madrileño, este curioso cerdito ha ganado el indulto de por vida.
No sé su nombre ni de que barrio es, pero desde aquí, le digo:
"Se nota que eres madrileño. Ole tus..."
sábado, 20 de julio de 2013
Ignacio Anaya
Yo no he sabido quien era este señor "Nacho" hasta hace unos días y sin embargo, seguro que muchos de vosotros lo conocíais o sabíais de él.
Antes de saber nada de él, seguro que en nuestras manos y estómago hemos tenido su invento.
Cuando uno está sin saber que hacer, de vacaciones en mi caso estos días, picotea lo que se le pone por delante.
Hace unos días llegó mi hijo a donde yo estaba tumbada en una hamaca mirando al mar y me dio un paquete de Nachos. Como soy muy curiosa del saber, cuando llegué al hotel, abrí el ordenador y me informé que eran los Nachos.
Cuando me enteré de todo el proceso, le dije a mi hijo que si sabía que era lo que había comido de ese paquete tan apetitoso. Lo primero que me dijo fue:-Ya está aquí la sabihonda.
No, le dije, pero si me gusta aprender y he aprendido la procedencia de estas "cosas", pon atención que aunque no quieras te lo voy a contar:
En 1943, un grupo de esposas de militares estadounidenses destinadas en Fort Duncan, se desplazó hasta Piedras Negras (México) para pasar la tarde.
Después de una agotadora jornada, quisieron parar a comer algo, pero el único restaurante que tenían cerca estaba cerrado. Aún así, el mesonero, Ignacio "Nacho" Anaya, las dejó entrar e improvisó un platillo con lo poco que le quedaba en la cocina: unas tortillas.
Las cortó en triángulos, las frió y las aderezó con queso. Y el resultado fue tan exquisito que, durante meses, las doce mujeres acudieron cada semana a pedir "nachos".
Su fama se extendió rápidamente por todo México y Texas y, en 1959, empezaron a servirse por toda América.
Yo, como ya he dicho, no los he conocido hasta hace unos días, pues para tomar un aperitivo como soy muy clásica, me gustan: unos taquitos de queso manchego, unas rodajitas de chorizo un poco de jamón. Me da igual serrano que ibérico, no les hago gestos a ninguno de los dos.
De todas maneras, no le quito mérito a don Ignacio Anaya, pues todas las amas de casa hemos tenido que improvisar en algún momento para dar de comer a algún invitado ocasional.
Ya que estoy puesta, voy a dar un consejo a los que se presentan en una casa sin avisar.
Lo primero que tenéis que hacer es, llevar un par de kilos de chuletitas de cordero o unos filetes de ternera y si me apuráis un poco. Llevar un jamón y dos quesos: uno para que señora mientras asa las chuletitas, lo haga tacos para el aperitivo. El otro para que la señora se acuerde de vosotros (para bien) mientras le dura el otro queso.
Antes de saber nada de él, seguro que en nuestras manos y estómago hemos tenido su invento.
Cuando uno está sin saber que hacer, de vacaciones en mi caso estos días, picotea lo que se le pone por delante.
Hace unos días llegó mi hijo a donde yo estaba tumbada en una hamaca mirando al mar y me dio un paquete de Nachos. Como soy muy curiosa del saber, cuando llegué al hotel, abrí el ordenador y me informé que eran los Nachos.
Cuando me enteré de todo el proceso, le dije a mi hijo que si sabía que era lo que había comido de ese paquete tan apetitoso. Lo primero que me dijo fue:-Ya está aquí la sabihonda.
No, le dije, pero si me gusta aprender y he aprendido la procedencia de estas "cosas", pon atención que aunque no quieras te lo voy a contar:
En 1943, un grupo de esposas de militares estadounidenses destinadas en Fort Duncan, se desplazó hasta Piedras Negras (México) para pasar la tarde.
Después de una agotadora jornada, quisieron parar a comer algo, pero el único restaurante que tenían cerca estaba cerrado. Aún así, el mesonero, Ignacio "Nacho" Anaya, las dejó entrar e improvisó un platillo con lo poco que le quedaba en la cocina: unas tortillas.
Las cortó en triángulos, las frió y las aderezó con queso. Y el resultado fue tan exquisito que, durante meses, las doce mujeres acudieron cada semana a pedir "nachos".
Su fama se extendió rápidamente por todo México y Texas y, en 1959, empezaron a servirse por toda América.
Yo, como ya he dicho, no los he conocido hasta hace unos días, pues para tomar un aperitivo como soy muy clásica, me gustan: unos taquitos de queso manchego, unas rodajitas de chorizo un poco de jamón. Me da igual serrano que ibérico, no les hago gestos a ninguno de los dos.
De todas maneras, no le quito mérito a don Ignacio Anaya, pues todas las amas de casa hemos tenido que improvisar en algún momento para dar de comer a algún invitado ocasional.
Ya que estoy puesta, voy a dar un consejo a los que se presentan en una casa sin avisar.
Lo primero que tenéis que hacer es, llevar un par de kilos de chuletitas de cordero o unos filetes de ternera y si me apuráis un poco. Llevar un jamón y dos quesos: uno para que señora mientras asa las chuletitas, lo haga tacos para el aperitivo. El otro para que la señora se acuerde de vosotros (para bien) mientras le dura el otro queso.
miércoles, 17 de julio de 2013
Velta a casa
¡¡¡Hola mis querido amigos!!!
Por fin ya estoy en casa después de disfrutar de unas cortas vacaciones. Han sido cortas pero lo he pasado muy bien. He descansado, he pensado y he hecho alguna diablura. Bueno a mi no me parece que fuese una diablura, pues como en Madrid no tenemos el maravilloso trozo de Mar que tiene Oropesa, quise abrazarlo y quedármelo para mi sola, así que le dije a mi hijo que me iba a hacer unas brazadas hasta la bolla. Esa bolla amarilla que parece que la tienes cerca y, según vas hacia ella parece que se va alejando. Pues bien:
Muy decidida empecé a nadar, no muy deprisa pues ya no tengo la fortaleza de cuando tenía 25 años, no. Cuanto más creía yo que avanzaba, más lejos veía la bolla amarilla...
A la dichosa "bolla amarilla" no llegué, pues antes que yo...llegó: El socorrista, mi hijo y...la lancha de salvamento.
¡Pero si solo había avanzado apenas tres metros!
Eso era lo que yo pensé, según mi hijo solo se me veía la cabecita, que casi me la arranca cuando me cogió por la melena.
¡¡¡Que vergüenza pasé!!!
Cuando me llevaron a la playa en la lancha.
La gente pensaba que llevaban un ahogado.
El socorrista me dijo que ya no era una niña para hacer eso...
Los de la lancha de salvamento, dijeron que tenían cosas más importantes que hacer que estar pendientes de una señora de mi edad...
Mi hijo tenía un "Cabreo"...
Dijo que no me zurraba porque soy su madre, si no...
No creáis que me "achanté"...
"Les dije que era su deber rescatar a cualquier persona que lo necesite y no estar mirando a las jovencitas que están tomando el sol". Eso a los de la lancha y también al socorrista, a mi hijo...lo dejé para cuando estuvimos a solas, no creáis que se fue de rositas...¡¡¡Faltaría más!!!
La verdad es que yo me yo pasé muy bien, en ningún momento quise asustar a nadie. Que dicho sea de paso, no había motivos para ello.
Algunas veces cuando cuento algo de mi "cosecha" hay quien dice que qué cosas me pasan...pues bien.
Me pasan cosas porque estoy en el mundo, porque estoy viva y...porque las cuento. Otros se las callan, pero yo no tengo nada que temer...he dicho.
Gracias a todos los que me habéis dicho cosas bonitas y me habéis deseado buenas vacaciones. Gracias de todo corazón amigos.
¡Prepararos! que ya estoy aquí!...
Por fin ya estoy en casa después de disfrutar de unas cortas vacaciones. Han sido cortas pero lo he pasado muy bien. He descansado, he pensado y he hecho alguna diablura. Bueno a mi no me parece que fuese una diablura, pues como en Madrid no tenemos el maravilloso trozo de Mar que tiene Oropesa, quise abrazarlo y quedármelo para mi sola, así que le dije a mi hijo que me iba a hacer unas brazadas hasta la bolla. Esa bolla amarilla que parece que la tienes cerca y, según vas hacia ella parece que se va alejando. Pues bien:
Muy decidida empecé a nadar, no muy deprisa pues ya no tengo la fortaleza de cuando tenía 25 años, no. Cuanto más creía yo que avanzaba, más lejos veía la bolla amarilla...
A la dichosa "bolla amarilla" no llegué, pues antes que yo...llegó: El socorrista, mi hijo y...la lancha de salvamento.
¡Pero si solo había avanzado apenas tres metros!
Eso era lo que yo pensé, según mi hijo solo se me veía la cabecita, que casi me la arranca cuando me cogió por la melena.
¡¡¡Que vergüenza pasé!!!
Cuando me llevaron a la playa en la lancha.
La gente pensaba que llevaban un ahogado.
El socorrista me dijo que ya no era una niña para hacer eso...
Los de la lancha de salvamento, dijeron que tenían cosas más importantes que hacer que estar pendientes de una señora de mi edad...
Mi hijo tenía un "Cabreo"...
Dijo que no me zurraba porque soy su madre, si no...
No creáis que me "achanté"...
"Les dije que era su deber rescatar a cualquier persona que lo necesite y no estar mirando a las jovencitas que están tomando el sol". Eso a los de la lancha y también al socorrista, a mi hijo...lo dejé para cuando estuvimos a solas, no creáis que se fue de rositas...¡¡¡Faltaría más!!!
La verdad es que yo me yo pasé muy bien, en ningún momento quise asustar a nadie. Que dicho sea de paso, no había motivos para ello.
Algunas veces cuando cuento algo de mi "cosecha" hay quien dice que qué cosas me pasan...pues bien.
Me pasan cosas porque estoy en el mundo, porque estoy viva y...porque las cuento. Otros se las callan, pero yo no tengo nada que temer...he dicho.
Gracias a todos los que me habéis dicho cosas bonitas y me habéis deseado buenas vacaciones. Gracias de todo corazón amigos.
¡Prepararos! que ya estoy aquí!...
martes, 9 de julio de 2013
V A C A C I O N E S
QUERIDOS AMIGOS QUE ME SEGUÍS, DESDE HACE UNOS DÍAS ESTOY DE
VACACIONES EN OROPESA DEL MAR, EN PLENO MEDITERRANEO.
CUANDO VUELVA A CASA, SI DIOS QUIERE, OS SALUDARÉ A TODOS.
SALUDOS A LOS QUE ME SALUDÁIS, ABRAZOS A LOS QUE ME ABRAZÁIS Y BESITOS A
LOS QUE ME BESÁIS.
HASTA PRONTO
VACACIONES EN OROPESA DEL MAR, EN PLENO MEDITERRANEO.
CUANDO VUELVA A CASA, SI DIOS QUIERE, OS SALUDARÉ A TODOS.
SALUDOS A LOS QUE ME SALUDÁIS, ABRAZOS A LOS QUE ME ABRAZÁIS Y BESITOS A
LOS QUE ME BESÁIS.
HASTA PRONTO
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