Hoy no tengo muchas ganas de "na", pero voy a contar algo que he leído hace mucho...
Un aldeano ruso muy devoto constantemente pedía en sus oraciones que Jesús viniese a visitarlo en su humilde cabaña.
La víspera de Navidad soñó que el Señor se le aparecía. Cuando por la mañana se levantó comenzo a poner la casa en orden para recibir el huesped tan esperado.
Una violenta tempestad de granizo y nieve sucedía allá fuera. El aldeano continuaba con los quehaceres domésticos, cuidando también de la sopa de repollo, que era su plato predilecto.
De vez en cuando él observaba la calle, siempre a la espera...
Transcurrido algún tiempo el aldeano vio que alguien se aproximaba caminando con dificultad en medio de la tormenta de nieve.
Era un pobre vendedor ambulante, que llevaba a sus espaldas un fardo bastante pesado. Compadecido, salio de la casa y fue al encuentro del vendedor. Lo llevó a la cabaña, puso su ropa a secar al calor de la chimenea y repartio con él la sopa de repollo. Solo lo dejó ir, luego de ver que él ya había recobredo las fuerzas para continuar la jornada.
Mirando de nuevo a traves del vidrio. vio una mujer en la calle cubierta de nieve. Fue a buscarla y la abrigó en la cabaña. Hizo que se sentase cerca de la chimenea, le dio de comer, la arropó en su propia capa...No la dejó partir hasta que no recobró fuerzas para seguir la caminata. La noche comenzaba a caer...Y nada de Jesús¡¡¡
Ya casi sin esperanzas, el aldeano fue hasta la ventana y examinó la calle cubierta de nieve.
Distinguio un niño y percibió que estaba perdido y casi congelado de frío...Salio una vez más, levantó al niño y lo llevó a la cabaña, Le dio de comer y no tardó mucho en verlo dormido al calor de la chimenea.
Cansado y desolado, el aldeano se sentó y terminó por adormecerse junto al fuego. Pero de repente, una luz radiante, que no provenía de la chimenea, iluminó todo¡¡
Delante del pobre aldeano, surgió risueño El Señor, envuelto en una túnica blanca!
-Ah! Señor! Te esperé todo el día y no apareciste, se lamentó el aldeano...Jesús le respondió:
"Ya por tres veces, hoy, visité tu cabaña:
El vendedor ambulante que socorriste, calentaste y diste de comer...era Yo!
La pobre mujer, a quien diste la capa...era Yo!
Y ese niño que salvaste de la tempestad, tambien era Yo..."
El bien que a cada uno de ellos le hiciste, a mi mismo me lo hiciste!"
!No direis que no es un cuento precioso¡ Está vasado en un cuento de Navidad atribuído a...nada más y nada menos que a...León Tolstoi.
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