Empezare diciendo aquello de ...Había una vez:
La pingüina se llama Marcusa, el se llama Mustafá.
Resulta que el macho vivía con su pareja, Pipa, esta iba a tener un hijito, pero a la pobre se le atascó el huevo y murió de lo que nosotros diríamos...de parto.
El pobre Mustafá se quedó triste y solo, también se volvió huraño y no quería nada de nada con ningún congénere suyo ni nuestro.
Por allí estaba un linda pingüina a la que decían sus cuidadores que era la "soltera de oro". La presencia de esta nueva pretendiente alegró a Mustafa que dejó la reclusión voluntaria en la que se había sumido para regalarle piedrecitas y rozarse el pico (dos signos de amor entre pingüinos).
Marcusa que así se llama la linda hembra, le ha seguido el juego y cosa curiosa, desde el día de san Valentín la pareja ya comparte habitáculo.
Es más que posible que su relación sea muy duradera puesto que los pingüinos acostumbran a ser monógamos.
Todo esto ha ocurrido muy cerca, concretamente en el Acuárium de Barcelona. Por lo tanto, quizá un día coja el Ave y me acerque a verlos, una historia tan bonita no se se ve muy a menudo.
ohhhhhhhhh que tiernooooooooo sniff snifffffff.
ResponderEliminarHola!!!!!! El pequeño Izan está pa comerselo ainsssss que va ha decir su mama.
Izan tiene su blog propio, bueno, es una forma de hablar, ademas es privado por defensa del menor por las imagenes que a veces pongo de el.
Si usted desea alguna vez pasarse a ver lo lindo que está y lo que cuenta su mami, solo ha de mandarme su e-mail, para invitarla gustosamente.
Un fuerte abrazo.
Amylois80@gmail.com