Lo que son las cosas, ni en los hospitales se priva la gente de ofender, reñir, insultar y no se cuantas cosas más.
He ido a visitar a una vecinita, digo vecinita porque la he visto nacer, pues bien, esta joven ha dado a luz una preciosa niña que la va a llamar María del Rosario, cosa rara, pues ahora las ponen unos nombres muy raros.
Mientras hacía la visita, en el pasillo se oían unas voces más altas de lo normal, tanto es así que ha acudido personal se seguridad para poner orden. Yo más que curiosa, cotilla, me quería enterar de lo que ocurría y junto con la hermana de la nueva mamá hemos salido de la habitación para enterarnos bien...y nos hemos enterado.
La cosa iba de unos hermanos que habían ido a ver a su nuevo sobrino y no se han privado de poner a caldo a uno de los hermanos, soltero para más señas. Le decían:
-En cuanto muera madre te queremos ver fuera del piso. Ufff. Lo de Ufff lo he dicho yo.
A todo esto la señora madre que estaba presente, decía:
-¡Pero hijos, no veis que estoy bien? Qué me he vacunado y todo!!...
¡Pobre mujer! Hemos pensado las dos cotillas que estábamos presentes.
El hermano soltero y sin compromiso (que de todo nos hemos enterado), con apenas 20 años, se escudaba detrás de su pobre madre, que Dios guarde muchos años, como diciendo...¿Y donde voy yo?
Ha sido un mal trago, yo ya no tenía ni ganas de volver a ver a la niña, me he despedido y he vuelto a casa.
Enseguida me he acordado de algo que he leído y como todo lo guardo, me venía "al pelo". Esto que cuento de otros hermanos totalmente distintos a lo que he visto hoy:
Juan y Pedro, dos hermanos que mantenían una buena relación pero apenas se veían. Un día, el primero de ellos se encontró con un amigo común que le dijo que Pedro no estaba en su mejor momento, en el trabajo no le iban bien las cosas y su mujer estaba enferma y no podía cuidar a sus hijos como quería. Viendo la gravedad del asunto, Juan hizo las maletas y se presentó por sorpresa en casa de Pedro.
Cuando llegó, se dieron un fuerte abrazo y Juan le contó que se había quedado sin hogar por culpa de un incendio y que le habían despedido del trabajo, por lo que le pedía que le acogiera en su casa. Él le pagaría por ello y, además, cuidaría de sus hijos.
Así las cosas, Pedro podo dedicarse de lleno al trabajo y, como era un gran profesional, pronto ascendió hasta un cargo muy bien remunerado. Por su parte, la mujer se restableció y volvió a ser un ama de casa ejemplar.
Resueltos los problemas, Pedro le dijo a su hermano que ya no le cobrarían y que le buscaría un buen empleo.
La respuesta de éste le dejó descolocado:
-En realidad, no me hace falta el dinero porque soy millonario. Si te hubiese ayudado económicamente no habrías valorado lo que te ha costado recuperarte, pues lo que se consigue sin esfuerzo se pierde rápidamente.
¡¡¡Que distintos los hermanos segundos de los primeros!!! ¿Verdad? ¡ Y eso que estamos en Cuaresma!
Hola Mª Angeles, así es, que distintos unos hermanos de los otros, el que tu has presenciado en el hospital, me recuerda a un caso muy cercano que conocí, eran cuatro hermanas, la mayor soltera y la pequeña discapacitada, de la que se hacia cargo la mayor que vivían en el piso de sus padres ya fallecidos, las otras estaban casadas, la mayor como podía iba arreglando el piso poniéndolo mas moderno, cambiando ventanas, puertas etc, pues aun así, le decían que lo que estaba haciendo era aprovecharse de estar en el piso, al final la chavala se compro un piso con mucho esfuerzo y así no le podían decir que se estaba aprovechando, como bien nos muestras hay hermanos y hermanos, el segundo ejemplo es bien bonito, y de cotilla na, solo que te querías enterar bien:)
ResponderEliminarBesos.
Como el caso que cuentas tú, también hay muchos. Sin querer decirte lo buenos que somos mis hermanos y yo, te voy a contar:
EliminarCuando murió mi madre, mi hermano el único que quedaba soltero, lógicamente como vivía con ella donde él había nacido, ninguno dijimos nada y hoy mi hermano sigue viviendo en la casa de nuestros padres y todos estamos muy contentos conque así sea.
Si todos estábamos casados, con hijos y piso propio, ni íbamos a mandar a la calle al chiquitín de la familia que solo tiene 56 añitos...
¡No todos somos iguales!
Un beso Piruja
En cada familia hay una historia !!!
ResponderEliminarComo dice el refrán," Cada vida es una novela" y que verdad es.
EliminarUn beso trimbolera
Cómo es posible que haya gente tan egoista? Que trago más amargo para la pobre madre. En fín menos mal que todavía quedan muchas personas buenas.Besicos
ResponderEliminarDe eso, "egoísmo" hay mucho. Te advierto que la señora tenía un aspecto estupendo pero aún así, la vi con los ojos húmedos.
EliminarUn besito Charo
Hay de todo en este mundo, qué ingenioso Juan! Ayudó a su hermano haciéndole creer que era el necesitado, muy inteligente. Y el primer caso, bueno, aunque no lo creamos es bastante común, por desgracia, muy buenas historias Ma de los Angeles, un abrazo!
ResponderEliminarTodos deseamos tener un hermano como Juan, o al menos un amigo.
EliminarLo que presencie en el hospital ha dado mucho que hablar en todo el barrio de Coslada y San Fernando. Hoy lo estaban contado en la peluquería y yo como buena "cotilla" he aclarado las dudas diciendo que yo estaba presente en ese momento. La peluquera que ya me conoce y es muy graciosa me ha hecho contarlo las tres horas que he estado con ella.
Digo tres, creo que han sido cuatro pues me tocaba el tinte de cabello, tinte de cejas, pies...total que cuando he llegado a casa mi hijo no me conocía.
Un abrazo bien fuerte María Cristina