Hoy viernes, como todos los viernes, he andado un poco acelerada por la mañana. Tengo costumbre de ir a visitar a Jesús de Medinaceli, casi siempre quedo con una amiga, pero hoy no iba por motivos familiares.
Me dispongo a dejar la comida hecha, por lo menos la mitad. Mientras se me hacían las lentejas, me he arreglado mi cuarto (no muy bien) contra reloj y después de desayunar me dispongo a ponerme guapita...trabajo me cuesta.
Toda mi velocidad, era porque hoy había huelga de trenes, yo cojo cercanías, así que quiero ir con anticipación para que todo me salga tal como yo deseo. He tenido suerte, el tren llega a su hora. Al llegar a la estación, nada más salir de los controles, viene hacia mí un joven...por cierto guapísimo, me dice muy amable.-Señora, me quiere contestar un par de preguntas acerca de la huelga para la televisión ? Le digo que sí, me lleva hacia las cámaras, que estaban muy cerca y hacemos la "entrevista" que es muy fácil. Yo me creía Carmen Lomana, no he mirado a cámara en ningún momento, he contestado bien mirando a mi interlocutor (merecía la pena mirarle) y me he ido como se suele decir, con la música a otra parte, mejor dicho a la Basílica, que es donde iba.
A mitad de la misa...llega mi amiga, la que no tenía pensado ir, así que he llamado a mi hijo para decirle que no iba a comer con el. No pasa nada, me ha dicho, que te diviertas.
Nos hemos ido a comer y cuando voy a pagar, veo que no llevo dinero. Como no pensaba encontrarme con mi amiga llevaba poco dinero...bueno lo poco que llevaba, me lo había gastado en un libro (es mi vicio), no ha pasado nada, le ha tocado pagar a Piluca.
Después de despedirnos, cada una coge una dirección, me toca esperar 20 minutos, cuando llega, casi hay tortas para montar en el tren, menos mal que en la estación de entrevías se desocupa mucho.
Ya íbamos más tranquilos, todos sentaditos, los trabajadores, lógicamente, cansados, yo también un poco y antes de llegar el tren a Vicálvaro, aparece un joven de unos 30 años pidiendo. La mayoría de los viajeros, hombres y mujeres que vuelven del trabajo, ni le hacen caso, yo lo comprendo pues ya les cuesta bastante caro el billete como para dar limosnas, yo como viajo menos y me da pena que alguien te ponga la mano y no le de nada, aunque sea una moneda pequeña, ya debe ser bastante humillante tener que pedir.
Bueno, saco una moneda (que era la única que llevaba) y se la doy. No lo debía de decir, era un euro. Cuando ve la moneda, me mira y me dice: -¿Me podría dar 2o euros para poder dormir esta noche?
Yo con la sonrisa puesta, le digo: -No, no puedo.
-Como no va a poder, si tiene un euro para dar, es que tiene más.
Yo ya estaba avergonzada, pues todos estaban pendientes de nosotros, un hombre cuarentón, va y le dice:
-¿Quieres dejar a la señora? Ya te ha dado algo.
-Es que no me llega para la cama. Ya se oían rumores, me he envalentonado un poco al ver los apoyos de la gente, y le he dicho:
-Mira majo, si quieres te compro un chale para que duermas bien...
La gente se ha reído, pero yo al final he llegado a casa con mal sabor de boca.
La verdad es que algunos, "pobres"ya no se conforman...ni con un euro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario