Mi tía Crisanta era una encantadora mujer, vivió casi toda su vida en Campo de Criptana (Ciudad Real), su esposo era el molinero de dicho pueblo y a ella lógicamente le llamaban, la molinera.
Como era hermana de mi madre, la visitábamos de vez en cuando. Una de esas veces y, como el molino era de viento, tuve la fortuna de verlo en acción. No os podéis imaginar la hermosura de ver aquellas cuatro aspas dando vueltas a la velocidad del viento, el ruido que hacían, todavía lo siento si cierro los ojos. Comprendo la locura de Don Quijote. Yo era una niña, pero no se me ha olvidado.
Con el paso del tiempo, los molinos dejaron de trabajar y...mis tíos también.
Como mi tío había heredado el molino de su padre, antes lo tuvo su abuelo y él no sabía hacer otra cosa, además ya era mayor, se pasaba el día en su molino. Iban muchos mayores allí para estar con él y con mi tía , total que en aquella sierra junto a los molinos, se reunía todos los días mucha gente. Un día el Ayuntamiento le propuso que dejara visitar los molinos a los turistas y él aceptó, así estaba más distraído. Para que todo estuviese perfecto, el Ayuntamiento le compro un traje como los de los guardas forestales...!!!que guapo que estaba mi tío¡¡¡
A finales de los años sesenta o principio de los setenta, siendo ministro de Información y Turismo, don Manuel Fraga Iribarne, a las autoridades se les ocurrió ir a visitar los molinos de Campo de Criptana.
Para acompañar a un ministro, iba mucha gente, además del señor Fraga iba, el gobernador de Ciudad Real con todo su séquito, el ministro con todo su séquito, no iban a ser menos los del pueblo, así que iba el alcalde...con todo su séquito, en fin, una enorme comitiva.
Como se presentaron de improviso, no les dio tiempo de preparar nada y mucho menos de avisar a mi tío, claro le pillaron con sus pantalones de pana, su camisa de rayas, un palillo en la comisura de los labios y su sombrero de paja.
Él ni se inmutó, cuando llegó la comitiva, le saludaron y dirigiéndose al Ministro le dijo:-Señor, tengo un traje muy bonito y nuevo en el baúl, pero no me lo pongo para no estropearlo. Todos se sonrieron... menos el alcalde.
Les enseñó su precioso molino "El Burleta" y luego fueron viendo los demás. Aquí entra mi tía:
Como la sierra y los molinos estaban retirados del pueblo(aunque no mucho), uno de los secretarios del Gobernador le dijo a la tía Crisanta:-¿Por aquí hay muchos ladrones,verdad?
Ella le contesta:-No señor, ya no hay ladrones aquí, ahora están todos en el Ayuntamiento escribiendo con la "FILOGRÁFICA", el buen hombre creyendo que había oído mal, le volvió a preguntar-¡Con qué ha dicho señora, ella muy seria y muy digna, le volvió a repetir lo que el hombre quería oír. -Le he dicho, que ahora están todos en el Ayuntamiento con la "filográfica".
Los que la oyeron, sonrieron prudente mente, pero este hombre y durante todo el tiempo que duró la visita, no paró de decirle que repitiera la palabreja, seguro que la quería memorizar.
este pequeño homenaje a mis tíos, se lo dedico a Mar...su nieta.
Ya se que todos sois muy listos, pero por si alguno no se ha dado cuenta, "la filográfica" era una pluma estilográfica.
Como me gustan las historias que cuentas!!! Esto es como una adicción. Todos los días miro tu blog y si ese día no has escrito nada me da hasta rabia.Muchos besos.
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